martes, 28 de julio de 2020

La ruina del campo bravo: «Muchos ganaderos no pasarán el invierno»

Rocío Monasterio hace el paseíllo en el mundo rural madrileño y escucha a los criadores de lidia: «Es urgente una ayuda directa y temporal para los ganaderos de lidia o no llegarán a diciembre», afirma la presidenta de Vox en la Comunidad de Madrid

Rocío Monasterio, en la finca madrileña de María Antonia de la Serna, con los santacolomas al fondo
Rocío Monasterio, en la finca madrileña de María Antonia de la Serna, con los santacolomas al fondo - Reportaje gráfico: Guillermo Navarro
ABC

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Mientras la muerte cabalgaba en la ciudad, una esplendorosa primavera revivía el campo. «Ha sido un arma de doble filo, porque a los ganaderos nos ha callado, pero ¿qué pasará en diciembre?», se pregunta Jacobo Llorens de la Serna
«Muchos ganaderos no pasarán el invierno», afirma Belén, de la divisa de los Ortega. Es la triste verdad que se avecina para muchos criadores de lidia, que estiman unas pérdidas de 77 millones de euros: «Nosotros tenemos unos gastos fijos de ocho mil euros al mes y no hay ningún ingreso», lamenta Jacobo. Es la dura realidad de las gentes del campo, tan devastado por la crisis del Covid-19.
 Mientras recorremos la finca «El Bosque», en Buitrago de Lozoya, Rocío Monasterio escucha con atención el latido de la dehesa brava: «Los ganaderos de lidia necesitan con urgencia ayudas directas, de manera temporal, o no llegarán a diciembre. Desde Vox lo hemos pedido en Madrid».
Hasta los propios santacolomas de María Antonia de la Serna reburdean, como si un quejido crujiese las cuerdas de la tierra. Nacidos para luchar en el ruedo, su destino podría ser el de un frío matadero: «Somos una ganadería corta y nunca hemos enviado nada al matadero, aunque este año quién sabe... No queremos, para que nos paguen un euro por kilo en canal... Preferiríamos que nos rebajasen las tasas para que se entrenen los toreros y ver qué juego dan», comenta su hijo Jacobo. «Si en Madrid cuesta 500 euros, en Castilla-La Mancha es la mitad; aquí también debería rebajarse para ayudarlos», apunta Íñigo Henríquez de Luna. 
Se barajan las ayudas para mantenerlos vivos y para sacrificio. De ello se habla en las reuniones entre los ganaderos madrileños, bajo la batuta de Belén Ortega, licenciada en Ingeniería de Caminos, Medio Ambiente y Farmacia, pero con alma ganadera: «Es el momento de unirnos, pero es muy difícil. Eso sí, ya les he avisado: o la puerta grande o la enfermería. La ganadería de mi padre está en Aranjuez, en zona de regadío, pero otros compañeros lo pasarán francamente mal». «En el mundo del toro se hace mucha demagogia -continúa Jacobo-. 
Estamos tan denostados que quizá algunos políticos nos diesen antes ayudas para sacrificio que para vida. Un "podemita" se quedará tan a gusto si llevamos 200 vacas al matadero, pensará que una ganadería menos...»

