Estos encuentros de la Fundación Cajasol llegaron a su edición número 57
Burladero TV
Esta nueva cita tenía el aliciente de
conocer las inquietudes, el ser y el estar del valeroso diestro
malagueño después de una temporada en el dique seco, recuperándose de
una compleja lesión ósea que llegó a amenazar seriamente la continuidad
de su carrera. Se trataba, en definitiva, de dos paisanos enhebrados por
una pasión común: el toro.
No hay que olvidar que Juan Ramón Romero, responsable del Carrusel Taurino de Canal Sur Radio,
es matador de alternativa. La tomó vestido de goyesco, muchos años
después de colgar el traje de luces en su etapa de novillero. En esa
tesitura, a José Enrique Moreno –moderador de estos
encuentros que suman cultura, sociedad y afición- no le costó trazar los
primeros nexos comunes entre ambos invitados.
“La carrera de Saúl no ha sido nada fácil; es un ejemplo de superación”, señaló Moreno para introducir al matador. “Es un honor compartir cartel con él”, espetó Romero, sinceramente agradecido de compartir cita y charla. “Tenemos la misma pasión y conozco a Juan Ramón desde que nací, llegó a compartir carteles con mi madre”, añadió el torero.
Pero había que hablar de toros y, por supuesto, de radio… “Mi programa sigue existiendo porque la radio pública andaluza apostó por contar los toros como si fuera un partido de fútbol”, señaló el locutor explicando que se trataba de adaptar el formato a los nuevos tiempos. “Imaginé lo que podía pasar e imaginé un proyecto que rompiera los moldes en todos los sentidos”, prosiguió Juan Ramón Romero. Pero la semilla había prendido. Se trataba de llenar ¡seis horas! de radio y hablando de toros.
“Hemos tenido muchísima audiencia de gente que se entretenía con los toros y la radio tiene que ser un entretenimiento”, apostilló Romero. “Se trataba de hacer radio primero y hablar de toros después”, sentenció.
“Todo está en la forma, en el corazón y en cómo lo cuenta”, intervino Fortes. “Te mantiene vivo lo que está ocurriendo y hay personas que sin ser muy aficionadas que lo escuchan; les entretiene y les gusta”.
Llegados a ese punto, el moderador recordó la amplia oferta radiofónica
taurina de hace algunos años, tan mermada en la actualidad. Fortes
entró en el terreno de la anécdota, recordando la subida a un pico de la
Alpujarra, acompañado de su entrenador. “Allí lo único que escuchábamos era Carrusel Taurino”, recordó el torero antes de ceder el testigo al locutor. “El
devenir de los tiempos y la forma de comportamiento de las nuevas
generaciones está distorsionando la imagen de la Tauromaquia y eso lleva
a que ciertos medios eliminen los espacios taurinos” explicó Juan Ramón Romero señalando que “los aficionados tienen derecho a no estar continuamente en combate pero los contrarios sí lo están”.
Fortes
Había que conocer de primera mano el
estado de salud y forma de Fortes. Él mismo se encargó de despejar
cualquier duda explicando que su lesión era “un capítulo pasado”. “Creía
que iba a reaparecer en Fallas de 2019 pero todo se fue alargando; más
que sufrir me gusta aceptar como vienen las cosas; ha sido una etapa
diferente que me ha permitido ver el toreo desde otro lado”, relató el diestro malagueño. Pero Fortes fue más allá: “He aprendido a valorar que algún día todo se acaba y dejas de torear”, explicó Saúl, afirmando haber encontrado un mundo de personas que luchan por otros objetivos.
Fortes no tuvo empacho en reconocer
que se había alegrado especialmente del triunfo de algunos compañeros.
El malagueño fue testigo del bombazo de Pablo Aguado en la pasada Feria
de Sevilla. “Fue uno de los días más bonitos que he vivido en una plaza de toros”, afirmó el matador, obligado un año entero a convertirse en espectador.
Esa lesión era el enésimo percance de
una carrera forjada a sangre y fuego. Juan Ramón Romero destacó la
gravedad real del último percance y Fortes lo ilustró: “En
la Venta de Antequera, en un tentadero público, me di cuenta de la
trascendencia real, las bacterias de la úlcera que me quedó empezaron a
oler un poco”. Tocaba actuar.
Se cambió el tercio. Juan Ramón
Romero, que declaró sentirse torero por encima de cualquier cosa, narró
una de sus primeras retransmisiones radiofónicas en Sevilla. “Toreaba
Curro y yo muero con Curro y formé tal escándalo que me acabaron
echando de allí; me fui al sol y es lo mejor que he hecho”. Pero el moderador quería saber por qué se dice que los toreros son de otra pasta. “El
torero tiene otra forma de concebir la vida; no es lo mismo estar que
ser torero, tiene una vida de vivir y asumir la muerte distinta, con
pasión, sentimiento y un concepto distinto de la vida”, exclamó Juan Ramón Romero. “Por eso aguantan todo lo que puedan aguantar; porque viven en su mundo, en el mundo de la Tauromaquia”.
Fortes entró en ese trapo. “El
toreo exige un compromiso cien por cien. Cuando uno decide ser torero
en toda su magnitud, el compromiso es de entregar tu vida, tu infancia,
tus relaciones, tu familia… cuando educas tu mente así el compromiso va
aumentado”, se sinceró Fortes que aludió a cierta leyenda urbana en torno a su peculiar relación con el dolor. “El cerebro es capaz de adaptarse a cualquier situación por dura que esta sea”, añadió el matador.
Pero había que hablar de su concepto, y de la búsqueda de su propio camino. “Nunca estás satisfecho y eso conlleva un punto de sufrimiento e inseguridad”, explicó Fortes. “Hay días que te acercas a lo que buscas y eso te hace sentir orgulloso del torero que realmente llevas dentro”,
añadió el matador. Se habló de otros conceptos: afición, dolor,
frustración, la dureza de la crítica, la definitiva ilusión de ser
torero… “He sentido en la plaza algo que no sentiré nunca en ninguna faceta de la vida”,
concluyó el comunicador. Fortes asintió sonriendo… Aún había que hablar
de Sevilla y su plaza, en la que Fortes ya ha actuado como novillero y
matador aunque, reconoció, “aún no han podido verme en la dimensión en la que me han visto en plazas como Málaga. “Sevilla es la quintaesencia del toreo”, remachó Juan Ramón Romero.
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