Carlos Alexis Rivera CNP 10746
Vestido de nazareno y oro hizo el paseíllo el diestro venezolano Manolo Muñoz en la segunda del abono de la Feria de San Miguel en Cajamarca, Perú, allí en esa plaza de toros "El Pallanquino" se presentaba el coleta criollo junto al español Luis Gerpe en sustitución de su paisano Ángel Puerta y el aventajado torero peruano Joaquín Galdós, en una tarde en la que el nativo de Valencia salió por la puerta grande y en volandas al cortar una oreja en su primer toro e indultar el segundo de su lote recibiendo las dos orejas y el rabo simbólicos.
Por ser el más antiguo de la terna, abrió plaza, dando un saludo capotero al de Santa Rosa de Lima, hurgando en las embestidas para saberlo llevar y luego de la suerte de varas, ejecutar las banderillas con solvencia rubricando en esta suerte su excelente condición de consumado y habilidoso reiletero.
Ya con la muleta en la mano, Muñoz instrumentó una faena importante, de mano baja y mucho temple, aprovechando las embestidas del toro y llevándolo con lentitud y mando; ejecutando el acero de tal manera, que vio caer una oreja como premio otorgado por la autoridad a su desempeño muleteríl.
Con su segundo toro, el cuarto de la tarde, de la Ganadería de Los Azahares, Manolo Muñoz le entendió desde las primeras tandas, ligando, mandando y templando, haciendo notar el oficio y lo toreado que anda el venezolano; su trasteo de muleta fue limpio, profundo e hilvanado con precisión, a un toro que por las condiciones mostradas en la lidia desarrollada por el torero y por su nobleza y buen juego le fue perdonada la muerte y en consecuencia entregadas al moreno espada nacional, de manera simbólica, los máximos trofeos, saliendo junto con sus compañeros a hombros pues Luis Gerpe se llevó al esportón tres orejas y Joaquín Galdós también logró el mismo resultado, cerrando una tarde triunfal y una feria de San Miguel apoteósica de principio a fin.
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