Agencia EFE
Venezuela ha perdido este año su último glaciar ubicado en el estado Mérida, en la región de los Andes tropicales, según un informe de la red de científicos Iniciativa Internacional sobre Clima y Criósfera (ICCI por sus siglas en inglés), presentado este martes en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático número 29 (COP29), en Bakú, capital de Azerbaiyán.
«Venezuela perdió su último glaciar, el Humboldt, en 2024, uniéndose a Eslovenia como los primeros dos países en perder sus glaciares en tiempos modernos», señala el informe.
Asimismo, explica que el campo de hielo del glaciar «se volvió demasiado pequeño para fluir bajo su propia presión» y quedó «estancado a aproximadamente 0,01 kilómetros».
La ICCI destaca que 5.500 glaciares de la cordillera de los Andes tropicales han perdido el 25 % de su capa de hielo, mientras que los glaciares de esta cadena montañosa «se derriten diez veces más rápido que la media acumulada mundial».
«Los glaciares de los trópicos andinos son ahora más pequeños que en cualquier otro momento en más de 11.700 años.
En 2024, se convirtieron en la primera región glaciar global confirmada como más pequeña que en cualquier momento anterior desde el final de la última Edad de Hielo», subraya la organización.
Desde el pasado diciembre, Venezuela desplegó equipos especializados para ejecutar un plan de desaceleración del deshielo en su último glaciar, que consistió en la utilización de una malla térmica para mantener la temperatura en la zona y evitar el derretimiento.
El pasado junio, el ministro de Ecosocialismo (Medioambiente), Josué Lorca dijo que estaban analizando el comportamiento del glaciar, para recopilar información valiosa para que los demás países protejan sus glaciares.
La ICCI advierte que, de no tomarse correctivos, el mundo se encamina hacia un ritmo de calentamiento que probablemente superará la capacidad de adaptación humana a finales de este siglo.
Explica que cualquier superación del límite inferior de 1,5 grados Celsius (°C) «es extremadamente riesgoso» por la forma en que afecta a las regiones polares y de hielo del mundo.
Además, alerta de que un aumento de 2 °C «provocaría pérdidas y daños cada vez mayores, mucho más allá de los «límites de adaptación para muchas comunidades de las montañas y río abajo».
«Casi todos los glaciares tropicales y de latitudes medias cruzarían los umbrales, lo que provocaría su pérdida total, y los glaciares de alta montaña de Asia, de importancia crítica, perderían alrededor del 50 % de su hielo», remarca.
De no tomarse medidas, señala el ICCI, esto generará «cambios graves» en el ciclo del agua, lo que afectará la seguridad alimentaria, energética e hídrica.
3 comentarios:
Muy interesante información, con la triste realidad de la desaparición de los glaciares de la Sierra Nevada de Mérida.
En CORPOANDES, existe un mural del pintor Ivan Belski, donde se puede observar los glaciares en todo su esplendor, confiriéndole un enorme valor histórico a los paisajes que reflejan los tres monumentales murales, que adornan el salón de reuniones del directorio. Germán Monzón Salas
No hay nada nuevo en el comentario del ICCI, desde hace mucho tiempo hemos clamado por generar más atención al estudio de nuestro último remanente de hielo glacial. Sin duda existen algunos aportes de nuestras universidades, pero este tema específico no fue prioritario en los financiamientos de investigación. Muy responsablemente, asumo que toda la inversión que se hizo al final carece de algún valor científico agregado, y sugiero que proyectos como el estudio de las sucesiones primarias en las áreas dejadas al descubierto por retroceso del hielo, tengan un financiamiento significativo. Este proyecto es liderado por Luis Daniel Llambi y su equipo dela ULA. Igualmente, es importante seguir investigando sobre los registros paleoclimaticas conservados en los sedimentos de nuestras lagunas glaciares, la cual nos ha proporciona datos para conocer la variabilidad del clima durante el último milenio, y por esta via hacer predicciones objetivas sobre la variabilidad climática que afecta al planeta. Estamos en un momento estelar para oir sobre los proyectos de investigación de aquellos científicos que han dedicado años de trabajo a investigar sobre este problema.
Venezuela perdió todos sus glaciares. El aumento de la temperatura derritió las masas de hielo que habían permanecido durante más de 20.000 años en las crestas más elevadas de los Andes venezolanos. Perdimos nuestras Águilas Blancas.
Otros efectos del calentamiento global sobre Venezuela son inminentes: el aumento en el nivel del mar, el azote cada vez más feroz de los huracanes, sequías, inundaciones y pérdida de las condiciones de habitabilidad de la mayor parte del territorio nacional para finales de siglo.
Enfrentamos una emergencia nacional sin precedentes en la historia de la humanidad. Sin embargo, carecemos de políticas públicas para enfrentarla.
Por el contario. Funcionarios públicos de alto nivel se han asociado para aprovechar la destrucción de nuestros glaciares en su propio beneficio. El ministro de Eco Socialismo, Josué Lorca, se ha asociado con el gobernador de Mérida, Jehyson Guzmán y una oscura ONG llamada PROBIODIVERSA para “salvar al último glaciar”, como irónicamente se refieren el minúsculo y putrefacto pedazo de hielo remanente, estancado al pie del pico Humboldt.
Para “salvarlo” procedieron a cubrir su perímetro con un manto mortuorio plástico, violando leyes y reglamentos vigentes, incluyendo el artículo 129 de la Constitución Nacional sobre la obligatoriedad de un estudio previo y público de impacto ambiental, la obligación de realizar una consulta pública y violando el Plan de Ordenamiento y Reglamento de Uso del Parque Nacional Sierra Nevada.
El manto plástico mortuorio con el que envolvieron al minúsculo pedazo remanente de hielo al pie del Humboldt
amenaza además la seguridad de la población de Mérida, por la propagación de micropartículas de plástico provenientes de la acelerada degradación del manto plástico sometido a las severas condiciones atmosféricas del lugar.
Se especula sobre la transferencia de millones de dólares del gobierno a la fundación PROBIODIVERSA para “salvar al último glaciar de Venezuela”, aunque el costo del proyecto difícilmente exceda los US$ 100.000.
Es alarmante la absoluta falta de transparencia sobre la magnitud del presupuesto y sobre el manejo de estos recursos públicos, para que funcionarios públicos intervengan arbitrariamente un bien público, amenazando la seguridad misma de la población, violando leyes vigentes e impidiendo la participación ciudadana.
La intervención de la Fiscalía luce necesaria.
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