El Cid, Castella y Fandiño, que reaparecía y cuaja la faena de mayor entidad del festejo, abren la puerta grande
APLAUSOS
Abrió
plaza El Cid con un toro muy flojo con el que no tuvo ninguna opción de
lucimiento. Se desquitó con el cuarto, un toro noble y cuya mayor
virtud fue la duración. Eso lo aprovechó el sevillano para cimentar una
faena ligada por ambos pitones en una primera parte que tuvo al natural
dos series francamente buenas. Con el toro más venido a menos, se metió
entre los pitones con circulares y adornos. Estocada entera y dos orejas
para el torero de Salteras.
Sebastián Castella paseó la primera oreja de la tarde tras una labor pulcra frente a un animal manejable pero bajo de raza. No le apretó en el inicio, para después lograr dos series sobre la mano derecha, las de mayor entidad y calidad de su trasteo. El francés sorteó en quinto lugar, otro toro con nobleza pero con la raza justa. Castella anduvo templado en una labor fundamentada sobre la diestra y presidida por la ligazón y la continuidad. A pesar de pinchar en el primer intento paseó un trofeo.
Iván Fandiño volvía a los ruedos tras el grave percance que sufrió en Madrid. El vizcaíno lo hizo cortando una oreja al noble tercero de Zalduendo, ante el que estuvo impecable técnicamente. El toro, alto, le costó descolgar y Fandiño trató siempre de alargar su embestida con inteligencia y firmeza. Mató de buena estocada al primer intento. El torero de Orduña firmó ante el sexto la faena de más peso e intensidad de la tarde frente a un animal deslucido en los primeros tercios. Sin celo el de Zalduendo en las primeras acometidas, logró meterlo en cintura Fandiño a base de quietud, determinación y decisión. Con la muleta siempre puesta, no tuvo el toro más remedio que embestir. El uso del descabello hasta en tres ocasiones dejó el premio en una oreja.
Soria, domingo 30 de junio de 2013. Toros de Zalduendo, desiguales de presentación, nobles y manejables pero bajos de raza en conjunto. El sexto, deslucido. EL CID: Silencio y dos orejas; SEBASTIÁN CASTELLA: Oreja en ambos; IVÁN FANDIÑO: Oreja y oreja tras aviso; Entrada: Casi lleno.
Sebastián Castella paseó la primera oreja de la tarde tras una labor pulcra frente a un animal manejable pero bajo de raza. No le apretó en el inicio, para después lograr dos series sobre la mano derecha, las de mayor entidad y calidad de su trasteo. El francés sorteó en quinto lugar, otro toro con nobleza pero con la raza justa. Castella anduvo templado en una labor fundamentada sobre la diestra y presidida por la ligazón y la continuidad. A pesar de pinchar en el primer intento paseó un trofeo.
Iván Fandiño volvía a los ruedos tras el grave percance que sufrió en Madrid. El vizcaíno lo hizo cortando una oreja al noble tercero de Zalduendo, ante el que estuvo impecable técnicamente. El toro, alto, le costó descolgar y Fandiño trató siempre de alargar su embestida con inteligencia y firmeza. Mató de buena estocada al primer intento. El torero de Orduña firmó ante el sexto la faena de más peso e intensidad de la tarde frente a un animal deslucido en los primeros tercios. Sin celo el de Zalduendo en las primeras acometidas, logró meterlo en cintura Fandiño a base de quietud, determinación y decisión. Con la muleta siempre puesta, no tuvo el toro más remedio que embestir. El uso del descabello hasta en tres ocasiones dejó el premio en una oreja.
Soria, domingo 30 de junio de 2013. Toros de Zalduendo, desiguales de presentación, nobles y manejables pero bajos de raza en conjunto. El sexto, deslucido. EL CID: Silencio y dos orejas; SEBASTIÁN CASTELLA: Oreja en ambos; IVÁN FANDIÑO: Oreja y oreja tras aviso; Entrada: Casi lleno.
Gran ambiente en los tendidos en el festejo de esta tarde en Soria |
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