Nada sucede al azar. Apenas 48 horas después de haberse desatado un escándalo nacional e internacional en México con los descubrimientos de “campos de exterminio” con centenares de restos humanos en Teuchitlán, Jalisco, en CDM el partido en el poder, MORENA, informa y aprueba de forma tan veloz como sorpresiva y sin tramitación pautada alguna, la prohibición de las corridas de toros incruentas en CDMX.
El hallazgo de estos sitios ha generado un escándalo de gran magnitud en toda la prensa nacional e internacional sin que Claudia Sheimbaum, presidenta ni su partido, MORENA, hayan podido aclarar, atajar, explicar o actuar en sintonía con un suceso de derechos humanos que The New York Times califica de ‘campos de exterminio nazi’. Con inusual premura, la administración de Morena en la capital ha resuelto en horas la implementación de normas sobre el toreo sin atender a debates de reformas constitucionales que la propia presidenta había recomendado.
Esta coincidencia temporal ha suscitado cuestionamientos sobre si la medida busca desviar la atención de los recientes hallazgos en Jalisco. Toda la parafernalia mediática del lobby animalista en medios y RRSS están alabando de forma continuada el buen hacer y el sentido progresista y humano de un gobierno que posee el récord de asesinatos por violencia del narco hasta casi el centenar por día.
El descubrimiento del campo de exterminio en Teuchitlán, Jalisco, ha conmocionado a la opinión pública nacional e internacional. Medios de comunicación de renombre, como la BBC, The New York Times y France 24, así como los principales periódicos mexicanos, han informado ampliamente sobre el caso, destacando la gravedad de la situación y la posible existencia de otros sitios similares que las autoridades mexicanas podrían estar ocultando.
Dos días después de que estallara este escándalo, el gobierno de Ciudad de México sorprendió al anunciar, con increíble celeridad y con asesoramiento de políticos taurinos de MORENA, la implementación de medidas para prohibir las corridas de toros con suertes cruentas en la capital. Esta decisión se tomó movilizando a diversos partidos políticos y a grupos animalistas, lo que está llevando a algunos analistas a cuestionar si esta acción busca desviar la atención del descubrimiento en Jalisco.
La rapidez y el momento de la aprobación de estas medidas han generado especulaciones sobre las verdaderas intenciones del gobierno capitalino, sugiriendo que podrían estar intentando minimizar el impacto mediático del hallazgo de los campos de exterminio. Sin embargo, las autoridades de Ciudad de México han defendido la iniciativa como parte de su compromiso con el bienestar animal y la modernización de las tradiciones culturales.
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