Una investigación de la Universidad de Valencia concluye que los festejos populares cuentan con un alto grado de implantación en la Comunidad Valenciana -hubo toros en 32 de las 34 comarcas- y que los costes de organización en 2017 superaron los 36 millones de euros
José Ignacio Galcerá
Fotos: J. J. DIAGO
José María Ángel: “El estudio abre nuevas líneas de trabajo y la posibilidad de alzar la voz sobre la importancia del bou al carrer en la Comunidad Valenciana, pero haciéndolo desde el rigor y con criterio”
La primera gran conclusión que arroja la
investigación es un gasto de 36,7 millones de euros que conllevó la
organización de festejos populares el pasado año por parte de las peñas y
comisiones.
Dicha cifra, desconocida hasta la publicación de este
estudio, corresponde, en su mayor parte, a la compra o alquiler de
ganado, concretamente 10,4 millones de euros. El resto se destinó a
infraestructuras (6,1 millones), materiales y servicios de los actuantes
(1,3 millones), gastos generales (7 millones); servicios técnicos y
médicos (6,8 millones), seguridad (1,8 millones), y cuotas, tasas y
otros gastos menores (3,2 millones). El grueso de los gastos recae en el
ganado, siendo el toro cerril el tipo de festejo que genera mayor
volumen de gasto con una cantidad de 3.502.403 euros en 2017 para el
total de la Comunidad Valenciana y la provincia de Castellón la que
soporta mayor inversión con 2.272.803 euros. El resto de inversión, con
cerca de 7 millones de euros, va destinado al alquiler de vaquillas,
toros y toros embolados de ganaderías autóctonas.
El estudio representa, en palabras de José María Ángel, una “foto finish
en la que creíamos y en la que estábamos convencidos. Esta
investigación nos abre nuevas líneas de trabajo y la posibilidad de
alzar la voz sobre la importancia del bou al carrer en la Comunidad Valenciana, pero haciéndolo desde el rigor y, sobre todo, con criterio”, destaca antes de ahondar en una reflexión: “He
creído siempre que las cosas que decidimos los políticos han de estar
basadas en el rigor de la academia y la universidad, que es la que te
ayuda a que los sueños que en un momento dado se tengan, puedan ser
contrastados por el rigor científico”.
El grueso de la inversión recae en la compra o alquiler de ganado, siendo el toro cerril el festejo que genera mayor volumen de gasto con 3.502.403 euros
El director de la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias que ha intentado siempre aplicar “rigor, seguridad y una respuesta científica en el impacto del mundo del toro”, consiguiéndolo gracias “a los alcaldes y alcaldesas, que son quienes hacen en sus pueblos y ciudades las fiestas. Tenemos aquí -en referencia al acto celebrado el pasado 8 de octubre en el Ateneo Mercantil de Valencia-
a Cristina Civera, de Museros, a Luisa Salvador, de El Puig, a Tania
Baños, de Vall d´Uixó… ellas representan a los centenares de pueblos,
sean del partido que sean, aunque eso no nos tiene que importar en
absoluto porque si le ponemos la matrícula a cada una de ellas,
estaremos politizando la Fiesta”.
En la misma línea de discurso se muestra
Toni Gaspar, al frente de la corporación provincial y máximo responsable
de la cuestión taurina. “La Generalitat, al igual que la
Diputación, ha cogido al toro por los cuernos. No ha hecho falta hacer
ninguna ley de protección ni de señas de identidad, solo se necesitaba
trabajar y creer en el mundo del toro. Hemos llegado hasta aquí con
trabajo, pero queda mucho por hacer. Si alguien se pensaba que el toro
era solo sentimientos, se equivoca, también son cifras. Con cifras,
hasta los más incrédulos empiezan a ver todo de manera diferente”.
Ramón Vilar, por su parte, destaca el carácter taurino de Valencia. “A
fuerza de ser culta y abierta, esta es una ciudad taurina le pese a
quien le pese. Soy taurino porque me da la gana y porque hago uso de mi
libertad, no me voy a justificar más en este sentido”, defiende y pone en valor el bou al carrer como una de las señas de “nuestra identidad y que forma parte de nuestra estructura como valencianos y de nuestras raíces”. El concejal del Ayuntamiento de Valencia, argumenta: “¿La
cultura se puede cuantificar? Resulta que sí y lo han sabido hacer,
pero aunque no tuviera este retorno económico deberíamos vivir el toro
igual que lo hacemos porque es nuestro y porque lo queremos. Estar al
lado del conocimiento y la investigación es un salto cualitativo para el
mundo del toro”.
