martes, 22 de enero de 2013

Enorme repercusión del regreso de José Tomás a Aguascalientes


José Tomás, durante su actuación en Nimes en septiembre de 2012.| AFPJosé Tomás, durante su actuación en Nimes en septiembre de 2012.| AFP
La noticia del regreso de José Tomás a Aguascalientes, adelantada en primicia en la edición impresa de EL MUNDO de este martes 22 de enero, ha encontrado un amplio eco en todos los medios del planeta taurino. La vuelta del torero de Galapagar a la tierra de fuego, en el tercer aniversario de la cornada que lo puso al borde de la muerte, la recogieron todos los portales: Mundotoro.com, Aplausos.es, Burladero.com o Cultoro.com con amplio despliegue de titulares. En México, la edición de Orbyt causaba de madrugada, hora de España, sonoro revuelo, como comentaba el cronista del Diario Reforma, Guillermo Leal, en su cuenta de Twitter.
La información ("JT quiere cerrar la herida de México"), firmada por Zabala de la Serna, contaba el viaje de José Tomás a México a finales de semana pasada para trazar las líneas de su reaparición en Aguas a finales de abril en compañía de su equipo. Joaquín Ramos ha visitado las ganaderías de Fernando de la Mora, Bernaldo de Quirós y Teófilo Gómez y Salvador Boix se encontraba también pendiente en México de hablar con la gerencia de la Monumental hidrocálida. La gerencia de la plaza cionfirmaba a EL MUNDO los contactos de antes de verano como la entrevista pendiente con Boix esta misma semana. Aguascalientes podría fijar el inicio de la temporada de José Tomás, si Olivenza no se adelantA.
"JT QUIERE CERRAR LA HERIDA DE MÉXICO"
«Si nuestro teatro tuviese el temblor de las fiestas de toros, si hubiese sabido transportar esa violencia estética, sería un teatro heroico como La Ilíada...» (Valle-Inclán). El tiempo de los héroes ni ha muerto ni es teatro. José Tomás quiere volver a torear en Aguascalientes tres años en punto después de escapar a su destino, a la hora lorquiana marcada por Navegante, a su propia sangre derramada. Aquel 24 de abril de 2010, aquella madrugada colapsada, no frenó el camino existencial de un hombre que sorteó su noche más oscura. JT voló a finales de la pasada semana a México, a la tierra hidrocálida que siente como suya. El viaje a su refugio mexicano ya no trataba de que su hijo cumpliese en México el año de vida, como celebraron en noviembre, sino de perfilar, acompañado de su equipo, las líneas del regreso a la plaza que lo vio nacer un trienio atrás, cuando los altavoces pedían a gritos por los tendidos sangre para el mito que, de una manera u otra, se haría leyenda sobre una camilla.
El toreo concebido como filosofía ética y vital, como sempiterno ejercicio de superación. Desde la dramática tarde del 24 de abril de 2010, la lucha de José Tomás por sus principios alteró el orden de enunciación por importancia y necesidad: prevalecía la reconstrucción de la persona antes que la propia figura del toreo. Su familia así lo entendía. La pierna no respondía y pasaban y pasaban los meses desde que los médicos de Aguascalientes obraron el milagro bajo mínimos. Pero José Tomás no desfalleció en su rehabilitación, en la persecución de la plenitud, hasta que 383 días después, Valencia presenció un 23 de julio de 2011 su vuelta a la vida: «Vivir sin torear no es vivir». JT se reinventó humana y toreramente.
Cuando se van a cumplir tres años de Aguascalientes, allí ha quedado su apoderado Salvador Boix para hablar con la empresa de la Monumental; su hombre de campo, Joaquín Ramos, ha visitado ya las fincas de Fernando de la Mora, Teofilo Gómez y Bernaldo de Quirós, tres ganaderías de consolidado prestigio en México. Desde la gerencia de la sociedad que comanda el todopoderoso Alberto Bailleres sólo hablan de prudencia. En los albores del verano ya se produjeron contactos sin concretar nada; todo se resuelve y se disuelve hoy en los suaves y tenues «probablemente» y «posiblemente» que encabezan cada frase cargada de acento mexicano. «Probablemente esta semana nos entrevistemos con Boix». Saben del talante secreto que envuelve cada negociación de José Tomás y de los pactos de silencio que se establecen. «Salvador se ha quedado en México», por lo que se deduce que José Tomás ya ha regresado a España como en un viaje relámpago. La última vez que se le vio por Europa fue en Nimes a hombros de una multitud...
