sábado, 3 de noviembre de 2018

El bou al carrer saca músculo

Una investigación de la Universidad de Valencia concluye que los festejos populares cuentan con un alto grado de implantación en la Comunidad Valenciana -hubo toros en 32 de las 34 comarcas- y que los costes de organización en 2017 superaron los 36 millones de euros

El bou al carrer saca músculo


José Ignacio Galcerá

Fotos: J. J. DIAGO
Un espectáculo de 36,7 millones de euros. Esa es la cifra, mejor dicho, ese es el coste que tuvo la organización de bous al carrer en la Comunidad Valenciana en 2017. Al arraigo y la fuerza social del festejo popular en esta región, le faltaban el rigor y la ciencia de los números. Pues estos, los números, ya son una realidad constatable gracias al estudio realizado por la Facultad de Economía de la Universitat de València. Bajo el título “Análisis económico, relevancia e implantación de las fiestas taurinas populares bous al carrer en la Comunitat Valenciana”, el informe, elaborado por los investigadores José Manuel Pastor, decano de la Facultad de Economía, Jesús Ibáñez, Alejandro Mollà y Ángel Soler, demuestra con datos la importancia de estas fiestas como una realidad ligada a la sociedad valenciana cuya tendencia al alza ha duplicado estos festejos en la última década, llegando a significar la mitad de las exhibiciones celebradas en la totalidad del territorio español en la actualidad. En la puesta de largo del estudio estuvieron presentes el director de la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias, José María Ángel, quien encargó su realización, el presidente de la Diputación de Valencia, Toni Gaspar, los autores de la investigación, y el concejal delegado de Hacienda del Ayuntamiento de Valencia, Ramón Vilar.

José María Ángel: “El estudio abre nuevas líneas de trabajo y la posibilidad de alzar la voz sobre la importancia del bou al carrer en la Comunidad Valenciana, pero haciéndolo desde el rigor y con criterio”
La primera gran conclusión que arroja la investigación es un gasto de 36,7 millones de euros que conllevó la organización de festejos populares el pasado año por parte de las peñas y comisiones.

 Dicha cifra, desconocida hasta la publicación de este estudio, corresponde, en su mayor parte, a la compra o alquiler de ganado, concretamente 10,4 millones de euros. El resto se destinó a infraestructuras (6,1 millones), materiales y servicios de los actuantes (1,3 millones), gastos generales (7 millones); servicios técnicos y médicos (6,8 millones), seguridad (1,8 millones), y cuotas, tasas y otros gastos menores (3,2 millones). El grueso de los gastos recae en el ganado, siendo el toro cerril el tipo de festejo que genera mayor volumen de gasto con una cantidad de 3.502.403 euros en 2017 para el total de la Comunidad Valenciana y la provincia de Castellón la que soporta mayor inversión con 2.272.803 euros. El resto de inversión, con cerca de 7 millones de euros, va destinado al alquiler de vaquillas, toros y toros embolados de ganaderías autóctonas.


El estudio representa, en palabras de José María Ángel, unafoto finish en la que creíamos y en la que estábamos convencidos. Esta investigación nos abre nuevas líneas de trabajo y la posibilidad de alzar la voz sobre la importancia del bou al carrer en la Comunidad Valenciana, pero haciéndolo desde el rigor y, sobre todo, con criterio”, destaca antes de ahondar en una reflexión: “He creído siempre que las cosas que decidimos los políticos han de estar basadas en el rigor de la academia y la universidad, que es la que te ayuda a que los sueños que en un momento dado se tengan, puedan ser contrastados por el rigor científico”.
El grueso de la inversión recae en la compra o alquiler de ganado, siendo el toro cerril el festejo que genera mayor volumen de gasto con 3.502.403 euros
El director de la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias que ha intentado siempre aplicar “rigor, seguridad y una respuesta científica en el impacto del mundo del toro”, consiguiéndolo gracias “a los alcaldes y alcaldesas, que son quienes hacen en sus pueblos y ciudades las fiestas. Tenemos aquí -en referencia al acto celebrado el pasado 8 de octubre en el Ateneo Mercantil de Valencia- a Cristina Civera, de Museros, a Luisa Salvador, de El Puig, a Tania Baños, de Vall d´Uixó… ellas representan a los centenares de pueblos, sean del partido que sean, aunque eso no nos tiene que importar en absoluto porque si le ponemos la matrícula a cada una de ellas, estaremos politizando la Fiesta”.


