EEUU suma un millón de contagios y 52 mil muertes. NY a la baja
La escalofriante desolación de la calle 42 en Nueva York, (foto: ANSA)
(ANSA) - WASHINGTON, 25 ABR -
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Hija de una joven pareja hispana de Nueva York (su padre es bombero), Jay Natalie había sido hospitalizada a fines de marzo con fiebre alta y un principio de infección del tracto urinario y bronquial. En la primera prueba para ver si había contraído Covid-19, sin embargo, dio negativo. No fue así días después, cuando fue entubada debido a las crecientes dificultades para respirar.
Justo cuando su condición parecía mejorar, un repentino empeoramiento condujo a un paro cardíaco a principios de esta semana. Ahora los padres, ambos negativos al coronavirus, no tienen paz.
Se preguntan dónde se infectó la bebé. En el hospital, en el autobús, en el tren subterráneo, tal vez los otros niños con quienes ella estaba en contacto fueron quienes le traspasaron el mal, o acaso fue la niñera. Para las frías estadísticas, el caso de Jay Natalie, según los datos de las autoridades federales de Salud, se agrega a los de los otros tres niños (entre uno y 14 años) que murieron en Estados Unidos por la enfermedad desde 2 de abril.
Mientras tanto, Nueva York, todavía el epicentro de la pandemia en Estados Unidos, comienza a tener esperanzas. Las 422 muertes en las 24 horas antes del fin de semana son la cifra más baja desde el 1 de abril, aunque elevan la cifra total de muertes en el estado a 16.162. Además, el número de casos (un promedio de 6,000 por día en comparación con los 11 mil a principios de mes) y las hospitalizaciones (25% menos que el pico del 13 de abril) también continúa disminuyendo. Sin embargo, aún es temprano, para bajar la guardia, subrayó el gobernador Andrew Cuomo, quien mediante un decreto ordenó a todas las farmacias independientes que realicen pruebas de diagnóstico.
Hasta el momento se han realizado 5 millones en todo Estados Unidos, Donald Trump se regocija en Twitter de eso, enfatizando cómo lo que se hace en Estados Unidos es "más que cualquier otro país del mundo y más que todos los principales países juntos".
La exultación de Trump no se condice con la preocupación de sus expertos, y especialmente del virólogo Anthony Fauci, la voz más autorizada del grupo de trabajo de la Casa Blanca, que había hablado durante la semana de la absoluta necesidad de aumentar las pruebas antes de pensar en reapertura del país. Y el enfrentamiento con algunos expertos elegidos por él para combatir la pandemia está llevando a un cambio en la estrategia del magnate, que después de la tormenta sobre la propuesta de inyectar desinfectante en los pacientes podría decidir reducir sus apariciones diarias en las reuniones informativas. Una sobre-exposición que alarma de sus asesores más cercanos, porque según dicen, corre el riesgo de convertirse en un boomerang y beneficiar aún más a Joe Biden en la carrera hacia la Casa Blanca.
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