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La canciller de Colombia, Rosa Villavicencio, consideró este martes como «desproporcionada» la presencia militar de Estados Unidos en aguas del Caribe para luchar contra el narcotráfico, un despliegue que el presidente venezolano Nicolás Maduro ha denunciado como una «amenaza» a su país.
La maniobra estadounidense contempla el envío de unos 4.000 efectivos cerca de territorio marítimo de Venezuela, cuyo mandatario considera que se trata de una acción para ejercer la «máxima presión» en su contra por parte del gobierno de Donald Trump.
«No hay duda de que los países de la región estamos comprometidos en esa lucha contra el narcotráfico pero esa presencia desproporcionada, frente a las tensiones que existen entre Venezuela y Estados Unidos, nos llevan a advertir que una injerencia no es posible porque Colombia, América Latina, es tierra de paz», dijo la canciller en una rueda de prensa.
Sin mencionar directamente a Venezuela, el presidente de Colombia, el izquierdista Gustavo Petro, ha insistido en que no apoyará ninguna «invasión» en Latinoamérica.
El lunes Maduro denunció que ocho barcos de Estados Unidos con 1.200 misiles «apuntan» hacia su país.
Washington aumentó a 50 millones de dólares la recompensa por información que conduzca a la captura de Maduro al acusarlo de presuntamente encabezar a una organización criminal llamada el cártel de los Soles. Petro sostiene que ese grupo «no existe» y se ha acercado al mandatario venezolano aunque no reconoció su reelección.
Ante las tensiones de Venezuela con Estados Unidos, Colombia convocó el lunes a una reunión de «urgencia» con los países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
Con el visto bueno de Petro, Caracas anunció la semana pasada el despliegue de miles de miembros de sus cuerpos de seguridad en la frontera con Colombia para operaciones antinarcotráfico.
AFP
La canciller de Colombia, Rosa Villavicencio, consideró este martes como «desproporcionada» la presencia militar de Estados Unidos en aguas del Caribe para luchar contra el narcotráfico, un despliegue que el presidente venezolano Nicolás Maduro ha denunciado como una «amenaza» a su país.
La maniobra estadounidense contempla el envío de unos 4.000 efectivos cerca de territorio marítimo de Venezuela, cuyo mandatario considera que se trata de una acción para ejercer la «máxima presión» en su contra por parte del gobierno de Donald Trump.
«No hay duda de que los países de la región estamos comprometidos en esa lucha contra el narcotráfico pero esa presencia desproporcionada, frente a las tensiones que existen entre Venezuela y Estados Unidos, nos llevan a advertir que una injerencia no es posible porque Colombia, América Latina, es tierra de paz», dijo la canciller en una rueda de prensa.
Sin mencionar directamente a Venezuela, el presidente de Colombia, el izquierdista Gustavo Petro, ha insistido en que no apoyará ninguna «invasión» en Latinoamérica.
El lunes Maduro denunció que ocho barcos de Estados Unidos con 1.200 misiles «apuntan» hacia su país.
Washington aumentó a 50 millones de dólares la recompensa por información que conduzca a la captura de Maduro al acusarlo de presuntamente encabezar a una organización criminal llamada el cártel de los Soles. Petro sostiene que ese grupo «no existe» y se ha acercado al mandatario venezolano aunque no reconoció su reelección.
Ante las tensiones de Venezuela con Estados Unidos, Colombia convocó el lunes a una reunión de «urgencia» con los países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
Con el visto bueno de Petro, Caracas anunció la semana pasada el despliegue de miles de miembros de sus cuerpos de seguridad en la frontera con Colombia para operaciones antinarcotráfico.
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