viernes, 14 de junio de 2013

Una fiesta a medias.


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Oscar López Gamboa.
Lamentable y tristemente desde hace décadas en nuestro país, así como en otras latitudes del mundo de los toros, los aficionados taurinos, tenemos y vivimos para solaz, ¡UNA FIESTA A MEDIAS!, por una serie de situaciones negativas propiciadas principalmente, por los profesionales del toreo, autoridades, prensa escrita y/o hablada, incluyendo entre ellos a algunas peñas taurinas, que la han llevado a tales extremos, sumiéndola en la mediocridad y condenándola de ésa manera, a casi su extinción sin necesidad que los “ANTIS” Y/O POLÍTICOS, acaben con ella pues, ya es una costumbre en cualquier plaza de nuestra geografía taurina y de otras partes sin importar el cartel anunciado, ya sea con toreros de prestigio o no, hayan entradas mínimas de aficionados y público no muy taurino que acude por curiosidad o bien por primera vez a presenciar una corrida de toros para que no les cuenten; salvo honrosas excepciones, verlas llenas a tope o hasta la bandera como suele describirse a una gran entrada, en el medio taurino.

¿Porqué de estas apreciaciones o señalamientos que hago al respecto se preguntarán ustedes amables radio-escuchas o lectores? pues, por la real y sencilla razón, qué sin recato alguno por quienes promueven la función taurina; los aficionados en este caso los mexicanos, seguimos siendo engañados desde hace años, con ¡UNA FIESTA A MEDIAS! Festejo tras festejo casi siempre sucede lo mismo y esto precisamente, acelera irremediablemente la desaparición de la Fiesta de los Toros.

Empresarios.- Estos en contubernio con algunos ganaderos entreguistas, que no oponen ética alguna a las pretensiones deshonestas a ciertas empresas, en venderles encierros económicos y con los mínimos reglamentarios al fin y al cabo, el público no sabe de estos menesteres y por su ignorancia, aguanta todo; al anunciar a un torero extranjero que impone por lo general ganado a su conveniencia, y cobrando más que los nacionales, para conformar el cartel, contratan toreros baratos o bien, los apoderan y hasta la comisión les cobran, cuentan con servicios de plaza en pésimas o regulares condiciones y por citar dos: a) cuadras de caballos que en la mayoría de las veces, son de dos caballos es decir el que pica y el que acompaña, en lugar de seis como establecen los reglamentos y b) cabestros que sirven para llevar a los toros mansos a los corrales que son devueltos, la mayoría de las empresas no los tienen y sí acaso los llegan a tener, son animales que compran o rentan a ganaderos de bovinos de abasto, para cumplir también a medias, con el reglamento ya que ni siquiera, están entrenados, para cumplir con tal función.

Ganaderos.- Son muy pero muy pocos, los que se pueden distinguir como escrupulosos, éticos y para nada sumisos, al momento de vender sus encierros, a empresas que regentean plazas de primera o de menor estatus taurino, y la mayoría de los criadores de bravo, sé doblegan a los caprichos y exigencias reprobables de los empresarios o terminan a asociándose con ellos, creando de ésa manera, un monopolio taurino ya sea de esos mismos cosos y, hasta en los de segunda, dejando para el resto de los ganaderos de bravo, las placitas desmontables en pequeñas poblaciones y las de trancas sin importarles en lo más mínimo a esos duetos, seguir promoviendo ¡Una Fiesta a Medias!

