viernes, 16 de noviembre de 2012

"Morante de la Puebla" se acerca a la capital


EL ROMÁNTICO Y HECHIZANTE DEL TOREO






Miguel Á. García
TORERO de impulso, de momentos, de estado de ánimo, sevillano de cepa y hecho de mil conjuros, este es "Morante de la Puebla", nacido en Puebla del Río, Sevilla el 2 de octubre de 1979. La localidad de Villamanrique de la Condesa, cerca de su tierra natal, le vio nacer ante las multitudes el 3 de septiembre de 1988, ese día se presentó como novillero; en ese entonces faltaba solamente darle una vuelta a la tapa del frasco para dejar salir por completo todo el duende de su toreo. El 23 de abril de 1995 pisó el ruedo de Las Ventas, en Madrid y a Sevilla llegó el 10 de abril de 1996, donde por cierto se llevó el Zapato de Oro que estaba en disputa. Su carrera como novillero apuntaba alto y ciertamente ya comenzaba a inclinarse por un toreo distinto a todo lo que se había visto en esta época. Finalmente el 27 de junio de 1997 Morante se hizo matador en Burgos, llevando de padrino al gran César Rincón y de testigo a Fernando Cepeda. Fue en la Real Maestranza de su natal Sevilla donde consiguió grandes tardes, consiguiendo varias Puertas 
Grandes; su triunfal andar y el misterio tejido a su alrededor le llevó a encerrarse en Madrid con seis toros el 6 de junio de 2007, en la Corrida de la Beneficencia. Morante es un torero que se cuece aparte, torero de broncas o triunfos, grandes ambos, nada a medias. Muchas veces basta con verle una sola de sus sublimes verónicas, o un magistral trincherazo para darse por bien servido; sin embargo, Dios guarde la hora cuando al bohemio se le ocurra partir plaza y cuajar un toro, porque entonces sí se voltean las plazas y se acaba el cuadro. Llegó Morante a la Plaza México el 25 de diciembre de 2000 para confirmar su doctorado, tuvo de padrino a Miguel Espinosa "Armillita" y testigo a Nacho Garibay, con toros de Julio Delgado; reapareció en la capital en 2008, en mano a mano con "El Pana", tarde en que el de La Puebla salió a hombros.

"Morante de la Puebla", ahora bajo el apoderamiento de la importante empresa, Espectáculos Taurinos de México y representado por el matador Antonio Barrera, está de regreso en México y a unos cuantos días de su reaparición en la plaza capitalina. El sevillano partirá plaza el próximo lunes en el coso de Insurgentes, llega bajo un velo de misterio y desbordante expectativa, no sólo por su gran fama y reconocimiento en todos los rincones del mundo taurino, sino también por que recientemente realizó, el domingo pasado, en la plaza Monumental Nuevo Progreso, de Guadalajara. Más que muletazos por izquierda y derecha, el sevillano simple y sencillamente bajó un cachito de cielo al ruedo para hacer sentir al publico tapatío en la merita gloria. Sublime ha estado el maestro, regando en la arena fineza y clasicismo, amén del arte que le brota por los poros. Hay Morante para rato en México, por lo pronto en Guadalajara ya tuvieron la suerte de verle hacer hechizo, esperemos que en la México repita la dosis, porque cuando el artista no más no sale inspirado, ni las zapatillas se le ensucian. Así es Morante, un grande que se puede dar esos lujos, pero créame que cuando le toque verle a su máximo esplendor, hasta torero querrá hacerse usted.

¡Vamos a ver a Morante!

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