En la misma línea de discurso se muestra Toni Gaspar, al frente de la corporación provincial y máximo responsable de la cuestión taurina. “La Generalitat, al igual que la Diputación, ha cogido al toro por los cuernos. No ha hecho falta hacer ninguna ley de protección ni de señas de identidad, solo se necesitaba trabajar y creer en el mundo del toro. Hemos llegado hasta aquí con trabajo, pero queda mucho por hacer. Si alguien se pensaba que el toro era solo sentimientos, se equivoca, también son cifras. Con cifras, hasta los más incrédulos empiezan a ver todo de manera diferente”

Ramón Vilar, por su parte, destaca el carácter taurino de Valencia. “A fuerza de ser culta y abierta, esta es una ciudad taurina le pese a quien le pese. Soy taurino porque me da la gana y porque hago uso de mi libertad, no me voy a justificar más en este sentido”, defiende y pone en valor el bou al carrer como una de las señas de “nuestra identidad y que forma parte de nuestra estructura como valencianos y de nuestras raíces”. El concejal del Ayuntamiento de Valencia, argumenta: “¿La cultura se puede cuantificar? Resulta que sí y lo han sabido hacer, pero aunque no tuviera este retorno económico deberíamos vivir el toro igual que lo hacemos porque es nuestro y porque lo queremos. Estar al lado del conocimiento y la investigación es un salto cualitativo para el mundo del toro”


VOLUMEN, ARRAIGO Y DINERO

La realidad socioeconómica que dibuja el informe es reveladora. En primer lugar por el volumen de festejos que se celebran -en 2017 se realizaron 9.709, incrementándose en un 9,44% respecto a 2016, año en el que se contabilizaron 8.871- y su implantación territorial en la Comunidad Valenciana; y en segundo lugar porque van más allá de la propia celebración teniendo una repercusión económica que implica a otros sectores además del propiamente taurino. Según se desprende del estudio, en términos de cantidad, Castellón continúa liderando las tres provincias ya que se llevaron a cabo 5.371, siendo la región en la que en 125 de sus 135 municipios se celebró algún festejo durante el pasado año.

 Valencia, por su parte, acogió el 33,7% de los actos (3.270) en 107 poblaciones, mientras que en Alicante se realizaron 1.068 festejos en 35 municipios, lo que representa el 11% del total. El bou al carrer está presente en 274 poblaciones y en 32 de las 34 comarcas de la Comunidad Valenciana, a excepción del Alto y Bajo Vinalopó. “Por primera vez contamos con datos fiables, hasta ahora nadie los había explotado ni sacado provecho de ello”, señala en primera instancia José Manuel Pastor, decano de la Facultad de Economía y uno de los autores del trabajo junto a Jesús Ibáñez, Alejandro Mollà y Ángel Soler. “El informe no habla de estimaciones, ofrece datos”


Los datos a los que se refiere Pastor -desde el número de festejos, la cantidad de autorizaciones para cada tipología de festejo, el número de municipios y días que hay toro…- dan una imagen fidedigna y objetiva de una actividad como el bou al carrer que representa uno de los acontecimientos festivos con mayor arraigo popular y carácter tradicional de la Comunidad Valenciana. Es una valoración objetiva y rigurosa, valorando el coste de organización de los festejos, lo que destinan las peñas y organizadores a celebrarlos, que se ha llevado a cabo mediante una serie de cuestionarios cuyo índice de respuesta ha sido del 23%, porcentaje, según los investigadores, suficientemente fehaciente para llegar a las conclusiones que se afirman en el estudio. “Disponer de estos datos es una información riquísima, ya no se va a hablar de si disminuye o aumenta la tradición basándote en la opinión, ahora tenemos datos que reflejan la siguiente realidad: hay mucha tradición y, además, crece en número de días y festejos celebrados en el último año. Son cifras espectaculares”, comenta.


La importancia de las cifras, especialmente las que se refieren al gasto que supone celebrar festejos populares, no debe esconder otros números que muestran la verdadera fuerza del toro en la Comunidad Valenciana. No todo lo que cuenta se puede contar, ni todo lo que se puede contar, cuenta. “En ocasiones, lo que se puede medir no es lo importante”, remarca Pastor, que argumenta su afirmación del siguiente modo: “Reducir la importancia del bou al carrer a cifras como los 36,7 millones de euros sería demasiado simplista. No entraría a valorar tanto las cifras económicas, que son importantes evidentemente, sino que lo haría desde aspectos que van más allá de lo económico como es el grado de implantación de los festejos. Lo que ofrece el informe es que esta es una fiesta muy popular, con gran arraigo, con unos gustos determinados por un tipo de festejo en cada área y, por primera vez, se demuestra que tiene un alto grado de implantación en toda la Comunidad Valenciana. En determinados municipios viven para el toro, hay comarcas donde todos los días un ciudadano tiene un festejo o bien en su pueblo o en el de al lado. La presencia del toro en el mapa valenciano es muy importante y no va decreciendo, al contrario. En Castellón, por ejemplo, que es donde más festejos se celebran, ha aumentado”.

