sábado, 29 de diciembre de 2012

Triunfó JAVIER CASTAÑO enloqueció los tendidos


Alberto Lopera
Otra gran entrada, más de tres cuartos en Cañaveralejo en tarde un tanto soporífera con incómodo viento en algunas faenas. Bonito y agradable encierro de Juan Bernardo Caicedo con tres toros de alta nota, especialmente los corridos en tercero y cuarto turno, justamente los que permitieron el triunfo al rejoneador Pablo Hermoso y al diestro Javier Castaño quien al final fue despedido a hombros.

El diestro español vino muy dispuesto, en el que abrió la tarde, un toro con muchas complicaciones ejecutó una faena a base de entrega a pesar la las embestidas con la cara alta del toro. Le despachó de una estocada que asomó por el brazuelo recibiendo algunas palmas a sus deseos fallidos. Afortunadamente su segundo, un precioso castaño con mucha calidad y nobleza le permitió hacer su personal forma de torear, con verdad, con temple, con mucha entrega y con valor que asusta. Se metió dentro de la media luna trágica a milímetros de los pitones sacando pases que parecían imposibles. La plaza entera con la respiración contenida y de pies, estalló en una sola ovación cuando se volcó sobre el morrillo dejando un efectivo espadazo. Las dos orejas pronto llegaron a sus manos y las paseó triunfalmente, con la felicidad reflejada en su rostro. Ha conquistado una importante plaza americana.

El colombiano Guerrita Chico pechó en primer turno un toro con muchos defectos y peligro al que despachó de tres pinchazos y tres cuartos de espada. Su segundo, un buen toro le permitió bordar chicuelinas de buen gusto, pero le costó acoplarse en la faena muleteril. No se entendieron, le despachó de media estocada y los pitos no se hicieron esperar.

Gran demostración del buen toreo a caballo hizo en su primero Pablo Hermoso, rejones, banderillas largas y cortas en medio de las continuas ovaciones gracias a la perfección de las suertes y al dominio sobre sus extraordinarios caballos:”Villa”, “Van Gohg”, “Dali”, “Manolete” y “Pirata”. Todos estuvieron sensacionales. Cortó una oreja que han podido ser dos sino tarda en doblar el bravo ejemplar de Juan Bernardo. Repitió todo el repertorio en el sexto, pareando además a dos manos. No surtió efecto rápido el rejón y el asunto quedó en sonora ovación.

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