martes, 23 de agosto de 2022

EL TELEFERICO DE MÉRIDA

                                                          
                             
Álvaro Sandia Briceño

El Teleférico de Mérida fue inaugurado en el año 1960 y construido en el lapso de treinta meses en el gobierno del General Marcos Pérez Jiménez.

Hay que advertir que cemento, cabillas, las estructuras de las torres, las cabinas y todo lo que requirió su construcción, fue llevado a lomo de mulas y a lomo humano, desde lo que es hoy la Estación Barinitas hasta la Estación Pico Espejo, por trochas hechas a machete por los obreros que allí trabajaron. Solo una máquina Caterpillar D6 llegó al final hasta la tercera estación para hacer el terraceo de lo que fue luego esa Estación. Quisiera que se compararan estos treinta meses de construcción, de la nada a su puesta en marcha, con las cuatro estaciones en pleno funcionamiento y sus torres y cabinas de transporte de pasajeros, con los años en que estuvo inoperativo por labores de reacondicionamiento en que se utilizaron las torres, las cabinas y las estaciones del año 1960 y además un helicóptero de una empresa suiza en que se trasladaron técnicos y materiales.

Haciendo un poco de historia es oportuno recordar que los miembros del Club Andino Venezolano, integrado por un grupo de jóvenes estudiantes de nuestra Universidad de los Andes, apoyaron decididamente que el Gobierno Nacional declarara Parque Nacional a la Sierra Nevada de Mérida y se iniciaran los planes preliminares que llevaron a la construcción del Teleférico de Mérida.

El Club Andino venezolano fue factor fundamental en las excursiones a la Sierra Nevada y en el arraigo del andinismo entre los jóvenes merideños y especialmente los estudiantes universitarios.

Formaron parte del Club Andino Venezolano Carlos Esteban Chalbaud Zerpa, Carlos Lacruz Bravo, Luis Ruiz Terán, Hugo José Parra Febres, los hermanos Rafael, Germán y Gabriel Jelambi, Régulo Scrocchi, J.G. Hernández Pieretti, Pedro Rincón Gutiérrez, Rafael Romero, los esposos Rodolfo y Julia Elena Santiago, y los profesores de la Universidad de los Andes Rosendo Carrasco Formiguera y Eduardo Briesse, quienes bajo la tutela del experimentado Franco Anzil, promovieron la construcción de refugios, la importación de equipos de alpinismo y la expansión del excursionismo como la mejor vía para admirar en su máxima expresión la naturaleza.

El proyecto original del Teleférico de Mérida contemplaba restaurantes y cafeterías en las cuatro estaciones y además zoológicos con ejemplares propios de la zona en dos de esas estaciones. El plan como tal no pudo ser complementado porque el Teleférico de Mérida nació con un pecado original: Fue proyectado y construido por el Gobierno del General Marcos Pérez Jiménez! Llegó a tal el odio y el desprecio hacia este gobierno dictatorial que esa actitud se reflejó en la repulsa hacia esta obra, hasta el punto de que estaba casi decidida su venta como chatarra para México, es decir, se iba a desmantelar esta inmensa construcción para terminar quien sabe en qué allá en las tierras de Cantinflas, Pedro Infante y María Félix.

Los merideños no aceptaron lo que consideraron una afrenta del Gobierno Nacional y de algunos de sus personeros y en una reunión celebrada en el viejo Mérida Country Club, las personas más representativas de la ciudad alzaron su voz para oponerse a lo que consideraron un atropello y un desafuero en contra de la obra más emblemática emprendida en pro del turismo de la ciudad, del estado y de la región andina.

Monseñor José Rafael Pulido Méndez, Vicario General de la Arquidiócesis de Mérida y luego Arzobispo Metropolitano y el Dr. Pedro Rincón Gutiérrez, Rector de la Universidad de los Andes, entre otros, se convirtieron en portavoces de lo que era un clamor general y llevaron la petición ante la Presidencia de la República. El Presidente Betancourt aceptó la solicitud de los merideños y ordenó que se culminaran los trabajos que faltaban, que no eran muchos, y así pudo inaugurarse el tan ansiado “Teleférico más alto y largo del mundo” como rezaban las cuñas que lo publicitaban.

El primer tramo del Teleférico va desde la Estación Barinitas a 1.577 msnm hasta la Estación La Montaña a 2.422 msnm; el segundo tramo va desde la Estación La Montaña hasta la Estación La Aguada a 3.452 msnm; el tercer tramo va desde la Estación La Aguada hasta la Estación Loma Redonda a 4.045 msnm y el cuarto tramo desde la Estación Loma Redonda hasta la Estación Pico Espejo a 4.765 msnm. El recorrido total es de 12.5 kms. que se hace en cómodas y confortables cabinas.

Desde las diferentes Estaciones y a medida que se va subiendo, se puede observar la ciudad de Mérida y las poblaciones vecinas de La Parroquia, Ejido y Tabay, el antiguo camino que conduce hasta la Aldea de Los Nevados, el Glaciar La Concha, la Cascada del Sol y el Camino de Los Callejones, las diferentes lagunas, entre ellas la Laguna La Fría, la Laguna de los Anteojos y la Laguna del Espejo, el Parque Nacional Sierra Nevada y el Parque Nacional Sierra la Culata, el Pico El Toro (4.756 m) y finalmente el imponente Pico Bolívar con sus 4.983 m. y un poco más allá los picos Humboldt (4.942 m) y Bonpland (4.880 m). En días claros se pueden apreciar hacia un lado los Llanos de Barinas y a la distancia la Sierra Colombiana del Cocuy. En el Pico Espejo está la imagen en mármol blanco de Carrara de la Virgen de las Nieves, patrona de los andinistas, que con su mirada apacible nos bendice y nos señala la ruta para un mejorar en nuestras vidas.

La vegetación boscosa de los primeros tramos cede espacio al frailejón, propio de nuestras altas montañas. El frio obliga al uso de suéteres, chaquetas, bufandas, ruanas y guantes de lana y la altura y el nivel de oxígeno a caminar despacio, pero todo lo compensa la belleza del inmenso paisaje y con suerte ver caer alguna nevada.   
 
El único restaurant del Sistema Teleférico original, que realmente funcionó, fue el de la Estación La Montaña, a 12 minutos de recorrido desde su partida en la Estación Barinitas, en donde se podía comer, beber y bailar y además tenía una cancha de bolas criollas.

Los sábados y domingos fueron muchos jóvenes, entre los cuales me cuento, que subimos a esa primera estación para bailar y disfrutar de los conjuntos de música que allí se presentaron. La última cabina bajaba a las diez de la noche en que se trasportaba al personal que allí laboraba y a los rezagados, que no eran pocos, algunos de ellos con el vaso en la mano del último cubalibre que les habían servido. 

El Teleférico de Mérida funcionó a plenitud durante muchos años con un personal calificado y eficiente que velaba por su mantenimiento. El señor Ruffieux, quien vino con la Constructora Applevage, una de las empresas francesas de la construcción, se quedó en Mérida con su familia y aquí compartió en su casa, cerca de la primera Estación, con su esposa, hijos y nietos, quienes se convirtieron en unos merideños más. Alguna vez vimos al señor Rufieux subiendo en las cabinas o en el pequeño teleférico de carga, cuando era requerida su presencia en las estaciones para reparar alguna avería del sistema. Había mística y devoción de trabajo. 

En el año 1965 se reunió en Mérida la Organización Mundial de la Democracia Cristiana (ODCA) que concitó los más importantes dirigentes de esa tendencia política en el mundo.

Vinieron delegados de Alemania, Italia, Bélgica, Francia, Estados Unidos y de los países de América Latina.

Yo formé parte del Comité Organizador y recuerdo que acompañé al Dr. Germán Briceño Ferrigni, Presidente del Partido Social Cristiano COPEI en Mérida, para entregarle la tarjeta de invitación a los actos al Gobernador del Estado Mérida, Dr. Edilberto Moreno Peña, personero destacado del Partido Acción Democrática. En la entrevista celebrada en el Despacho del Gobernador, el Dr. Briceño Ferrigni le dice al Gobernador que esperaba, en aras de la convivencia democrática (era Presidente de la República el Dr. Raúl Leoni), que la Gobernación brindara un agasajo a los asistentes a la reunión, entre los cuales estarían el Dr. Rafael Caldera, Secretario Nacional de COPEI y otros dirigentes nacionales, y destacadas figuras de los demócratas cristianos a nivel mundial.

