sábado, 20 de mayo de 2023

Ventura proclama el sultanato de ‘Nazarí’ en Las Ventas

Crónica de la 10º de la Feria de San Isidro de Madrid



Por Javier Jiménez

Mundotoro

Tuvo la décima de San Isidro el sabor de la nostalgia por el fin de un reinado y la confirmación por enésima vez de otro. Y ambos son culpables del momento actual del rejoneo. Diego Ventura y ‘Nazarí’. Torero a caballo y caballo torero. ¡Qué privilegio haber podido vivir en su época! Una dupla que ha dado un punto de más al rejoneo. Lo liberó Ventura de montura y cabeza en el ruedo tras la lidia del cuarto, pero ‘Nazarí’ no se quería ir de su reino llamado Las Ventas. Quizás, alguno todavía necesite el paso del tiempo para atestiguar esta tarde como un punto en la Historia del toreo a caballo. Eso sí, seguido. Pues Diego Ventura alcanzó su 18ª Puerta Grande en una carrera que parece no tener límites, labrando a golpe de rienda unos números inconmensurables.

Nueva lección de magisterio del de La Puebla del Río. Ni siquiera importó el ridículo de un presidente al no conceder la segunda oreja tras una faena de acople perfecto con el toro. Importante dimensión de rejoneador cuajado de Leonardo, al que solo el acero le quitó la Puerta Grande con el lote más complicado de un encierro en el que destacaron los toros de Capea y buena confirmación de alternativa de Duarte Fernandes, que tuvo que dar muerte al sexto tras cortarse en la mano derecha con el rejón de muerte. 



Dos orejas cortó Ventura del segundo, un importante toro de Carmen Lorenzo, con clase, ritmo, fijeza y humillación, al que el rejoneador lo recibió en un palmo de terreno, metiendo los cuartos traseros el caballo, para girar sobre su propio eje y salir por el rabo del toro. De manual. Tuvo ese toro la condición que permite hacer el rejoneo más exquisito. Algo que consiguió Ventura con ‘Fabuloso’. Varios galopes de costado paralelos a las tablas, ceñidas ‘Hermosinas’ y varias banderillas en el centro del ruedo dando todas las ventajas al toro, batiendo al pitón contrario y clavando en el estribo. De poder a poder. Todo con enorme temple, como si existiera un hilo transparente que mantuviera perenne la embestida del toro a la grupa del caballo. Imposible hacerlo más reunido. Una tuvo un enorme mérito, pues en los terrenos de distancia corta en el tercio, paró Ventura al caballo a escasos metros del toro, dejando que fuera el de Murube el primero en arrancarse, para salvar la embestida y clavar arriba. Puso la guinda Ventura con ‘Bronce’, metiéndose en los terrenos de cercanías por su enorme flexibilidad. Quitó la cabezada, para poner un arpón antes de rematar su actuación con tres cortas al violín en la suerte del caracoleo. El rejón fue efectivo y el triunfo en sus manos. 


De marcados caracteres de doma vaquera fue el recibo con la garrocha en la puerta de chiqueros de Diego Ventura a un toro que tuvo cuajo y resultó bueno durante su lidia. Enorme fue la conjunción entre Ventura, ‘Nazarí’ y el toro de la familia Capea. Varios galopes de costados paralelos a tablas como previo a unas banderillas batiendo siempre al pitón contrario. Destacó el genio del rejoneo la locura en los tendidos con ‘Nómada’ en varias banderillas, saliendo de la cara del toro con ajustadas piruetas. Tres banderillas cortas pusieron la rúbrica a una obra muy completa en una tarde sin límites. El acero volvió a ser efectivo y el público pidió las dos orejas. Pero, el presidente decidió no concederlas, sin ningún argumento. Quizás, el desconocimiento. Por intentar encontrar alguna explicación. Con el público encabronado, un emocionado Ventura recorrió el anillo de Las Ventas con ‘Nazarí’. Ya no había marcha atrás. Las rodillas del jinete no volverían a notar los latidos del caballo. La despedida, en el centro del ruedo, quitando montura y cabezada, era el homenaje de un caballo para la Historia. El que reinó en las plazas. El caballo, como sabedor de lo que allí acontecía, se gustó y le costó salir del ruedo.


La tarde de Leonardo Hernández no hace justicia en el resultado, pues solo el rejón de muerte le imposibilitó de salir por la Puerta Grande. Bien merecida en el ruedo, pues su primero fue tardo e incierto por momentos. Había que llegarle mucho a su terreno y sin ritmo en sus embestidas. Resultaba complejo el temple y el rejoneador extremeño lo consiguió con ‘Enamorado’ y, sobre todo, con ‘Sol’, en los terrenos de cercanías. Las banderillas fueron de poder a poder, batiendo al pitón contrario. Era faena de oreja, pero se perdió en el filo del rejón de muerte. 


Algo similar pasó en el quinto, un astado que marcó los terrenos de los adentros y al que Leonardo le imprimió toda su garra y capacidad de rejoneador hecho para cuajar una importante faena. Vibrantes fueron las banderillas con ‘Calimocho’ en el centro del ruedo, dando mucha distancia al toro, arrancando desde las tablas. Llegó ‘Xarope’ y con él, también, la fuerza a los tendidos. Se puso complejo el toro en el último tercio, poniéndose por delante del caballo, marcando mucho y apretando hacia los adentros. Difícil resultó la suerte de matar.

Una nota alta sacó Duarte Fernandes de la tarde de su alternativa, sobre todo, en la faena al sexto. Instrumentó el luso varias banderillas del concepto más puro, dando distancia, entrando a la suerte con rectitud y templanza, batiendo al pitón contrario y clavando en el estribo. Era faena de oreja, pero no estuvo acertado con el acero. Además, en un pinchazo, se cortó el luso la mano derecha, haciendo un verdadero esfuerzo por sostener el verduguillo cuyo desacierto dilató su actuación. Con el primero, ya había demostrado Duarte Fernandes su concepto puro del rejoneo. Merece volver y que de le den nuevas oportunidades. 

Ficha del Festejo:

Hierro de Los Espartales - EspañaHierro de Carmen Lorenzo - EspañaHierro de El Capea - España

Plaza de toros de Las Ventas (Madrid). Décimo festejo de San Isidro. Primera corrida de rejones. Lleno. Toros de Los Espartales (1º y 5º), Carmen Lorenzo (2º, 3º y 4º) y El Capea, (6º), bien presentados y desiguales de juego. Destacaron, sobre todo, el segundo y el sexto, dos grandes toros. Bueno también el cuarto. Cambiante de ritmo y por momentos incierto el tercero. El primero, noble. El quinto fue más complicado. 

• DIEGO VENTURA, dos orejas y oreja. 

• LEONARDO HERNÁNDEZ, ovación y ovación tras aviso . 

 DUARTE FERNANDES, que confirmaba alternativa, ovación y silencio tras dos avisos.

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