"Por una Mérida más humana, cuidemos nuestras mascotas", resuena de forma irónica cuando el entorno está descuidado. Es difícil hablar de una ciudad "humana" o de cuidado animal si la salud ambiental básica de sus habitantes está comprometida.
La basura no solo afea la ciudad, sino que también es un riesgo directo para la salud pública y, paradójicamente, para las mismas mascotas que el mural busca proteger.
Los animales pueden enfermar al ingerir residuos o al entrar en contacto con plagas que estos residuos atraen.
Cuidemos a las mascotas, pero primero cuidemos la salud ambiental de los ciudadanos, apunta a una verdad fundamental: el bienestar de todos, humanos y animales, está profundamente interconectado con la salud del entorno en el que vivimos. Una ciudad limpia y bien mantenida es paso para una convivencia sana y respetuosa.
El cuidado de las mascotas no puede ser una acción aislada, sino que debe formar parte de un esfuerzo más amplio por construir una comunidad más sana y consciente de su entorno.
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