jueves, 18 de diciembre de 2025

La Campanita: El eco nostálgico de los cepillados en la Mérida de antaño

Germán D' Jesús Cerrada 

​En las calles de la Mérida de ayer, un sonido metálico y rítmico tenía el poder de detener el tiempo: el repicar de una pequeña campana. No era una llamada a misa ni la hora que daba el reloj de relojería El Tiempo; era la señal de que, en alguna esquina del centro, había llegado el carrito de "La Campanita".

Esta emblemática fotografía, conservada en la maravilla del blanco y negro, nos devuelve la imagen de un hombre que, con su sombrero y su andar pausado, se convirtió en una institución de la frescura en la ciudad. 

Su carrito, una estructura humilde pero cargada de identidad, era el puerto seguro para quienes buscaban un respiro dulce bajo el sol merideño.

​Lo que hacía especial a "La Campanita" no era solo su presencia, sino la transparencia de su oferta. Sus avisos, rotulados con la sencillez de la época, nos recuerdan una promesa que hoy parece un lujo: "Pura fruta natural". El menú, que hoy leemos con añoranza en los costados del carrito, era un inventario de clásicos que marcaron generaciones: el tradicional cepillado de cola y piña, el toque cítrico del tamarindo y la parchita, y el infaltable limón.

Cada servicio era un ritual artesanal: el bloque de hielo raspado con maestría, el almíbar de color vibrante bañando la escarcha y esa primera cucharada fría que sabía a domingo, a salida del colegio y a paseo en familia.

​Más que un vendedor ambulante, el señor de "La Campanita" fue un tejedor de recuerdos en la memoria colectiva del merideño. A través de esta imagen, rescatamos no solo un oficio, sino un pedazo del alma de nuestra ciudad. 

Porque Mérida no solo se construye con edificios y montañas, sino con los personajes que, con el simple sonido de una campana, nos regalaron los momentos más sencillos y dulces de nuestra vida.

​Queremos preguntar a nuestros lectores: ¿Saben cómo se llamaba este recordado señor y en qué sitio específico de la ciudad solía parar su carrito? Los invitamos a compartir sus anécdotas y ayudarnos a completar esta historia.

No hay comentarios: