sábado, 17 de mayo de 2025

Joselito El Gallo: El Rey de los Toreros

Pase de pecho. Serrano



Víctor Ramírez "Vitico"
El 16 de mayo de 1920, en la pequeña plaza de Talavera de la Reina, Joselito El Gallo pagó el precio más alto; dio su vida por lo que tanto amó. Joselito es considerado El Rey de los Toreros con todo merecimiento, pues ha sido, es y será el mayor exponente de los hombres de luces de todos los tiempos. 

Sentado. Colección particular.

Los avances técnicos que consiguió en todos los aspectos de la fiesta fueron asombrosos; su dedicación al toreo fue plena y absoluta. Su sangre derramada en la arena talaverana cerró una corta vida que tuvo luz en los ruedos y tristezas fuera de ellos. A la muerte de su madre en 1919 se suma la poca fortuna en el amor, por culpa de las barreras infranqueables de los linajes de la época.

Doblón Rodero.

José fue el mandón de la fiesta, la máxima figura, pero eso no le valió para dar gusto a su alma. Impresiona saber que él mismo organizó casi que directamente la corrida de su muerte, dando todas las facilidades, buscando alternativas para la empresa de Madrid donde estaba anunciado el día de Talavera, pero prefirió ir al pueblo toledano a costa incluso de tener problemas con la autoridad, pero el maestro consiguió convencer a la empresa de cuadrar fechas; de hecho, al día siguiente volvía a torear en Madrid.

Revisando los planos de Las Ventas con el arquitecto Julián Espeliú. Rodero.

José llegó a Talavera con la tristeza de haber sido tratado con gran actitud en la plaza madrileña, incluso le dijo a Juan Belmonte: "Hay que irse, Juan", y lamentablemente lo cumplió. El día de la corrida almorzó paella y durmió la siesta tranquilamente. Se enfundó en un grana y oro; mientras se vestía, cantaba unas tétricas coplas sobre la muerte de El Espartero que aprendió en Lima, ciudad donde curiosamente estrenó este vestido. La corrida de la viuda de Ortega no dio buen juego; José e Ignacio Sánchez Mejías fueron lidiando el encierro con facilidad y oficio, pero sin lucimiento.

"Bailaor", el quinto de la tarde, le dio una tremenda cornada en el bajo vientre a Joselito, que falleció una hora después en la enfermería. Nadie creía las noticias, pues José era el torero poderoso que todo lo sabía. Cuando se selló el provisional nicho en su entierro, se cerraba definitivamente el paso terrenal de José. Pero no su legado, que llega hasta nuestros días, pues él visualizó el futuro de la fiesta que hoy tenemos. Esta fecha ha sido proclamada como el Día de la Tauromaquia en honor y homenaje a El Rey de los Toreros.

Todas las fotos publicadas en el libro Joselito El Gallo. Rey de los toreros de Paco Aguado.

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