Las negociaciones de José Tomás se erigen como fortalezas infranqueables, pero desde lo de Aguascalientes se incluyen como exigencia cinco litros del tipo de sangre del torero (A negativo), las bolsas que entonces faltaron en los primeros momentos de angustia. Desde entonces se atan todos los cabos sanitarios, tanto que este año en Badajoz se reforzó la enfermería como si fuese un quirófano de última generación.
Las circunstancias se perfilan de tal modo que pudiera fijar Aguascalientes el inicio de temporada del fenómeno de Galapagar, si Olivenza no lo remedia. En España ya se han cerrado las Ferias de La Magdalena y Fallas, y en Sevilla dicen los empresarios que no quieren «suicidarse» económicamente con la contratación de José Tomás, que ha demostrado por donde pisa ser mucho más que un torniquete para la hemorragia de abonos de ferias que, como la de Abril, pierden clientes a millares. La Feria de Aguas reserva sus tardías fechas abrileñas para JT.
¿Por qué vuelve un torero a la escena del crimen? Por el toreo entendido como un constante ejercicio de superación. También de los miedos. Lo explicó el propio José Tomás cuando el pasado 10 de mayo recogió su tercer Premio Paquiro de El Cultural de EL MUNDO. A través del diálogo con Navegante, el toro de Santiago que vació su cuerpo, JT fue perdiendo los rencores, los temores nocturnos: «Unos días después de despertar de la cornada de Aguascalientes, empecé a recibir la visita de Navegante (...). Al principio, la verdad, no me hizo mucha gracia. Pero con el paso de los días, olvidé el rencor, agarré confianza con él, empezamos a conversar y nos llegamos a hacer colegas; al fin y al cabo, me di cuenta de que aquella cornada, más allá de enemistarnos, me unió con él para siempre».
La profundidad del discurso pronunciado en la Bolsa de Madrid valdría perfectamente para tratar de entender, sin que los mortales lleguemos a conseguirlo nunca del todo, por qué un torero vuelve al lugar de los hechos. «Yo tengo asumido por mi educación taurina» -le decía José Tomás a Navegante- «que os tengo que pagar un tributo. Y digo con normalidad cada vez que ha llegado, y lo digo en esta ocasión, que así ha sido. En el momento en el que no estaba claro el futuro de la pierna, lo único que podía era agradeceros [a los toros] todo lo que me habíais dado. Eso sí, iba a poner todo lo que estaba en mi mano porque lo demás estaba en las de los doctores, como lo estuvo en el momento de la cornada para poder recuperarme y volver a sentiros cerca. Fue un camino largo, muy largo e intenso, muy intenso. De mucha incertidumbre que me hizo crecer como persona, que me hizo crecer como torero. Porque tuve que profundizar en las formas y, como dijo Hegel, "en arte la forma es el fondo". Fue más hermoso que nunca reencontrarme con las sensaciones de siempre, coger una muleta, torear de salón, hacer un tentadero, y llegar a una plaza de toros, ponerme el traje de luces y liarme el capote de paseo para volver a pisar el terreno de la libertad. La libertad que se siente en el ruedo poniendo la vida en juego».
Volver a la tierra de fuego forma parte del camino hacia delante. Mirar al pasado para encarar el futuro. Aguascalientes espera. Y José Tomás quiere cerrar la herida abierta, el círculo vital, para renacer completamente sobre la sangre derramada.

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