El malagueño pasea una oreja, al igual que Juan Sebastián Hernández, y destaca en la segunda de la feria
David Galván impactó en su debut con Manizales. El diestro malagueño paseó una oreja y perdió la Puerta Grande con la espada tras una tarde en la que el público se rindió a la solvencia del diestro que dio la vuelta al ruedo con el apéndice bajo gritos de ¡Torero, torero! Cara y cruz para Juan Sebastián Hernández que cortó una oreja y escuchó tres avisos, mientras que Rubén Pinar no tuvo suerte con una corrida mansa, deslucida y sin entrega de Dos Gutiérrez.
Se entregó el público de Manizales a David Galván en el quinto. Todo lo hizo el malagueño en los terrenos de cercanías, dejándose llegar los pitones a la banda de la taleguilla con un astado parado, deslucido y que nunca humilló. Sin embargo, David Galván fue sacando agua del pozo seco, levantando la emoción en los tendidos, aprovechando siempre los terrenos hacia los adentros. Tras unas manoletinas mirando al tendido, dejó una gran estocada y paseó una oreja entre los gritos de ¡Torero, torero!
La espada emborronó el buen debut de David Galván en Manizales. Noble fue el astado y, a pesar de no tener recorrido, permitió el lucimiento al malagueño. Lo recibió por buenas verónicas y quite por chicuelinas, para luego iniciar la faena de muleta por abajo. Llevó con temple y largura la embestida en una faena vibrante que llegó mucho al público. Remató el trasteo con una serie de molinetes, pero no estuvo acertado con los aceros y perdió los trofeos.
El sexto tampoco cumplió con las expectativas de la ganadería por su mansedumbre, pero Juan Sebastián Hernández dejó muy decidido varias series en los terrenos de las tablas con un toro de escasa entrega. Esos deseos de triunfo le llevó a echarse encima de los pitones en un arrimón y en varios alardes. La estocada fue fulminante y clave para la concesión de la oreja.
Manso, con muchas complicaciones, embistiendo a oleadas y aculado en las tablas fue el tercero, que puso las cosas casi imposibles en la suerte suprema, andando al hilo de las tablas con la cara arriba, imposibilitando a Juan Sebastián Hernández descabellar.
El primero mostró desde la salida complicaciones por su falta de bravura, entrega y humillación. Rubén Pinar no tuvo opciones. Tan sólo pudo sacar naturales de uno en uno. No estuvo acertado con los aceros en varios pinchazos y descabellos.
Escaso de bravura y recorrido fue también el cuarto, que vino siempre por dentro y sin entrega. Lo intentó Rubén Pinar por ambos pitones con disposición, pero sin ninguna posibilidad de lucimiento. Dejó una estocada, aunque el toro tardó en caer. Necesitó el golpe de verduguillo.
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