Oscar López Gamboa.
Lamentable y tristemente desde hace
décadas en nuestro país, así como en otras latitudes del mundo de los
toros, los aficionados taurinos, tenemos y vivimos para solaz, ¡UNA
FIESTA A MEDIAS!, por una serie de situaciones negativas propiciadas
principalmente, por los profesionales del toreo, autoridades, prensa
escrita y/o hablada, incluyendo entre ellos a algunas peñas taurinas,
que la han llevado a tales extremos, sumiéndola en la mediocridad y
condenándola de ésa manera, a casi su extinción sin necesidad que los
“ANTIS” Y/O POLÍTICOS, acaben con ella pues, ya es una costumbre en
cualquier plaza de nuestra geografía taurina y de otras partes sin
importar el cartel anunciado, ya sea con toreros de prestigio o no,
hayan entradas mínimas de aficionados y público no muy taurino que acude
por curiosidad o bien por primera vez a presenciar una corrida de toros
para que no les cuenten; salvo honrosas excepciones, verlas llenas a
tope o hasta la bandera como suele describirse a una gran entrada, en el
medio taurino.
¿Porqué de estas apreciaciones o
señalamientos que hago al respecto se preguntarán ustedes amables
radio-escuchas o lectores? pues, por la real y sencilla razón, qué sin
recato alguno por quienes promueven la función taurina; los aficionados
en este caso los mexicanos, seguimos siendo engañados desde hace años,
con ¡UNA FIESTA A MEDIAS! Festejo tras festejo casi siempre sucede lo
mismo y esto precisamente, acelera irremediablemente la desaparición de
la Fiesta de los Toros.
Empresarios.- Estos en
contubernio con algunos ganaderos entreguistas, que no oponen ética
alguna a las pretensiones deshonestas a ciertas empresas, en venderles
encierros económicos y con los mínimos reglamentarios al fin y al cabo,
el público no sabe de estos menesteres y por su ignorancia, aguanta
todo; al anunciar a un torero extranjero que impone por lo general
ganado a su conveniencia, y cobrando más que los nacionales, para
conformar el cartel, contratan toreros baratos o bien, los apoderan y
hasta la comisión les cobran, cuentan con servicios de plaza en pésimas o
regulares condiciones y por citar dos: a) cuadras de caballos que en la
mayoría de las veces, son de dos caballos es decir el que pica y el que
acompaña, en lugar de seis como establecen los reglamentos y b)
cabestros que sirven para llevar a los toros mansos a los corrales que
son devueltos, la mayoría de las empresas no los tienen y sí acaso los
llegan a tener, son animales que compran o rentan a ganaderos de bovinos
de abasto, para cumplir también a medias, con el reglamento ya que ni
siquiera, están entrenados, para cumplir con tal función.
Ganaderos.- Son muy pero
muy pocos, los que se pueden distinguir como escrupulosos, éticos y
para nada sumisos, al momento de vender sus encierros, a empresas que
regentean plazas de primera o de menor estatus taurino, y la mayoría de
los criadores de bravo, sé doblegan a los caprichos y exigencias
reprobables de los empresarios o terminan a asociándose con ellos,
creando de ésa manera, un monopolio taurino ya sea de esos mismos cosos
y, hasta en los de segunda, dejando para el resto de los ganaderos de
bravo, las placitas desmontables en pequeñas poblaciones y las de
trancas sin importarles en lo más mínimo a esos duetos, seguir
promoviendo ¡Una Fiesta a Medias!
Toreros.- En la
actualidad la mayoría de ellos incluyendo subalternos, se someten a ése
trust nefasto en el que se ha convertido nuestra fiesta, so pena de ser
excluidos de las mejores plazas y carteles sí no lo hacen; con la
malsana conveniencia, siempre a favor de los promotores del espectáculo
taurino y, cuando no son estos, son los propios toreros que se hacen la
guerra con saña, inclusive entre las propias figuras que no quieren
alternar en un mismo cartel por el celo que existe y se meten
zancadillas, cada vez que quieren o pueden resultando afectados en
primera instancia ellos y, después el aficionado porque lo privan de ver
un cartel a su plena satisfacción propiciando también de ése modo,
sigamos viviendo una ¡Una Fiesta a Medias!