Jesús Ibáñez: “La clave del festejo popular es que hay una fuerte implicación del pueblo en su organización, eso es fundamental para financiarlo y para la participación masiva que tiene; hay pueblos enteros involucrados”
Al hilo de ello, Jesús Ibáñez, componente del equipo de economistas que ha llevado a cabo el trabajo, destaca: “Todas las conclusiones del informe son relevantes. Aunque ya se podían intuir y eran palpables, hasta hoy no se habían estudiado con tanto rigor. Además de la expansión y extensión de los festejos en las tres provincias, lo que nos ha sorprendido es la gratuidad, ya que en un 80% de los municipios celebran festejos sin cobrar una entrada”. Ahí radica el secreto del éxito del bou al carrer. “La clave del festejo popular es que hay una fuerte implicación del pueblo en su organización, eso es fundamental para financiarlo y para la participación masiva que tiene; hay pueblos enteros involucrados, hay cifras realmente sorprendentes viendo la relación entre el número de habitantes y los festejos celebrados”


En este sentido los casos que llaman poderosamente la atención son dos municipios de la comarca del Alto Mijares, en el interior de Castellón, como Villamalur y La Puebla de Arenoso. El primero, con 68 habitantes, es el municipio que realiza más festejos por cada 1.000 habitantes con 279 y 371 espectáculos en 2016 y 2017, respectivamente; y en La Puebla de Arenoso el resultado es de 266 y 256, datos que son un claro síntoma del esfuerzo que hacen estos municipios por realizar bous al carrer pese a la poca densidad de población con la que cuentan.


En el argot económico, el estudio refleja lo que los economistas definen como inyección de demanda.

 “¿Cuánta inyección de demanda supone esta actividad? 36 millones de euros. Esa inyección de demanda es sobre este sector, pero estos sectores demandan de otros, y esos otros, de otros y así sucesivamente… así es cómo se estiman los impactos económicos”, comenta José Manuel Pastor.

 “Este estudio valora el gasto directo, la intención de demanda directa, pero no representa la repercusión que tiene este gasto en el PIB, la renta o el empleo”, afirma Jesús Ibáñez, quien agrega. “Se ha valorado el coste de organización para ver realmente lo que se invierte directamente en el bou al carrer. Por poner un ejemplo simple: no hemos recogido el gasto que hago yo si me voy a Vall d´Uixó a ver el toro, si me meto en el bar o si me hospedo en un hotel”.
José Manuel Pastor: “Más allá de cifras, el informe dice que esta es una fiesta muy popular y con gran arraigo y demuestra su alto grado de implantación en toda la región”
Esta primera investigación ha sido costosa y ha requerido año y medio de trabajo por parte de los economistas valencianos, sin embargo, desde la Administración y el mundo del toro ya se piensa en una segunda parte que plasme el impacto económico del festejo popular en la Comunidad Valenciana. “Se ha hablado con la Administración y esperemos que se pueda llevar a cabo y que se haga. Previsiblemente será un impacto económico muy importante”, sostiene Pastor, que sugiere otras posibles vías de trabajo como “la accidentalidad, aunque el siguiente paso debería ser el del impacto económico”.

El festejo del pueblo abierto al pueblo

Cuando se habla del bou al carrer como festejo popular no solo se hace por ser un espectáculo perteneciente al pueblo, se afirma, también, por estar abierto al público y, sobre todo, por su gratuidad en un alto porcentaje de los casos. Sobre esta cuestión hace hincapié el estudio, de cuyas conclusiones se desprende que el 68,4% de las poblaciones realiza exhibiciones en la vía pública, mientras que el resto lo hace en plazas de toros -portátiles o fijas- u otros recintos. Además, un 79’2% de los municipios afirma que el acceso a la totalidad de los festejos que organizan es gratuito. Estas son dos de las claves de la alta participación en estos espectáculos, que cuentan con una media de asistencia por festejo de 2.014 personas. 

Un festejo del pueblo abierto más que nunca al propio pueblo para su participación y disfrute, y que tiene en la figura del abonado su principal vía de financiación. El éxito del bou al carrer radica en que las personas se sienten parte fundamental del mismo espectáculo, desde su organización hasta la celebración. El alto índice de popularidad de este espectáculo puede medirse en los 95.619 abonados que tuvo la Comunidad Valenciana en 2017, cifra esta estimada teniendo en cuenta que el abonado al festejo no siempre tiene la condición de una persona física ya que es muy común que el abonado tenga la consideración participativa de “casa” y no de individuo único.

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