VOLUMEN, ARRAIGO Y DINERO
La realidad socioeconómica que dibuja el
informe es reveladora. En primer lugar por el volumen de festejos que se
celebran -en 2017 se realizaron 9.709, incrementándose en un 9,44%
respecto a 2016, año en el que se contabilizaron 8.871- y su
implantación territorial en la Comunidad Valenciana; y en segundo lugar
porque van más allá de la propia celebración teniendo una repercusión
económica que implica a otros sectores además del propiamente taurino.
Según se desprende del estudio, en términos de cantidad, Castellón
continúa liderando las tres provincias ya que se llevaron a cabo 5.371,
siendo la región en la que en 125 de sus 135 municipios se celebró algún
festejo durante el pasado año.
Valencia, por su parte, acogió el 33,7%
de los actos (3.270) en 107 poblaciones, mientras que en Alicante se
realizaron 1.068 festejos en 35 municipios, lo que representa el 11% del
total. El bou al carrer está presente en 274 poblaciones y en 32 de las 34 comarcas de la Comunidad Valenciana, a excepción del Alto y Bajo Vinalopó. “Por primera vez contamos con datos fiables, hasta ahora nadie los había explotado ni sacado provecho de ello”,
señala en primera instancia José Manuel Pastor, decano de la Facultad
de Economía y uno de los autores del trabajo junto a Jesús Ibáñez,
Alejandro Mollà y Ángel Soler. “El informe no habla de estimaciones, ofrece datos”.
Los datos a los que se refiere Pastor
-desde el número de festejos, la cantidad de autorizaciones para cada
tipología de festejo, el número de municipios y días que hay toro…- dan
una imagen fidedigna y objetiva de una actividad como el bou al carrer
que representa uno de los acontecimientos festivos con mayor arraigo
popular y carácter tradicional de la Comunidad Valenciana. Es una
valoración objetiva y rigurosa, valorando el coste de organización de
los festejos, lo que destinan las peñas y organizadores a celebrarlos,
que se ha llevado a cabo mediante una serie de cuestionarios cuyo índice
de respuesta ha sido del 23%, porcentaje, según los investigadores,
suficientemente fehaciente para llegar a las conclusiones que se afirman
en el estudio. “Disponer de estos datos es una información
riquísima, ya no se va a hablar de si disminuye o aumenta la tradición
basándote en la opinión, ahora tenemos datos que reflejan la siguiente
realidad: hay mucha tradición y, además, crece en número de días y
festejos celebrados en el último año. Son cifras espectaculares”, comenta.
La importancia de las cifras,
especialmente las que se refieren al gasto que supone celebrar festejos
populares, no debe esconder otros números que muestran la verdadera
fuerza del toro en la Comunidad Valenciana. No todo lo que cuenta se
puede contar, ni todo lo que se puede contar, cuenta. “En ocasiones, lo que se puede medir no es lo importante”, remarca Pastor, que argumenta su afirmación del siguiente modo: “Reducir la importancia del bou al carrer
a cifras como los 36,7 millones de euros sería demasiado simplista. No
entraría a valorar tanto las cifras económicas, que son importantes
evidentemente, sino que lo haría desde aspectos que van más allá de lo
económico como es el grado de implantación de los festejos. Lo que
ofrece el informe es que esta es una fiesta muy popular, con gran
arraigo, con unos gustos determinados por un tipo de festejo en cada
área y, por primera vez, se demuestra que tiene un alto grado de
implantación en toda la Comunidad Valenciana. En determinados municipios
viven para el toro, hay comarcas donde todos los días un ciudadano
tiene un festejo o bien en su pueblo o en el de al lado. La presencia
del toro en el mapa valenciano es muy importante y no va decreciendo, al
contrario. En Castellón, por ejemplo, que es donde más festejos se
celebran, ha aumentado”.
Jesús Ibáñez: “La clave del festejo popular es que hay una fuerte implicación del pueblo en su organización, eso es fundamental para financiarlo y para la participación masiva que tiene; hay pueblos enteros involucrados”
Al hilo de ello, Jesús Ibáñez, componente del equipo de economistas que ha llevado a cabo el trabajo, destaca: “Todas
las conclusiones del informe son relevantes. Aunque ya se podían intuir
y eran palpables, hasta hoy no se habían estudiado con tanto rigor.
