Jesus Ramirez "El Tato"
Desde 1947 se remonta la tradición taurina de San Isidro en Madrid cuando Don Livinio Stuyck se le ocurrió conmemorar el santo patrono con varios festejos seguidos. Hasta entonces se celebraban corridas los domingos, incluso los jueves, pero la idea de don Livinio fue creciendo en contenido llegando a los años ochenta a una cifra notable y desde los noventa a un máximo histórico de total aceptación y récord de aficionados abonados.
Éste año el ferial isidril consta de 22 corridas, 3 novilladas y dos corridas de rejones con carteles variados, la presencia de las figuras, los modestos y los entorchados con las corridas duras que llenan la plaza.
Hay carteles para todos los gustos y exigencias, con hierros de trago fuerte y otros que ilusionan más.
Treinta y cinco toreros venezolanos entre matadores y novilleros han desfilado por la plaza de Las Ventas, siendo el mayor triunfador Curro Girón con 33 corridas y 22 orejas.
Este domingo 19 de mayo otro venezolano tocará la madera del coso venteño en el paseillo, Jesus Enrique Colombo, quien de novillero y matador ha rozado ya la famosa puerta Grande, pero el ingrediente más importante de ésta actuación, son los toros de la histórica y respetada divisa de Miura en el noveno festejo isidril.
Todos los toreros sueñan con verse anunciados en Madrid y si es por San Isidro, la ilusión es mayor. Es otro hito importante en el camino profesional del joven Jesus Enrique Colombo con 27 años de edad, 6 de alternativa y un camino signado por la responsabilidad, la vocación y la total independencia de los despachos taurinos, por lo que se ha quedado fuera de muchas ferias donde debería estar.
Desde hace años, muchos años, la afición venezolana no se volcava en expectativas con un torero venezolano como éste domingo, donde JEC debe usar el código especial de Madrid, como es centrarse para triunfar sin mostrar esfuerzo. El joven torero de Táriba llenó sus pulmones de renovado aire en Pamplona y ahora en Madrid, con público que ya conoce, deberá desfondar ese poder resolutivo con despliegue de capacidad, técnica, garra y ambición.
Confiamos en Jesus Enrique, que vive 24 horas diarias para el toro, porque un triunfo suyo con la miurada, en la cátedra del toro, es el triunfo de la afición venezolana que allí vería reflejado fielmente el estado de una fiesta que necesita ídolos y valores para su mayor vigencia y reactivación.
Vamos Colombo...
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