La ruptura de Morante y Talavante con All Sport Media confirma el fracaso del objetivo de defender derechos de imagen
El llamado G-10 está hundido, acabado, como ya ha declarado el matador de toros José María Manzanaresy
que viene a ejemplificar el abandono que hicieron, en su día y nada más
terminar la temporada, primero el sevillano Manuel Jesús «El Cid» y al que siguió David Fandila «El Fandi».
Este «abandono» del barco antes de que zozobrase en las procelosas aguas de una temporada que le ha salido por la culata, en términos generales, al llamado G-10, tuvo su refrendo con la retirada de Cayetano, «missing in action» desde entonces, y con el cambio de apoderamiento de Morante de la Puebla. Estos dos últimos diestros, curiosamente, llevados por el mismo hombre: Curro Vázquez.
Y en el trasfondo de estos diez toreros
-recuérdese: El Juli, Miguel Ángel Perera, José María Manzanares, El
Cid, Alejadro Talavante, Morante de la Puebla, Cayetano, El Fandi,
Enrique Ponce y César Jiménez-, los derechos de imagen llevados por la
empresa All Sport Media (ASM), cuyos resultados han sido peores que incluso la creación del G-10.
Desbandada
También El Cid ha sido el primero en anunciar, por medio de su abogado, Joaquín Moeckel, su intención de dejar a ASM. Ahora, Morante y Talavante se suman a la desbandada y han comunicado a Javier Folqué,
presidente de All Sports Media, su decisión en firme de resolver el
contrato que les ha unido durante este año para gestionar sus derechos
de imagen.
Y hoy como más tardar los representantes de José María
Manzanares y David Fandila «El Fandi» también esperan resolver su salida
de ASM con Javier Folqué. El G-10, su espíritu fundacional, se han hundido de manera irremisible.
¿Qué ha fallado?
¿Qué es lo que ha fallado en todo este entramado? Principalmente, los intereses distintos de
cada uno de sus toreros: no es lo mismo el caché de uno que de otro,
que se traduce en los triunfos en plazas y ferias importantes. Meter a
todos en el mismo saco ha servido, finalmente, para que salgan a flote
las diferencias existentes.
Como ha precisado Moeckel a aplausos, «hay fundamentos de base suficientes para resolver el contrato. Esperamos que la ruptura tenga lugar de manera amistosa
y consensuada», recordando que «el espíritu del contrato era mejorar la
imagen de los toreros y eso obviamente no ha sucedido, sino más bien lo
contario, ha empeorado».
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