El terremoto peruano afronta este miércoles el primero de sus tres compromisos isidriles bajo una expectación desbordada: en 24 horas colgó el cartel de "no hay billetes" para asaltar Madrid
Llega Roca Rey. El terremoto que vino del Perú, el huracán de los ruedos y las taquillas. Y desde Olivenza a Sevilla, pasando por Valencia y Castellón, sus cifras apabullan. Pese a esa espina de la Puerta del Príncipe que se le resiste clavada en el corazón.
Lo cierto es que existen adelantados a su tiempo que no dejan que corra el reloj, sino que hacen por pararlo cada vez que pueden. Ese es el sino dictado por y para Roca Rey. Un fenómeno arrasador. La codicia de triunfo sostenida en sólo cuatro años de matador, sumada al bagaje que ya traía consigo de su época novilleril.
Su brutal irrupción en la cúpula del toreo y su imparable temporada 2018 le valieron la consagración y el codiciado y cotizado X Premio Paquiro de El Cultural de EL MUNDO.
«Ojalá hubiera dos o tres Roca Rey», ha confesado el maestro Paco Camino en estas mismas páginas.
El joven diestro de 22 años reúne heterodoxia y ortodoxia cuando se enfunda el chispeante, siempre sobre la base del valor irreductible y una capacidad asombrosa, haciendo cada vez más adeptos y convirtiendo agnósticos por doquier por torear tan despacio como el que más. Con una evolución y una proyección sin techo.
En la pasada Feria de Abril, la Maestranza volvió a ser testigo del momento que atraviesa cuchillo en boca el cóndor andino, en una brillante y sobresaliente faena a Encendido de Núñez del Cuvillo. Pero lo que tragó con su primero ya se estudia en Esparta... De esta manera ratificó, una vez más, ser el torero más sustancial o significativo del escalafón en los últimos tres años, buscando de manera incansable y con valor latente su estatus de figura del toreo.
Este miércoles vuelve a Madrid ante los toros de Parladé y acompañado por El Cid -en su último San Isidro- y López Simón. Pues con tal cartel puso el «no hay billetes» en 24 horas, convirtiéndose en el primero que se colgaba en San Isidro 2019, la feria que dotó de cuerpo y sentido. Porque Roca Rey, conviene recordarlo, dijo sí al bombo de Casas. Y salió con la bolita de Adolfo Martín. La cita de todas las citas: en sus pantallas el día 30 de mayo. Flanqueado esta vez por Manuel Escribano y Román. Habrá que esperar al 15 de junio, la penúltima del maratón isidril, para disfrutar de su última tarde de la feria, anunciado en el cartel de la ya tradicional Corrida de la Cultura: los toros de Victoriano del Río para compartir con Sebastián Castella y Paco Ureña.
Las Ventas ya le ha visto salir a hombros dos veces: en 2015, el día de su debut como novillero en Madrid. Y la segunda, al año siguiente, el día de su confirmación de alternativa, desorejando a un toro del Conde de Mayalde.
Roca Rey aparece en escena entre la revolución del arte de Pablo Aguado, que ya le movió las tabas en Sevilla, y el duelo subterráneo con El Juli, que comparece sólo 48 después en la Cátedra. De otro modo y por otro camino. Este miércoles Madrid será un volcán de pasiones.
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