El sevillano matará seis toros en la Goyesca de Ronda, la plaza de Paquirri, después de sellar la paz tras su desencuentro por la Medalla de Bellas Artes
ARJONA
Morante de la Puebla y Francisco Rivera Ordóñez sellan la paz
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Un desencuentro entre dos toreros olvidado de la mejor
manera posible: con un apretón de manos en medio del campo, entre
caballos; acoso y derribo,
toreo al aire libre y el anuncio más esperado. Morante de la Puebla
estoqueará en solitario seis toros en la Corrida Goyesca de Ronda de
este año.
Francisco Rivera Ordóñez y José Antonio Morante sellaron ayer su amistad y este compromiso histórico en el corredero «Santa Cecilia» –propiedad de Juan Luis Páez–, con la presencia de los apoderados de los toreros, Manolo González y Antonio Barrera, además de personas de confianza de ambos diestros.
Día espléndido a escasos treinta kilómetros de la capital.
El ambiente que se respira es relajado. Sol de justicia aliviado con una
suave brisa que palia el calor primaveral sevillano convertido casi en
tórrido verano. Paquirri y Morante a caballo.
El segundo amparando y el primero derribando. Primero una vaca mansa,
luego un becerro del hierro del torero de La Puebla, al que tanto él
como Francisco torean a placer a campo abierto.
Mano a mano
Morante se gusta sobre la diestra y deja muletazos de
categoría entre los «¡bieeeen!» de los presentes. Paquirri no se queda
atrás y corre la mano con suavidad. No echa en falta su inactividad en
los ruedos. Atrás ha quedado ese malestar entre ambos por aquellas
declaraciones del ribereño cuando le concedieron la Medalla de las Bellas Artes
al nieto de Antonio Ordóñez, algo que quedó patente esta pasada Feria
de Abril, cuando Morante le brindó un toro. Esa amistad retomada ha
desembocado en esta gesta que Morante cumplirá el 7 de septiembre. Como anfitrión, Paquirri.
«Francisco llevaba tiempo con la idea de que volviese a
Ronda», señala Morante. Quizá en un primer momento no para que matase
seis toros pero sí para volver a esta plaza». A ello responde enseguida
Paquirri. «Será un día especial de por sí. Especial e íntimo. Y
quedará para la historia de la plaza y, por qué no decirlo, de la
Tauromaquia. Porque ese día va a ser tan suyo… (por Morante)».
«Era como dos enamorados que quieren bailar juntos y no se atreven», dice Paquirri
¿De quién surgió, entonces, la idea de los seis toros? Morante lo dice claro: «En las conversaciones, la pieza clave ha sido Antonio (Barrera,
su apoderado)». Y remata Francisco. «Ha sido como esos dos enamorados
que tienen ganas de bailar juntos y no se atreven. La verdad es que la
propuesta la recogí con sorpresa y hasta ayer mismo, como quien dice, no
hemos cerrado todos los pormenores».
El rumor comenzó a extenderse en el ya famoso brindis en la
Maestranza de Morante a Paquirri. El de La Puebla sonríe. «Después de
tanto tiempo de malestar entre nosotros, yo tenía la idea de declararle
mi amistad así, en una plaza como Sevilla y con algo tan torero y tan de
verdad como un brindis. Él ha hecho mucho por acercarse y es por ello
que tenía que devolverle todo eso que ha puesto de su parte. Me sentí en
deuda con él».
Una deuda de sangre
También habla de deuda Rivera Ordóñez, pero la que tiene
como empresario –anfitrión le gusta decir a él– de la plaza de toros de
Ronda. «Es una deuda de sangre,
una responsabilidad desde que sucedí a mi abuelo como tal». Y es que no
es para menos. Hasta ahora, el único matador de toros que se ha
encerrado en solitario en la Goyesca ha sido Paco Ojeda. Y lo contrató Antonio Ordóñez. Ahora es Morante, 26 años después de aquel acontecimiento.
Morante, a las puertas de su primera comparecencia en Madrid –mañana
también actuará en Jerez–, no oculta su ganas por este festejo tan
singular. «Me hace mucha ilusión. Ronda es lo máximo, una plaza
emblemática, de máxima importancia. Y, además, uno ya no está empezando y
no sé si será la última vez que me encierre con seis toros. Desde
luego, voy a darlo todo esa fecha para que sea el gran día…».
¿Alguna sorpresa más?
Se habla del ganado. «Francisco lo ha dejado a mi elección», puntualiza el torero sevillano. «Serán toros de distintas ganaderías para darle más variedad al festejo. Y no sé si habrá alguna sorpresa», deja caer.
«Como anfitrión –habla Paquirri–, que elija José Antonio los toros que le hagan ilusión y que esté a gusto.
Pueden ser de distintas ganaderías, de dos o de tres… eso ya lo verá
él». Se le pregunta por la posibilidad de que hubiese sido un mano a
mano. Ríen ambos y contesta Francisco. «¿Un mano a mano? Pero, ¿no lo
habéis visto ahora mismo en el campo? Y mucho mejor, un becerro para dos
toreros. Lo importante ahora es José Antonio, porque va a ser algo que va a quedar para la historia».
Un brindis, un abrazo y un cartel han sido los pilares para
la reconciliación de estos dos toreros que se plasma en uno de los
festejos más esperados de este 2013 y que hará que Ronda, una vez más,
vuelva a ser epicentro del toreo y
lugar de peregrinación en septiembre. La mejor forma de olvidar un
desencuentro que ya es agua pasada. O como dice Morante: «Borrón y
cuenta nueva».
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