María Antonia de la Serna, José Ignacio Llorens, Rocio Monasterio e Íñigo Henríquez de Luna
María Antonia de la Serna, José Ignacio Llorens, Rocio Monasterio e Íñigo Henríquez de Luna
Ensabanados y cárdenos claros, con la fina belleza de sus orígenes, observan a los visitantes. Abrasa el sol y los animales buscan la sombra de las encinas. Rocío Monasterio echa pie a tierra y posa con el ganado bravo al fondo. «Jefa, con esa falda roja va a arrancarse algún toro», dice Paula, de su equipo de comunicación, que prefiere no bajar del remolque. Pero la presidenta de Vox en la Comunidad de Madrid, acompañada por el diputado Henríquez de Luna, pisa con firmeza y sonríe a la cámara.
«La tauromaquia es nuestra cultura, nuestra identidad, nuestro patrimonio, nuestras raíces. En Vox la defenderemos sin complejos y con valentía»
Junto a la línea de fuego, preguntamos a los criadores de reses bravas qué pedirían a los políticos: «Ayudas para mantenernos con vida, somos unos románticos, pero esto es una ruina», afirma Llorens de la Serna. «O nos ayudan o nos quedaremos en el camino. Y, repito, debemos unirnos de una vez», añade Ortega. Los problemas internos, de una desunión histórica, se suman a los externos, con los ataques del falso animalismo y el ninguneo del Gobierno, pasando cada pelota al tejado de las Comunidades o de Ministerio en Ministerio.
¿De qué encaste serían los partidos políticos de hoy?, preguntamos. «Lo tengo claro, pero prefiero no decirlo», comenta Belén. Y apostilla Jacobo: «Lo que está claro es que hasta el encaste más malo estaría por encima de Podemos, son lo peor».
Los diputados de Vox, con Belén Ortega y Jacobo Llorens en la finca de este último
Los diputados de Vox, con Belén Ortega y Jacobo Llorens en la finca de este último
Toma la palabra Monasterio: «Es urgente una ayuda de seis meses por cabeza de animal. Aquí estamos perdiendo fondos europeos para aburrir y hay un sectarismo total, según los amigos del político de turno. Es fundamental defender la tauromaquia como sector, es fundamental defenderla desde el punto de vista cultural y de identidad de España. Hay determinados políticos que están empeñados en acabar con todo lo que represente nuestra cultura, con todo lo que nos pueda unir. Eso no les gusta y lo atacan. Por desgracia, la mayoría de los políticos tienen miedo, y esa parte de la izquierda animalista está muy activa atacando al sector. Por eso, hay que ir de verdad, sin ningún complejo. Yo veo que hay políticos que no se atreven, que les da miedo, y no se dan cuenta de que, en España, sectores muy amplios de la población dependen del toro. Y luego hay un tema clarísimo de libertad y de identidad, de cultura».
En la tierra donde rezuma sangre de torería, advertimos de la politización de los toros y del daño que puede hacer a un sector que no para de clamar que «la cultura no es de izquierdas ni derechas». «Es del pueblo», como habían apuntado antes otros en un encuentro en Colmenar Viejo y apuntarán después ganaderos de bovino, caprino y ovino en Buitrago de Lozoya. Tres caminos, tres encuentros de los diputados de Vox con el mundo rural. «Aquí se ha politizado todo, desde los toros a la religión, pero es evidente que un sector nos detesta y otros nos apoyan, aunque a medias», apunta Jacobo. Se refiere ahora a la reunión del comité de crisis taurino con Isabel Díaz Ayuso: «Todo lo que se dijo está muy bien y se lo agradecemos; lo de bajar el IVA al toro bravo, que grava con el 21 por ciento, cuando deberíamos estar en el 4 o en el 10 como producto cultural, pero eso depende del Gobierno y no de la Comunidad de Madrid. Eso es un brindis al sol. Lo de la Escuela está muy bien también, pero hay cosas más necesarias ahora, como que nos ayuden».
Rocío Monasterio e Íñigo Henríquez de Luna, con los ganaderos de Colmenar
Rocío Monasterio e Íñigo Henríquez de Luna, con los ganaderos de Colmenar
Entra Monasterio con un puyacito: «Eso está muy bien, y hay que apoyarlo, pero con la escuela los ganaderos no llegan a Navidad. No paro de decirlo: hay que ayudar a los ganaderos de manera directa».
Hablamos del intervencionista pliego de condiciones de Las Ventas, «con su afán recaudatorio». «¿De eso se habló algo? En el comunicado no venía».
María Antonia de la Serna, en el umbral de los ochenta años, cuenta que no ha visto una situación tan difícil nunca: «Mantengo la ganadería por tradición familiar y yo me niego a perderla». A su marido, José Ignacio Llorens, las noches se le hacen muy largas. Cuesta conciliar el sueño: «Se sufre mucho, los animales no tienen salida», dice bajo un azulejo de la Virgen de las Angustias y un reloj con los colores de nuestro país. Frente a él, una bandera de España de varios metros. Hasta en el aperitivo, sobre una tortilla española, una bandera rojigualda y una mascarilla con «la cultura no se censura». «No entiendo cómo la gente no ama su país. Somos españoles», subraya la ganadera mientras nos muestra la placita de tientas. Por allí, en Semana Santa, hubiesen pasado 500 norteamericanos para recibir clases de toreo, pero la pandemia lo impidió. «Todo ese ingreso lo hemos perdido», señala su vástago. El drama aumenta por la poca querencia de los toreros hacia este encaste: «Esto no lo quiere nadie. Las figuras de hoy no torean. Solo quieren toros bobitos. Eso no es torear», dice la heredera de la sangre La Serna. «¡Y luego -añade-, no hay derecho a que algunos políticos ataquen así al mundo del toro. Es un ataque a España. Esta mujer [Rocío Monasterio] sí nos apoya».