Autoridades.- Éstas en
su mayoría por convicción monetaria, ignorancia, temor o sumisión,
claudican ante el chantaje pecuniario o mediático empresarial para que
ésas “Autoridades” al servicio incondicional de algunas empresas;
cumplan a medias con su función y así, con una ceguera de manera
vergonzosa, hacer qué presiden y sancionan, ¡Una Fiesta a Medias!,
olvidando por completo que su función es defender a ultranza los
intereses de la afición, quien es la que sustenta el espectáculo.
Prensa.- Casi en toda,
salvo algunas honrosas excepciones, los que viven de ella, se someten
vergonzosa e incondicionalmente a empresarios, ganaderos y toreros,
manejando la información taurina, con “Medias Verdades” ocultando de ésa
manera, todo lo malo y negativo que acontece festejo tras festejo, sin
afectar la imagen de sus mecenas, aún cuándo es tan evidente aquello que
denigra y empobrece el espectáculo; absteniéndome de señalar a toda ésa
caterva de deshonestos cronistas, porqué me faltaría espacio para
mencionarlos. Siendo por ése tipo de prensa, qué seguimos teniendo, ¡Una
Fiesta a Medias!
Peñas Taurinas.- Existen
algunas de ellas que les interesa más socializar con los profesionales
del torero, invitándoles a sus recintos sociales, para que les hablen de
cómo ven aquellos desde su particular punto de vista, el espectáculo
taurino; qué hacer una válida y honesta defensa, por la integridad y
verdad dé la Fiesta de los Toros, la cuál es tan vulnerable a los
intereses mezquinos de sus principales protagonistas. Ésas peñas,
principalmente pretenden distinguirse de otras, haciendo una serie de
actividades supuestamente para enriquecer y fortalecer los valores de la
Fiesta Brava, promoviendo denuncias y acusaciones en contra de los que
lucran deshonestamente de ése espectáculo, pero toda ésa promoción es
meramente “Utópica” ya que finalmente, no resuelven nada en beneficio de
la afición pues, tanto autoridades como los protagonistas de la fiesta,
no toman en cuenta ni valoran para nada, aquellas denuncias ya que los
imputados, tienen el control del espectáculo y lo único que hacen, es
darles “Coba” a aquellos inocentes y románticos grupos de aficionados,
así como a prensa y autoridades terminando por claudicar estos, ante
aquella “Mafia” y de paso finalmente solapar tácitamente, ¡Una Fiesta a
Medias!
La empresa Taurodelta que administra la
fiesta en Las Ventas de Madrid, la plaza más importante del orbe de los
toros, recinto donde se enarbola y defiende con más ahínco, El
Patrimonio de la Tauromaquia, en la recién terminada Feria de San Isidro
junto con la semana de Arte y Cultura, dicha empresa dijo haber perdido
dos millones de euros por dos mil abonos, y a su vez, obtuvieron diez y
seis millones de euros por concepto de entradas y a pesar de ello en
voz de su principal socio José Antonio “Choperita”, manifestó al periodista español Manolo Moles,
¡A esto le queda poquito tiempo! Es decir la Fiesta de Toros se acaba y
que los taurinos tienen el 90% de culpas de ésa situación y que muchos
toreros que actuaron en dicho serial, no han liquidado por considerar
indigno el salario ofrecido en pocas palabras, los empresarios siempre
quieren obtener la mayor ganancia posible, sin importarles siquiera,
atropellar los derechos de los demás en pocas palabras, siempre aplican
la ley del azadón es decir, “Todo para ellos”. Es todo por hoy y hasta
la próxima sí, el Divino Creador lo permite.
*Ex Juez de plaza Calafia y comentarista de Grupo Radiorama.
opinontaurina@gmail.com
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