El Gobernador Moreno Peña, haciendo uso de su bonhomía política, le manifestó al Dr. Briceño Ferrigni, que con mucho gusto ofrecería a los ilustres visitantes una cena en el Restaurant de la Estación La Montaña del Teleférico de Mérida y así se hizo. Todos subimos en las cabinas del sistema para compartir el cordial ágape. La comida y el brindis previo, atendidos por el personal del Hotel Prado Río de la Organización CONAHOTU, cuyo Gerente era el muy eficiente Don Virgilio Angulo Mata, fue todo un éxito. Fue de verdad muy grato ver y escuchar al Gobernador Edilberto Moreno Peña palabras de acercamiento y amistad hacia los asistentes, y también al Dr. Rafael Caldera agradeciendo la amabilidad del anfitrión, en nombre propio y de los invitados, y al final fundirse en un estrecho abrazo al Gobernador y al líder socialcristiano.

Eran otros tiempos y también otros hombres.
El Teleférico de Mérida es ahora solo una referencia en la Mérida Turística.

Lo repararon a un altísimo costo y vinieron de Caracas destacadas figuras de este gobierno.  Hubo mucha fanfarria y despliegue de propaganda. El 7 de octubre del 2016 se abrió nuevamente al público, pero no mucho tiempo después se volvió a cerrar. Allí está a la espera de que alguna alma caritativa se ocupe de abrir sus puertas y permitir que los turistas, criollos y extranjeros, disfruten del inigualable paisaje, del frío montañero y de las atenciones que solo los merideños sabemos brindar.                
En las gráficas de @germandjc, el teleférico de carga, una panorámica del teleférico, y cabinas del viejo y nuevo teleférico.

En la gráfica de autor desconocido, el presidente Marcos Pérez Jiménez observa la maqueta del teleférico Mérida-Pico Espejo expuesta en el Hotel Prado Río, haciendo las explicaciones el Dr. Víctor Silva Bermúdez.

En la gráfica de autor desconocido, en Diciembre de 1968, la Reina de Las Nieves Isbelia Rojas Ruiz le impone un Botón de reconocimiento por sus largos años al servicio del Teleférico de Mérida al señor Ruffieux, el acto en el Hotel Prado Río conto con la presencia del Gobernador del Estado Mérida Dr Jesús Moreno Rangel, del Presidente de la CONAHOTU Pablo Maes Galindo, del Gerente del Hotel  Virgilio Angulo Mata y de otras distinguidas personalidades.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por tan agradable recuento de lo que quiso ser, de lo que fue y de lo que esperamos pueda volver a ser nuestro teleférico de Mérida.. saludos.. atte. Elis Aristizábal.

Germán Monzón Salas dijo...

Álvaro y German. Mis felicitaciones por excelente y oportuno reportaje del teleférico de Mérida, una obra emblemática de la ciudad, así como un paradigma turístico mundial, que ahora en estos días no funcionan por una inocultable irresponsabilidad y desprecio de principios éticos, que no se reconocen y perjudican a todo el pueblo de Mérida y Venezuela.

Carlos Uzcátegui dijo...

Gracias por compartir , excelente historia, como todas esas que tienes acumuladas en tu impresionante memoria. Una misión de vida dejar esos escritos para preservar todo ese legado de cosas que sabes de una época extraordinaria.

Pedro Izarra dijo...

Excelente narrativa la que haces del Teleférico de Mérida,hace falta refrescar la memoria,sobre todo de los más jóvenes para que conozcan las fortalezas de nuestra Mérida, espero que vuelvan esos tiempos de progreso y bienestar,saludos cordiales.

Julio Alexander Parra Maldonado dijo...

Excelente recuento, y más importante en este momento en que se quiere reescribir la historia del país, obviando el esfuerzo de venezolanas y venezolanos que durante 192 años han construido un país más allá de los uniformes, rangos y charreteras militares. En todos los campos hay una historia fructífera de construcción y crecimiento nacional. Muy a pesar de los destructores de la memoria que abundan en la Venezuela menguada de hoy. Que bonito recordar logros y avances de Mérida y Venezuela toda.

Anónimo dijo...

Amigo Álvaro... exelente testimonio histórico. Además, ejemplar retrato del espíritu de respeto democrático de la época.
!FELICITACIONES!

Anónimo dijo...

Excelente la anécdota sobre el Teleférico, es importante disertar sobre estos temas, hay que informar a las nuevas generaciones. Gracias por compartirlo

Anónimo dijo...

Cuantas narraciones como esta se necesitan en Latinoamérica para darnos cuenta de nuestra valía. Grandioso Alvarito. Muchos éxitos en tu emprendimiento.