miércoles, 25 de junio de 2014

FRANCIA Según la revista 'Tierras taurinas'

El primer torero de la Humanidad

Una Tauromaquia prehistórica en Villars representa a un hombre citando brazos en alto a un bisonte (23.000 años antes de Cristo)


ZABALA DE LA SERNA

Para encuadrar la Tauromaquia dentro de la cultura mediterránea, nada como acudir a los juegos cretenses de la civilización minoica en la Edad de Bronce. El toro y su carácter sagrado, el toro como símbolo de la fortaleza y la fecundidad que se transmitían a los jóvenes que brincaban y saltaban sobre sus lomos o se agarraban a sus cuernos en el ritual de la Taurocatapsia (Taurokathapsia) representada en los murales del palacio de Knossos (entre el 2.000 y el 3.000 a.C.) Tauromaquia o Tauromagia de la Creta Antigua.

Pero la nueva interpretación de las pinturas de hace aproximadamamente 20.000 años de la cueva de Villars (descubierta en 1953 en Dordoña, Francia), que publica este viernes la revista 'Tierras Taurinas', dirigida por André Viard, algo así como la revista 'Science' en el ámbito de la ciencia, datan la primera Tauromaquia en la era del hombre de Cro-Magnon. La obra de Villars forma parte de una trilogía junto con la de Roc de Sers y la famosísima de Lascaux, que sirven de marcador cronológico entre el fin del periodo solutrense y el principio del magdaleniense.

André Leroi-Gourhan, el 'pope' de la paleontología en la segunda mitad del siglo XX, describió cada escena del siguiente modo: "Roc de Sers (19.000 años a.C.), hombre llevando algo sobre su hombro perseguido por un bisonte; Lascaux (17.000 años a.C.), hombre golpeado por un bisonte; Villars (23.000 años a.C.), hombre que levanta los brazos ante un bisonte que le embiste". Entre las 200 cuevas prehistóricas exploradas entre Gibraltar y los Urales, las obras de las catedrales geológicas de Francia son las únicas en las que un hombre y un bovino componen una imagen dinámica. Para Viard, "si en vez de un hombre desafiando a un toro, burlándolo o muriendo por una cornada, se hubiera descubierto a un Cro-Magnon tocando la flauta se hubiera convertido en un símbolo universal para la humanidad" y probablemente en el primer músico. "Pues el primer hombre" -continúa el editor de 'Tierras Taurinas'- "que pintaron nuestros antepasados lejanos, guste o no, fue un 'torero'".

Todas las lecturas taurinas de las descripciones paleontológicas no se han valorado con la debida importancia, a pesar de la agudeza argumental de George Charrière en 'La revista de la historia de las religiones' de 1968: "Sin que se pueda realizar aquí la historia y prehistoria de la Tauromaquia, la figuración del encuentro entre el hombre y el bovino es inquietante en la pintura de la cueva de Villars, donde el hombre hace frente a la bestia con un aspecto de matador, agitando posiblemente en la mano derecha algún señuelo que desviará la rabia del animal".

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