El conde de Wessex acudió a la inauguración de una biblioteca en Liverpool ataviado con una atrevida corbata de toreros
ana mellado
El príncipe Enrique causó el estupor de la opinión pública
al elegir un disfraz de nazi, con el brazalete de la esvástica, para
acudir a una fiesta dos semanas antes de la celebración del Día para el Recuerdo del Holocausto. El extravagante tocado de Philip Treacy con forma de rosquilla, con el que asistió la princesa Beatriz a la boda del príncipe Guillermo y Catalina de Cambridge,
tampoco dejó indiferente a nadie. Todos trataban de dilucidar qué era
ese extraño objeto que la hija de los duques de York portaba en su
cabeza. Ahora ha sido el príncipe Eduardo el que ha desatado la controversia al elegir parte de su escrutado atuendo.
El conde de Wessex asistió a la inauguración de la nueva
biblioteca de Liverpool con un impecable traje azul marino y camisa de
cuadros celeste. Hasta ahí todo bien. Lo que no acabó de gustar
demasiado fue su corbata con motivos taurinos. Sobre un fondo azul
marino, los dibujos de un torero vestido con traje de luces amarillo y capote blanco y celeste, le daba un toque desenfadado, que no acabó de convencer a muchos de los allí presentes.
Un deporte de sangre
La asociación, League Against Cruel Sports, que hace
campaña contra las corridas de toros en todo el mundo, el tiro y la caza
del zorro, manifestó sentirse muy decepcionada con esta provocación por
parte de un miembro de la familia real.
«El toreo es un espectáculo increíblemente cruel y obsoleto.
Estamos muy decepcionados al ver una figura pública tan influyente
vistiendo una prenda de ropa que simboliza la barbarie de un deporte de
sangre», declaró un portavoz de la liga.
«Tuve que mirar de cerca, no podía creer que él llevase una corbata con toreros»
La inauguración de la Biblioteca de Liverpool, tras tres años de reformas en los que se han invertido 55 millones de libras,
quedó relegada a un segundo plano para dar rienda suelta al debate
sobre controvertida práctica tan popular en países como España,
Portugal, Filipinas, el sur de Francia y algunos países de habla
hispana.
Uno de los miembros del público que asistió en al evento no daba crédito al look elegido por el príncipe: «Fue muy inapropiado para un miembro de la familia real de llevar una corbata así. Tuve que mirar de cerca, no podía creer que él llevase una corbata con toreros».
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