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Una petición en Change.org que pide sustituir a la super estrella latina Bad Bunny por la leyenda de la música country George Strait en el espectáculo del descanso del Super Bowl LX de 2026 superó el umbral de las 100.000 firmas, informa el portal estadounidense Newsweek.
La iniciativa surgió tras la decisión de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) de que el artista puertorriqueño encabece la actuación del próximo año en el Levi’s Stadium de Santa Clara, California. Los promotores del texto sostienen que las actuaciones y el estilo de Bad Bunny son lo opuesto a lo que las familias estadounidenses esperan del mayor evento deportivo del país.
Los más de 100.000 apoyos encienden un debate cultural que vas más all de la identidad estadounidense y la diversidad del público. Su organizadora, Kar Shell, defiende que el espectáculo del descanso de la Super Bowl debe ser apto para toda la familia que evite la política, además de celebrar las tradiciones musicales estadounidenses, especialmente la música country, que -según subraya- ha estado infrarrepresentada en citas anteriores.
La controversia trasciende las preferencias musicales y saca a relucir cuestiones como la inmigración, el idioma y la implicación política en el deporte.
En una entrevista concedida en octubre a la cadena conservadora Newsmax, Donald Trump rechazó la elección de Bad Bunny para el evento asegurando que nunca había oído hablar de él. «No sé quién es», dijo. «No sé por qué lo hacen. Es una locura. Me parece absolutamente ridículo».
Por El Mundo
Una petición en Change.org que pide sustituir a la super estrella latina Bad Bunny por la leyenda de la música country George Strait en el espectáculo del descanso del Super Bowl LX de 2026 superó el umbral de las 100.000 firmas, informa el portal estadounidense Newsweek.
La iniciativa surgió tras la decisión de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) de que el artista puertorriqueño encabece la actuación del próximo año en el Levi’s Stadium de Santa Clara, California. Los promotores del texto sostienen que las actuaciones y el estilo de Bad Bunny son lo opuesto a lo que las familias estadounidenses esperan del mayor evento deportivo del país.
Los más de 100.000 apoyos encienden un debate cultural que vas más all de la identidad estadounidense y la diversidad del público. Su organizadora, Kar Shell, defiende que el espectáculo del descanso de la Super Bowl debe ser apto para toda la familia que evite la política, además de celebrar las tradiciones musicales estadounidenses, especialmente la música country, que -según subraya- ha estado infrarrepresentada en citas anteriores.
La controversia trasciende las preferencias musicales y saca a relucir cuestiones como la inmigración, el idioma y la implicación política en el deporte.
En una entrevista concedida en octubre a la cadena conservadora Newsmax, Donald Trump rechazó la elección de Bad Bunny para el evento asegurando que nunca había oído hablar de él. «No sé quién es», dijo. «No sé por qué lo hacen. Es una locura. Me parece absolutamente ridículo».
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