miércoles, 4 de junio de 2014

El Palco Real de la Plaza de Toros de Las Ventas está decorado desde 2011 con una cuidada selección de fotografías procedentes del Archivo de ABC que rinden homenaje al apoyo y afición que la Casa Real ha demostrado en estos dos últimos siglos a la Fiesta de los toros y en particular la acreditada por nuestro Rey, Juan Carlos I, al que se le puede contemplar tanto en la barrera como en el propio palco junto a diestros de varias generaciones que habían participado en la corrida de la Prensa o en la de Beneficencia. Hoy, Don Juan Carlos presidirá su último festejo como Rey.

Y es que nuestro Monarca ha sido un digno heredero de la afición de sus padres y en especial de su madre, Doña María, y desde antes de su coronación ya solía frecuentar los tendidos de Las Ventas y de otras plazas, llevado de su estrecha vinculación y comprensión del significado y relevancia histórica de los toros en la vida española. Hay en ese palco fotografías en blanco y negro que ilustran su presencia acompañado de la Reina, Doña Sofia. Don Juan Carlos ha considerado siempre que el papel del ganadero de reses bravas era crucial, porque es quien preserva la existencia del toro de lidia, fruto entre otras razones de su amistad con ganaderos como Samuel Flores, Álvaro o Juan Pedro Domecq, con los que ha sentido la emoción de la lidia y la hermosa belleza de una embestida brava.

Brindis de toreros de todo el mundo

En las casi cuatro décadas de su reinado, Su Majestad ha conocido desde El Viti a Sebastián Castella, y ha recibido el brindis lleno de enjundia de toreros de México, Colombia, Perú y de todos los países y regiones de España, que le manifestaban su gratitud por su apoyo a la Fiesta y por honrar con su presencia las plazas de toros. Con motivo de la entrega de las Medallas de Oro en las Bellas Artes, desde Antonio Ordóñez a su nieto Francisco Rivera, expresó que «los toros son un elemento cultural y artístico fecundo» y reiteró que «siempre apoyaré la Fiesta».

Y al igual que prometió ser el Rey de todos los españoles, y recogió el testigo de ser aficionado de su madre, ha transmitido a su hija la Infanta Elena el gusto por disfrutar tanto de la maravillosa doma de un caballo lusitano delante de un toro como de estremecerse con una verónica de Morante. 

Confiemos que en estos años de preparación para asumir su responsabilidad de ser Rey, y llegado ese momento, Felipe VI sepa valorar cuanto necesitan los aficionados de España y del mundo taurino de su apoyo a la Fiesta frente a la incomprensión de quienes solo la identifican con otros símbolos de nuestra cultura y de quienes ignoran cuanta belleza y autenticidad hay en ella.

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