Toreros.- En la actualidad la mayoría de ellos incluyendo subalternos, se someten a ése trust nefasto en el que se ha convertido nuestra fiesta, so pena de ser excluidos de las mejores plazas y carteles sí no lo hacen; con la malsana conveniencia, siempre a favor de los promotores del espectáculo taurino y, cuando no son estos, son los propios toreros que se hacen la guerra con saña, inclusive entre las propias figuras que no quieren alternar en un mismo cartel por el celo que existe y se meten zancadillas, cada vez que quieren o pueden resultando afectados en primera instancia ellos y, después el aficionado porque lo privan de ver un cartel a su plena satisfacción propiciando también de ése modo, sigamos viviendo una ¡Una Fiesta a Medias!
Autoridades.- Éstas en su mayoría por convicción monetaria, ignorancia, temor o sumisión, claudican ante el chantaje pecuniario o mediático empresarial para que ésas “Autoridades” al servicio incondicional de algunas empresas; cumplan a medias con su función y así, con una ceguera de manera vergonzosa, hacer qué presiden y sancionan, ¡Una Fiesta a Medias!, olvidando por completo que su función es defender a ultranza los intereses de la afición, quien es la que sustenta el espectáculo.

Prensa.- Casi en toda, salvo algunas honrosas excepciones, los que viven de ella, se someten vergonzosa e incondicionalmente a empresarios, ganaderos y toreros, manejando la información taurina, con “Medias Verdades” ocultando de ésa manera, todo lo malo y negativo que acontece festejo tras festejo, sin afectar la imagen de sus mecenas, aún cuándo es tan evidente aquello que denigra y empobrece el espectáculo; absteniéndome de señalar a toda ésa caterva de deshonestos cronistas, porqué me faltaría espacio para mencionarlos. Siendo por ése tipo de prensa, qué seguimos teniendo, ¡Una Fiesta a Medias!

Peñas Taurinas.- Existen algunas de ellas que les interesa más socializar con los profesionales del torero, invitándoles a sus recintos sociales, para que les hablen de cómo ven aquellos desde su particular punto de vista, el espectáculo taurino; qué hacer una válida y honesta defensa, por la integridad y verdad dé la Fiesta de los Toros, la cuál es tan vulnerable a los intereses mezquinos de sus principales protagonistas. Ésas peñas, principalmente pretenden distinguirse de otras, haciendo una serie de actividades supuestamente para enriquecer y fortalecer los valores de la Fiesta Brava, promoviendo denuncias y acusaciones en contra de los que lucran deshonestamente de ése espectáculo, pero toda ésa promoción es meramente “Utópica” ya que finalmente, no resuelven nada en beneficio de la afición pues, tanto autoridades como los protagonistas de la fiesta, no toman en cuenta ni valoran para nada, aquellas denuncias ya que los imputados, tienen el control del espectáculo y lo único que hacen, es darles “Coba” a aquellos inocentes y románticos grupos de aficionados, así como a prensa y autoridades terminando por claudicar estos, ante aquella “Mafia” y de paso finalmente solapar tácitamente, ¡Una Fiesta a Medias!

La empresa Taurodelta que administra la fiesta en Las Ventas de Madrid, la plaza más importante del orbe de los toros, recinto donde se enarbola y defiende con más ahínco, El Patrimonio de la Tauromaquia, en la recién terminada Feria de San Isidro junto con la semana de Arte y Cultura, dicha empresa dijo haber perdido dos millones de euros por dos mil abonos, y a su vez, obtuvieron diez y seis millones de euros por concepto de entradas y a pesar de ello en voz de su principal socio José Antonio “Choperita”, manifestó al periodista español Manolo Moles, ¡A esto le queda poquito tiempo! Es decir la Fiesta de Toros se acaba y que los taurinos tienen el 90% de culpas de ésa situación y que muchos toreros que actuaron en dicho serial, no han liquidado por considerar indigno el salario ofrecido en pocas palabras, los empresarios siempre quieren obtener la mayor ganancia posible, sin importarles siquiera, atropellar los derechos de los demás en pocas palabras, siempre aplican la ley del azadón es decir, “Todo para ellos”. Es todo por hoy y hasta la próxima sí, el Divino Creador lo permite.

*Ex Juez de plaza Calafia y comentarista de Grupo Radiorama.
opinontaurina@gmail.com

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