Este fin de semana asistimos a las últimas tres tardes del ciclo ferial salmantino en las que hubo un poco de todo.
El viernes 19 torearon Morante, Ismael Martín (en sustitución de Manzanares) y Marco Pérez, con toros de García Jiménez. El sábado 20, corrida de rejones de Sánchez y Sánchez para Rui Fernández, Sergio Galán (en sustitución de Guillermo Hermoso) y Diego Ventura, y el domingo 20 la ya tradicional corrida concurso de ganaderías para Morante, Talavante y Borja Jiménez.
Morante: Genio y Figura.
La Glorieta pasó del amor incondicional al odio desmedido con el maestro entre un toro y el otro, aunque el culpable fue el viento. Debo decir que Morante vino dispuesto y con muchas ganas de agradar luego de aquella tarde del 14 de Junio cuando nos deleitó con una de sus mayores obras maestras de este año, pero el viento arruinó su buen genio y disposición, tanto la capa como la muleta, parecían abanicos que exponían constantemente al torero. En el primer toro pudo controlarlo un poco y dejó destellos de su clase en algunos pases sueltos con la muleta y logró estructurar una bella faena que no pudo rematar con la espada pero que el público agradeció y aplaudió con entusiasmo, dejando en reposo las expectativas para el siguiente turno.
Pero hasta ahí llegó la paciencia del cigarrero, en su segundo toro, el viento, que parecía ensañarse con él, lo puso de tan mala ostia que tiró dos trapazos y entró a matar como pudo. Recibió una bronca monumental, pitos y gritos de sinvergüenza tan fuertes como los aplausos del turno anterior. La verdad sea dicha, era un toro complicado que requería una lidia difícil y dadas las condiciones no quiso exponer, tampoco lo necesita y dejaría de ser Morante.
El domingo fue otra cosa, el público estaba receloso y ya no coreaba su nombre con el entusiasmo del viernes, con dudas de lo que pudiera hacer, pero una vez más, saltaron los duendes de la capa de Morante y disfrutamos del genio, del maestro, del artista, del monstro de la temporada. Dos faenas suyas y solo suyas que disfrutamos muchísimo y que no tuvieron premio al no acertar con el estoque, solo una vuelta al ruedo que supo a poco.
Ismael Martín: Nuevamente el joven salmantino entusiasmó a todos con su energía y valor, nos recuerda a su padrino, El Fandi, parecen de la misma escuela. Sus banderillas son un verdadero espectáculo y su valor desmesurado. Creo que dará mucho que hablar en los próximos años si le dan las oportunidades ya que es mucho menos mediático que su paisano Marco Pérez. Cortó dos orejas en su primer turno y le negaron una del segundo que el público pidió a rabiar.
Marco Pérez nos regaló la que yo considero la faena de la feria, pura, exquisita, con valor y entrega, en el sexto de la tarde del viernes luego de la voltereta sufrida en el tercero de la que salió ileso de puro milagro. Cada vez me gusta más este muchacho, más asentado, más clásico. Marco nació hecho torero y si los toros lo respetan está llamado a ser figura entre las figuras. Faenón y dos orejas para sumar tres en una tarde donde el genio salió por sus pies y los novatos por la puerta grande.
De Talavante no hay mucho que decir, más de lo que he venido comentando, le falta entrega ya no es aquel torero de cercanía de antes, pasa sin pasar, cumpliendo pero sin transmitir la emoción de antaño, toreando con el pico, manchando el traje a otro pasado, cortó una oreja de poco mérito.
Borja Jiménez sigue imparable, es un torero que emociona, pone a la plaza a rugir y la verdad hace las cosas bien, muy bien, su entrega es genuina y su muleta poderosa, cortó una oreja que no fueron dos porque el toro tardó en caer, en el último de la feria y nos dejó con un buen sabor de boca y ganas de volver a verle.
El día antes, sábado, fue una tarde pasada por agua que debió suspenderse faltando los dos últimos toros de rejones, incluido por lástima, el segundo de Ventura que estuvo enorme con el primero. Cuando cabalga Ventura minimiza a sus compañeros de cartel, esta muy por encima del resto de los mortales, a lomos de Cobre realizó las mayores proezas de la tarde y pese a marcar un pinchazo con el rejón de muerte, cortó dos orejas que no pudo sacar a la calle por la suspensión.
Sus compañeros estuvieron correctos, mejor Sergio que Rui, pero fallaron con los aceros, así que la tarde fue de Ventura y nos dejó maravillados con su arte y su cuadra torera espectacular.
Y ya esta feria es historia, vivimos el indulto de Buenasuerte y grandes momentos de Marco Pérez, Morante, para bien y para mal, y un inmenso Diego Ventura que con Borja, De Justo e Ismael completaron lo mejor del ciclo.
Acacio Sandia Scheuren
@ajsandia
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