martes, 21 de mayo de 2019

Cornada grave a Gonzalo Caballero en Las Ventas



El percance le impide cortar trofeo en la mejor faena, con toros nobles del Pilar

Gonzalo Caballero
Gonzalo Caballero - Paloma Aguilar

Andrés Amorós 

Después del paréntesis del fin de semana -rejones y novillada-, vuelve el plato fuerte, las corridas de toros, con el primer percance de la Feria: el valiente Gonzalo Caballero sufre una cornada grave en el muslo izquierdo, al entrar a matar con su habitual rectitud, sin tomarse ventaja alguna, después de una faena templada, que hubiera tenido premio. Los toros de El Pilar han sido nobles, en general, pero los diestros han tardado en cogerles la tecla y han matado mal. Todo ha quedado muy a medias y con el pesar por el percance del bravo torero madrileño.

El primero va a más en la muleta. Juan del Álamo tarda en centrarse pero logra series vibrantes de derechazos. Sufre una fuerte voltereta, con mala caída. Se valora el gesto de volver al toro, disminuido. Estocada: aviso, petición y vuelta, con protestas. En el cuarto, noblote pero soso, logra algunas series lucidas, gracias a su entrega. Para prender la mecha, hace falta que él ponga mucho. El toro no humilla y pincha bajo. Por la cogida de Caballero, mata el ultimo: se luce en las verónicas; con la muleta, intenta torearlo bien, aunque el toro flaquea un poco, no se entrega del todo, y la faena no cuaja (la tónica de esta tarde). Mata caído. En términos de boxeo, combate nulo.

José Garrido parece haber perdido el rumbo, tan prometedor, que mostró en Bilbao hace años, como novillero y como matador. Torea bien de capa, es lidiador completo pero quizá le falta flexibilidad para adaptarse a las condiciones de las reses. El segundo, muy largo, con el pelo del invierno, sale con pies, embiste brusco, a pesar del buen puyazo de Aitor Sánchez. Garrido realiza un trasteo esforzado, con momentos de apuro y una colocación poco ortodoxa, sin llegar a dominar ni estar a gusto. Suena el aviso antes de entrar a matar, cosa que logra a la segunda. En el quinto, saluda Chacón, en banderillas. El toro humilla pero es pronto y pegajoso; Garrido no se lo quita de encima, pasa varios momentos de apuro. Con su experiencia… Mata mal. No ha tenido una buena tarde.

El madrileño Gonzalo Caballero ha llevado siempre la bandera del valor y de las grandes estocadas, ha sufrido no pocos percances. Condicionó su carrera el haber tomado la alternativa demasiado pronto. No torea mucho. El tercero sale embistiendo a oleadas pero mejora, en la muleta. Dándole distancia, humilla y repite. Logra una serie emocionante de muletazos, muy lentos. Quizá es la vez que le he visto torear con más calidad. Entra a matar recto como una vela y el toro le hiere, muy certero, con un pitonazo seco, además de darle una tremenda vuelta de campana. Queda inerte, con una cornada de pronóstico grave. Ha dado la talla como muletero y como matador. Deseo que se reponga muy pronto.

Postdata. Me alegra que Bisbal haya llenado el Olympia, en París, con 2.000 espectadores. Pablo Aguado ha reunido, en Las Ventas, a más de 21.000; otros diestros, lo mismo, a lo largo de más de treinta días seguidos. Pero la izquierda radical que pretende gobernar Madrid lanza soflamas contra la Fiesta Nacional. Unidas Podemos quiere un referéndum para prohibirla, obviando que está protegida, en toda España, como parte de nuestro Patrimonio Cultural Inmaterial. Si lo ignora, malo, si lo calla, peor. Errejón, el de las tres comidas diarias en Venezuela, quiere que no haya dinero público para la Feria de San Isidro, sin concretar a qué dinero se refiere… porque no existe. Y Carmena, que pretende ser sucesora de Tierno Galván, ignora que éste calificó a los toros como «acontecimiento nacional» y sentenció: «Ser indiferente ante un acontecimiento de tal índole supone la total extrañeza respecto del subsuelo psicológico común». Parece que está retratando a estos populistas. La ignorancia y la demagogia no les importa: todo vale, con tal de arañar unos votos.

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