Deslucida novillada en la Feria de Manizales, que registró muy buena entrada
La afición a los toros en Colombia es indudable. De nuevo
en la tercera de feria se registró una gran entrada en los tendidos para
apoyar a la savia nueva de la tierra con una novillada de Cerrobermejo, seria en conjunto y que no se lo puso nada fácil a una terna poco placeada.
No es de extrañar que el incierto sexto voltease de mala
manera a Santiago Sánchez, que con un boquete en la taleguilla y
ostensibles gestos de dolor en el muslo izquierdo por las contusiones,
continuó deseoso la faena a «Portugués», pero sin
alcanzar la brillantez. Vibrante había sido su recibo al tercero.
«Mosito» era un mozalbete poco transparente, con el que el joven de
Medellín mostró disposición y detallitos en una faena centrada en el
pitón zurdo. En la hora final no lo vio claro.
El primero se cruzó desde el saludo capotero de Santiago
Gómez, que acusó el verdor lógico de quienes apenas han toreado. El
torero paisa mostró sus ilusiones por triunfar en su tierra con un
cuarto más noblote, en el que le jalearon algunos pases.
Luis Miguel Castrillón trató de lucirse a la verónica y
mostró ciertos destellos en la muleta. El de Medellín, que algunos
pasajes pareció tener a Castella como espejo, arrancó con un pase
cambiado por la espalda. Se revolvió raudo «Lunero» en el primer pase de
pecho y luego resultó paradote y sin clase. Misión imposible disparar. El pupilo de Campuzano lo intentó con denuedo y recurrió al arrimón en el quinto, lastimado de los cuartos traseros.
«Una cochinada», resumió la tarde Milton, que antes del
festejo nos aupó al cielo de Manizales en una visita guiada de modo
sublime entre la magia de los Nevados. Un paseo por las nubes para soñar
frente a una novillada para olvidar. Las orejas las cortaron los aficionados. ¡Viva Colombia!
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