Además de la expansión y extensión de los festejos en las tres
provincias, lo que nos ha sorprendido es la gratuidad, ya que en un 80%
de los municipios celebran festejos sin cobrar una entrada”. Ahí radica el secreto del éxito del bou al carrer.
“La clave del festejo popular es que hay una fuerte implicación del
pueblo en su organización, eso es fundamental para financiarlo y para la
participación masiva que tiene; hay pueblos enteros involucrados, hay
cifras realmente sorprendentes viendo la relación entre el número de
habitantes y los festejos celebrados”.
En este sentido los casos que llaman
poderosamente la atención son dos municipios de la comarca del Alto
Mijares, en el interior de Castellón, como Villamalur y La Puebla de
Arenoso. El primero, con 68 habitantes, es el municipio que realiza más
festejos por cada 1.000 habitantes con 279 y 371 espectáculos en 2016 y
2017, respectivamente; y en La Puebla de Arenoso el resultado es de 266 y
256, datos que son un claro síntoma del esfuerzo que hacen estos
municipios por realizar bous al carrer pese a la poca densidad de población con la que cuentan.
En el argot económico, el estudio refleja lo que los economistas definen como inyección de demanda.
“¿Cuánta inyección de demanda supone esta actividad? 36 millones de
euros. Esa inyección de demanda es sobre este sector, pero estos
sectores demandan de otros, y esos otros, de otros y así sucesivamente…
así es cómo se estiman los impactos económicos”, comenta José Manuel Pastor.
“Este estudio valora el gasto directo, la intención de demanda directa,
pero no representa la repercusión que tiene este gasto en el PIB, la
renta o el empleo”, afirma Jesús Ibáñez, quien agrega. “Se ha valorado el coste de organización para ver realmente lo que se invierte directamente en el bou al carrer.
Por poner un ejemplo simple: no hemos recogido el gasto que hago yo si
me voy a Vall d´Uixó a ver el toro, si me meto en el bar o si me hospedo
en un hotel”.
José Manuel Pastor: “Más allá de cifras, el informe dice que esta es una fiesta muy popular y con gran arraigo y demuestra su alto grado de implantación en toda la región”
Esta primera investigación ha sido
costosa y ha requerido año y medio de trabajo por parte de los
economistas valencianos, sin embargo, desde la Administración y el mundo
del toro ya se piensa en una segunda parte que plasme el impacto
económico del festejo popular en la Comunidad Valenciana. “Se ha
hablado con la Administración y esperemos que se pueda llevar a cabo y
que se haga. Previsiblemente será un impacto económico muy importante”, sostiene Pastor, que sugiere otras posibles vías de trabajo como “la accidentalidad, aunque el siguiente paso debería ser el del impacto económico”.
El festejo del pueblo abierto al pueblo
Cuando se habla del bou al carrer
como festejo popular no solo se hace por ser un espectáculo
perteneciente al pueblo, se afirma, también, por estar abierto al
público y, sobre todo, por su gratuidad en un alto porcentaje de los
casos. Sobre esta cuestión hace hincapié el estudio, de cuyas
conclusiones se desprende que el 68,4% de las poblaciones realiza
exhibiciones en la vía pública, mientras que el resto lo hace en plazas
de toros -portátiles o fijas- u otros recintos. Además, un 79’2% de los
municipios afirma que el acceso a la totalidad de los festejos que
organizan es gratuito. Estas son dos de las claves de la alta
participación en estos espectáculos, que cuentan con una media de
asistencia por festejo de 2.014 personas.
Un festejo del pueblo abierto más que nunca al propio
pueblo para su participación y disfrute, y que tiene en la figura del
abonado su principal vía de financiación. El éxito del bou al carrer
radica en que las personas se sienten parte fundamental del mismo
espectáculo, desde su organización hasta la celebración. El alto índice
de popularidad de este espectáculo puede medirse en los 95.619 abonados
que tuvo la Comunidad Valenciana en 2017, cifra esta estimada teniendo
en cuenta que el abonado al festejo no siempre tiene la condición de una
persona física ya que es muy común que el abonado tenga la
consideración participativa de “casa” y no de individuo único.
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