Toledo. Festival a favor de la lucha contra el cancer
infantil. Novillos de Hermanos Sánchez de León, nobles pero faltos de
casta y fuerza. La plaza tuvo más de media entrada.
El rejoneador Roberto Armendáriz, oreja.
Eugenio de Mora, oreja.
José Manuel Mas, dos orejas.
Cristian Escribano, oreja.
Alberto López Simón, dos orejas
El novillero Álvaro Lorenzo, dos orejas.
El rejoneador Roberto Armendáriz, oreja.
Eugenio de Mora, oreja.
José Manuel Mas, dos orejas.
Cristian Escribano, oreja.
Alberto López Simón, dos orejas
El novillero Álvaro Lorenzo, dos orejas.
TOREO SOLIDARIO
Una vez más el toreo arrimó el hombro para ayudar causas benéficas. En este caso -y van tres ediciones- para favorecer la investigación contra en cáncer infantil del Hospital Niño Jesús de Madrid.
La lástima fue que el juego de los novillos de los organizadores del festival, los Hermanos Sánchez de León, no brindaron embestidas boyantes a sus matadores.
El rejoneador Roberto Armendáriz ofreció entrega y vistosidad, sobresaliendo con su caballo "Prometido".
Eugenio de Mora volvió a tener la suerte de espaldas en su plaza. A pesar de la falta de acometividad de su novillo, se justificó con creces, sobre todo con algunos naturales notables.
José Manuel Más anduvo en novillero, variado con capote, y con garra en la muleta, robando a su oponente algún natural largo y de buen trazo.
Cristian Escribano interpretó un toreo de empaque y compostura, mientras que López Simón tuvo que realizar la gran mayoría de su faena, básicamente un arrimón, pegado a tablas por la falta de raza de su utrero.
El novillero Álvaro Lorenzo, reciente triunfador del certamen Soy Novillero de Castilla-La Mancha, destacó a la verónica por la compostura y elegancia de sus lances, mientras que con la muleta no se aburrió ante un novillo tardo y remiso que le faltó meter la cara abajo. EFE
Una vez más el toreo arrimó el hombro para ayudar causas benéficas. En este caso -y van tres ediciones- para favorecer la investigación contra en cáncer infantil del Hospital Niño Jesús de Madrid.
La lástima fue que el juego de los novillos de los organizadores del festival, los Hermanos Sánchez de León, no brindaron embestidas boyantes a sus matadores.
El rejoneador Roberto Armendáriz ofreció entrega y vistosidad, sobresaliendo con su caballo "Prometido".
Eugenio de Mora volvió a tener la suerte de espaldas en su plaza. A pesar de la falta de acometividad de su novillo, se justificó con creces, sobre todo con algunos naturales notables.
José Manuel Más anduvo en novillero, variado con capote, y con garra en la muleta, robando a su oponente algún natural largo y de buen trazo.
Cristian Escribano interpretó un toreo de empaque y compostura, mientras que López Simón tuvo que realizar la gran mayoría de su faena, básicamente un arrimón, pegado a tablas por la falta de raza de su utrero.
El novillero Álvaro Lorenzo, reciente triunfador del certamen Soy Novillero de Castilla-La Mancha, destacó a la verónica por la compostura y elegancia de sus lances, mientras que con la muleta no se aburrió ante un novillo tardo y remiso que le faltó meter la cara abajo. EFE
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