Rocío Monasterio
Rocío Monasterio
Los diputados de Vox en la Asamblea de Madrid toman nota de las quejas del sector. Interviene Monasterio: «Los ganaderos de lidia están olvidados por el complejo de los políticos. Hay mucho progre que ataca sistemáticamente al toro y todo lo que tenga que ver con la identidad española. Hay partidos que deberían estar defendiendo esto a capa y espada, pero no lo hacen». ¿No cree que la asistencia de un partido político a la concentración de Las Ventas aumenta la politización de la tauromaquia y genera aún más rechazo de otros? «Yo lo que creo es que ahí no debería haber estado solo Vox, sino todos los partidos para apoyar un patrimonio cultural como es la tauromaquia. Nosotros no tenemos complejos. Defendemos los toros con valentía».
Aficionada, cuenta que su marido, Iván Espinosa de los Monteros, es maestrante en Ronda y que años atrás a ella le encantaba pintar con plumilla retazos de las faenas. «Ronda me maravilla. Animo a que den toros allí el primer sábado de septiembre, y a partir de ahí todas las ferias de ese mes y, por supuesto, la de Otoño en Las Ventas».
Los ganaderos de Buitrago conversan sobre la necesidad de abrir el matadero
Los ganaderos de Buitrago conversan sobre la necesidad de abrir el matadero
Regresamos al ruedo rural: «Hay un tema esencial de empleo y sustento de muchas zonas de España, donde la despoblación es clarísima. Esos que gritan por los problemas demográficos y de despoblación de amplias zonas de España, encima lo promueven. Apoyar la ganadería permitiría seguir adelante y llevar un sueldo a casa, pero algunos lo hunden, no solo no defendiéndolo, sino atacándolo, con una burocracia brutal, con unas leyes que dificultan el desarrollo, con una ley del suelo que no les permite ni siquiera conservar instalaciones básicas. No se le puede decir a la gente que se mantenga en los entornos rurales si luego no le das la oportunidad de salir adelante. Aquí opinan del toro gente que no entiende del toro ni del campo y que no tiene interés por conocerlo. En Vox no todos entendemos de campo, pero por lo menos nos interesa enterarnos, aprender escuchando». E insiste: «Ahora lo que hay es una urgencia de seis meses. Y eso no se resuelve con escuelas, sino con ayudas directas y fondos europeos».
El lamento del mundo del toro bravo es también el de las otras gentes del planeta ganadero. Se lo trasladan a Vox, que ha sabido ganarse a parte de las gentes del campo, otrora feudo socialista -«el PSOE ya no es lo que era», apunta un ganadero- y agradecen su visita para conocer de cerca la realidad en medio de la crisis más alarmante. «Yo soy del PP. En el PP algunos también nos apoyan», dice un ganadero. «Yo les iba a votar en las últimas elecciones, pero al final voté a Ciudadanos y me arrepiento», comenta un ganadero de manso. «Para mí Vox estaría a la izquierda», espeta un ganadero de caprino, quesero y legionario. «Agradecemos que Vox nos escuche y se interese por los ganaderos», añade otro. Todos critican el cierre del matadero de Buitrago. «Ahora tenemos que ir hasta el matadero de Colmenar, lo que nos supone 60 euros de sobrecoste por cabeza». Ruinoso.
El campo bravo, en la finca «El Bosque»
El campo bravo, en la finca «El Bosque»
En la despedida, frente al matadero, Henríquez de Luna resume los problemas que les han trasladado los ganaderos de la zona norte de Madrid: «Tienen muchos y el Gobierno de la Comunidad de Madrid tendría que ser más sensible a sus críticas. Han denunciado, por ejemplo, que pierden muchas subvenciones de los fondos europeos en las inversiones que hacen en sus instalaciones porque la autorización urbanística no les llega y al final los pierden. Hay que reformar la ley del suelo. En Buitrago de Lozoya nos han reclamado que su histórico matadero se vuelva a abrir. Por cuestiones urbanísticas, al final no se hace y esto les trastorna mucho. Su apertura reactivaría la economía de la zona». Cierra Rocío Monasterio, que recalca su apoyo al campo y a la Fiesta: «La tauromaquia es nuestra cultura, nuestro patrimonio, nuestras raíces. No puede ser que porque haya partidos que la ataquen, otros callen. En Vox no tenemos ningún tipo de complejo. Iremos allá donde haga falta para escuchar a los ganaderos, defenderlos y dar la cara. Apoyaremos sus reivindicaciones y lo haremos con valentía».

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