Soler le cortó la oreja al tercero. Los lances de salida a
ese novillo, muy mecidos, con sorprendente parsimonia, fueron lo mejor
de la tarde. Luego la faena tuvo desenvoltura, gancho popular y la
frescura propia de un debutante. Cortó la oreja a pesar del interruptus
de un partidario que le dedicó un cante desde el tendido sin que viniese
muy a cuento. Fundamentalmente porque si escuchas el cante no ves
torear y si estas al toreo no estás al cante, eso suponiendo que haya
cante o toreo al que atender.
El resto de la tarde fue un cúmulo de voluntad y buenos
propósitos que nunca acabaron de concretarse. Seguimos donde estábamos. A
la espera. El frío, las rachas de viento, la presión, la impericia, la
ternura técnica. tantos y tantos elementos como son necesarios para dar
una tarde de toros no combinaron, tampoco ninguno de los tres chicos
lució ese halo de personalidad que acaba tapando carencias y haciendo
soñar, ni los novillos con la excepción del cuarto fueron los más
apropiados para el triunfo.
Foto: Crescencio |
No es que los novillos de Jandilla-Vegahermosa fuesen malos
ni se comiesen al pastor ni a nadie, todo lo contrario. Alguno sí tuvo
su dureza como el quinto y otros su blandura como el primero, los dos
puestos como extremos de lo que es un lote de variado comportamiento y
distinta presentación, porque entre el primero, lo que se dice un muñeco
y el cuarto un toro precioso, hubo mucha diferencia, al igual que entre
el comportamiento de ese cuarto, bravo y noble, de honda embestida y el
recio y bravo quinto pasando por el precioso segundo que de tan noble y
blando no lo tomaron en cuenta ni a él ni al novillero.
Foto: Crescencio |
Chover volvía a Valencia como rédito de haber dado una
vuelta al ruedo en Madrid. Ayer se mostró tan animoso como le conocíamos
por esta su tierra, banderilleó con facultades y suerte diversa. En su
primer novillo pocas emociones pudo generar y a su segundo, el mejor de
la tarde, le aplicó cantidad de pases de diversas marcas como decían los
antiguos. Con la tizona anduvo desacertado.
Campos y Soler
Tomás Campos quedó un tanto inédito. Su primero fue de
imposible lucimiento por blando y el segundo de difícil lucimiento por
lo contrario. Se le apreció disposición y firmeza.
Soler, que banderilleó alternando con Chover, insistió en
el sexto con los mismos planteamientos que aplicó al tercero con la
diferencia de que una voltereta lo alteró todo. Afortunadamente no hubo
consecuencias que lamentar más allá del estropicio indumentario. Se
levantó con rabia, insistió en su voluntarismo y se justificó.
Una nota final. Alguien tendrá que poner coto a la banda de
cada día que toca y deja de tocar a su antojo, lo mismo por un desarme o
una cogida para y se piensa muy mucho volver a tocar que coge
carrerilla y no para pase lo que pase hasta el mismo suplicio general.
En resumen: Jesús Chover, silencio y ovación tras aviso; Tomás Campos,
silencio y ovación tras aviso; Vicente Soler, oreja y ovación. Un
cuarto. Presidió, Amado Martínez, bien.
Via http://www.lasprovincias.es
Via http://www.lasprovincias.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario