Jesus Ramirez "El Tato"
Se va un año y unos dicen que fué un desencanto. Diría que fué lo que hay y lo que tenemos. No hemos llegado a un punto de difícil retorno. No nos acusemos ni identifiquemos culpables.
Hay mucho para reflexionar y hablar entre taurinos. El toro moderno?...el toro que solo humilla y no molesta?....el que se deja, no tiene gasolina y no emociona?
O la figura que llega directo a las ganaderías donde su amigo el ganadero lo deja escojer?....
Sabes qué amigos lectores de fin de año? Debemos sentirnos orgullosos de nuestros ganaderos que mantienen sus encastes y sueñan todo el año a pesar de vender dos o tres corridas. Otros no han entrado en ese banquete de mantelería de lujo pero siguen soñando.
Y me enorgullece saber cuántos ganaderos amigos sueñan con exhibir su divisa cuando reabran nuestra hermosa maestranza.
Y saben qué? Debemos sentirnos orgullosos de nuestros matadores que castigados en las ferias grandes, entrenan, sueñan y tienen traje y avíos listos peleando con el guardapolvos, para cuando su nombre aparezca en carteleras.
Y qué de nuestras empresas taurinas con logística y arduo trabajo que se desinfla cuando ven en la plaza tanto cemento descubierto?
Y dónde está la crónica taurina verdadera ausente de memoria histórica y zalamera? Se requiere urgente del esfuerzo profesional para encauzar una fiesta que a veces descansa en la mentira.
Y que tal nuestros propios profesionales de plata organizados, profesionales en la arena que no dejan dudas ante quiénes vienen colocados con las figuras con 60 corridas encima?
Nuestra querida fiesta brava es una sucesión de hechos y vivencias desagrados y alegrías, pero sin perder el optimismo y la fé por un nuevo año de cambios sin premura y con el rugido del toro en su galope con alegría y nobleza.
Que el 2024 entre en corto y por derecho con nobleza y entrega que con fé y Dios por delante estaremos dispuestos para lidiarlo con aplomo, seguridad y convencimiento.
Felíz año a quiénes tienen la paciencia de leerme todo el año.
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