viernes, 19 de octubre de 2012

GANADERÍA TOROS DE ALBARREAL


(Foto: Arjona)
Ángel Berlanga
Poco más de una década ha transcurrido desde su formación y la ganadería de Albarreal ya se ha ganado la confianza de las figuras. La regularidad obtenida por las reses del nuevo hierro propiedad de los García-Palacios, que en sus manos tienen...
Poco más de una década ha transcurrido desde su formación y la ganadería de Albarreal ya se ha ganado la confianza de las figuras. La regularidad obtenida por las reses del nuevo hierro propiedad de los García-Palacios, que en sus manos tienen también el tesoro genético de Concha y Sierra, ha aupado a la divisa onubense a los carteles de relumbrón. Basada en productos de tres líneas de origen Domecq -Marqués, Martelilla y Juan Pedro-, Guillermo García-Palacios está consiguiendo aunar lo mejor de cada sangre. Su obra, a pesar de la juventud del proyecto, cuenta con credenciales de futuro.

- “Ha embestido el 90% de la camada. Ha habido dos indultos que me hicieron feliz, pero me quedo con la regularidad”
- “En pocos años he entrado en plazas y carteles importantes. Soy un afortunado”
- “He logrado que el toro malo se distancie poco del bueno. Eso es algo que piden las figuras, que son quienes quiero que maten mis corridas”
- “Los de arriba basan sus temporadas en seis o siete ganaderías y de ahí no salen. Así nos cuesta a otros demostrar si lo hacemos bien o mal”
- “Lo del Marqués se venía pronto y alegre pero tenía dos defectos: le costaba humillar y rebozarse. Esos matices están solventados”
- “Se confunde nobleza con ausencia de transmisión o raza. El toro ha de ser noble, pero el público no debe verse capaz de estar delante”
- “El espectáculo tiene que sustentarse en dos pilares fundamentales, el torista y el torerista. Y cada uno debe jugar su papel”

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