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La numismática, o lo que es lo mismo, el arte de coleccionar monedas, medallas y billetes antiguos, es una tendencia en auge en España. Lo que antes era considerado un pasatiempo, ahora es un mercado en plena expansión, donde piezas que podrían parecer meros recuerdos del pasado pueden llegar a alcanzar cifras desorbitadas en subastas y galerías especializadas. Y eso, precisamente, es lo que sucede con una moneda de Franco de 50 pesetas, cuyo valor podría superar los 20.000 euros.
¿El motivo? Se trata de ejemplares muy escasos con un especial interés por su historia y singularidad. Aunque las pesetas dejaron de circular en el año 2002 con la llegada del euro, muchas de estas monedas permanecen en manos de coleccionistas o bien olvidadas en cajones en las casas de muchos españoles.
Sin embargo, algunos de estos ejemplares fueron acuñados en determinados años y en condiciones específicas, lo que podría disparar su valor actual. Y es que la rareza y las características particulares de cada una pueden convertir una simple moneda común en un auténtico tesoro. Cuanto más difícil es conseguir una moneda, mayor es su valor en el mercado. Y, en ocasiones, cualquiera puede tener en sus manos una pieza que vale una fortuna sin saberlo, simplemente por haberla dejado olvidada en algún rincón de casa con el paso de los años.
Hasta 20.000 euros por una moneda de 50 pesetas.
La moneda de 50 pesetas acuñada en 1957, emitida por la Fábrica Nacional de la Moneda y Timbre, fue creada como una prueba y nunca llegó a circular oficialmente. Su origen es muy particular, pues se cree que hoy en día solo existe en manos de coleccionistas o en la Casa de la Moneda. La escasez de estos ejemplares, sumada a su estado de conservación, hace que su valor se haya multiplicado con el tiempo. En la actualidad, de hecho, puede alcanzar precios de hasta 20.000 euros en subastas especializadas.
¿El motivo? Se trata de ejemplares muy escasos con un especial interés por su historia y singularidad. Aunque las pesetas dejaron de circular en el año 2002 con la llegada del euro, muchas de estas monedas permanecen en manos de coleccionistas o bien olvidadas en cajones en las casas de muchos españoles.
Sin embargo, algunos de estos ejemplares fueron acuñados en determinados años y en condiciones específicas, lo que podría disparar su valor actual. Y es que la rareza y las características particulares de cada una pueden convertir una simple moneda común en un auténtico tesoro. Cuanto más difícil es conseguir una moneda, mayor es su valor en el mercado. Y, en ocasiones, cualquiera puede tener en sus manos una pieza que vale una fortuna sin saberlo, simplemente por haberla dejado olvidada en algún rincón de casa con el paso de los años.
Hasta 20.000 euros por una moneda de 50 pesetas.
La moneda de 50 pesetas acuñada en 1957, emitida por la Fábrica Nacional de la Moneda y Timbre, fue creada como una prueba y nunca llegó a circular oficialmente. Su origen es muy particular, pues se cree que hoy en día solo existe en manos de coleccionistas o en la Casa de la Moneda. La escasez de estos ejemplares, sumada a su estado de conservación, hace que su valor se haya multiplicado con el tiempo. En la actualidad, de hecho, puede alcanzar precios de hasta 20.000 euros en subastas especializadas.
1 comentario:
Tengo de esas monedas y otras como hago para venderlas
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