Ramírez "El Tato"
Miura es leyenda e historia auténtica y seria del toreo. Más de siglo y medio de misterios con cinco generaciones criando con seriedad y honradez un toro único que se distingue por hechuras y comportamiento, desarrollados pitones y variedad de pelaje.
La cronología del hierro de Zahariche acumula un rico y variado historial de tardes de tragedia y leyenda, que constituyen un punto y aparte en el renglón ganadero universal.
Y en esa historia tan respetada y ejemplar ha venido entrando con paso firme el torero tachirense Jesús Enrique Colombo que, en plena juventud y asimilación profesional, se ha hecho con los toros de Miura con firme decisión y valor, con una temible divisa que no admite vacíos y exige mucha pasión, sin forzar el sosiego y el buen hacer artístico.
Colombo, que lleva este año una temporada triunfal de 8 corridas de toros entre México y Venezuela con 6 puertas grandes, inicia este domingo su octava temporada en Europa con un fuerte compromiso en Mallorca en cartel mixto con Manuel Escribano y la rejoneadora Lea Vicents con otro encierro miureño, una divisa a la que no le ha hecho ascos y que, al contrario, le ha servido para ganarse el respeto y entrar bien cotizado con hierros duros.
El espada tachirense que lleva con dignidad el barco del toreo venezolano como único capitán, tras el compromiso mallorquí, seguirá este mes en corridas en México en San Miguel Allende, Texcoco y Pomuch, para dar la cara en la Feria de San Isidro en Las Ventas el 14 de mayo y regresar a las plazas peruanas de Chota y Coasa, mientras se sellan los compromisos de Azpeitia y Pamplona, cuyos triunfos del pasado año fueron determinantes y rotundos. El espada de San Cristóbal con madera de triunfador asume la temporada europea con mayores expectativas y esperanzas.
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