Antes y después del tercero
Gran faena de Hermoso al segundo y merecida oreja para Sergio Galán frente al quinto
J. F. C., PamplonaAntes y después del tercero. En el justo ecuador del festejo fue cuando todo tendría por acontecer en Pamplona. Roberto Armendáriz le cortó dos orejas a ese mismo toro en una tarde en que la lluvia marcó el devenir de la corrida. Todo se hizo cuesta arriba cuando, justo a la muerte del mismo, comenzaro a caer gotas sobre la capital navarra. Antes, Hermoso de Mendoza firmó uno de sus mejores trasteos sanfermineros y después, en el quinto, Sergio Galán selló su clasicismo `sobre la lluvia´. Ésta marcó el festejo en un `antes y después´del que Pamplona y sus sentidos también se resintieron.
Recibió al tercero Roberto Armendáriz con "Visir", un toro alto, hondo y pesado, pues marcó 620 kilos en la tablilla y a lque paró con dos rejones que no terminaron por convencer los olés sentidos del respetable. En banderillas la faena tomó vuelo, especialmente con "Ranchero", con el que clavó tres pares que fueron las delicias de sus paisanos. Hubo uno, eñ último, al quiebro, con el que paró el reloj pamplonica y fue el golpetazo clave para que el coso se decantara por el premio final. Las cortas las clavó con "Cristal", con el que terminó de calentar al público paisano y tras dejar un certero rejonazo final, Armendáriz recibió y paseó el doble trofeo. En el sexto el ruedo se hallaba impracticable, aún así Roberto Armendáriz decidió seguir a delante con su muerte. Lo recibió también con "Visir" y planteó un trasteo en el que cortó una oreja pero en el que la lluvia marcó el devenir del mismo. Lógicamentne, todo se hizo a merced de que la cuadra no tuviera peligro y fue esta circunstancia la que determinó la posición final del tendido.
Al primero le armó un lío Pablo Hermoso de Mendoza: fue un astado que se entregó hasta el final, que humilló durante toda la faena y que no sacó mansedumbre; al contrario, precisamente por esa humillación y entrega constante perdió las manos hasta en dos ocasiones, justo cuando el de Estella lo sometió en una vuelta al ruedo por completo. Se trató de un toro de mucha calidad en el que Hermoso aprovechó todas y cada una de las posibilidades que mostró: lo recibió con dos de castigo -el segundo al quiebro- que encendieron por vez primera los tendidos desiertos de peñas, en banderillas, y aprovechando precisamente la condición del de Capea, sacó todo su arsenal ante la afición paisana. Con las cortas logró terminar de convencer al público, pero el toro tardó en caer y el público se mostró muy frío, por lo que fue ovacionado.
Fue justo a la salida del cuarto cuando comenzó a llover con fuerza sobre Pamplona, lo que alarmó a la terna y cuadrillas por el estado del ruedo. Hermoso lo recibió hábil, arriesgando, y comenzó el trasteo de banderillas con "Janucá", clavando en la cara. La revolución llegaría justo al final del trasteo, cuando con "Habanero" el navarro se la jugó en tres piruetas que llegaron ipsofacto a la repercusión de los aficionados. En este momento la lluvia se transformó en diluvio y, con "Pirata", armó la revolución con un par a dos manos. Pinchó arriba en la primera ocasión y enterró el acero en el segundo encuentro, lo que le valió cortar un merecido trofeo bajo la lluvia.
Sergio Galán mostró, de nuevo en Pamplona, una gran dimensión en su lote. Su primero se trataba de un toro manso, que apretaba hacia los adentros y no se lo puso fácil al conquense; además, el preludio que Hermoso de Mendoza dejó en el abreplaza era un motivo más para que Galán diera todo de sí en el primero de su lote. Dio la cara, a pesar de las complicaciones del astado salamantino, y msotró su clásico concepto especialmente en el tercio de badnerillas, dejando varios pares de frente, por derecho, ofreciendo siempre el pecho de su cuadra y entregándose a la mansa condición del "capea". Pinchó en el primer intento y metió el rejón a la segunda, lo que propició que no llegara a romper la petición, reducida a una sonora ovación.
A la salida del quinto comenzó a arreciar de forma intensa la lluvia sobre la plaza, lo que propició que la afición pamplonica comenzara a despoblar paulatinamente los tendidos. En faena, Galán se mostró totalmente valiente, comprimetiéndose de forma plena y sobreponiéndose a la circunstancias sobre lomos de "Ojeda". El de Tarancón fue todo entrega pese a que la lluvia no cesaba de caer en toda la lidia. El riesgo se agudizó por momentos, pues el nivel de agua que caía no descendía y la voluntad de Galán tampoco cesaba. Muy meritorios fueron los finales, especialmente un par a dos manos que tuvo mucho mérito por las circunstancias. Para más inri, se paraba el toro en el tercio de muerte, pero un pinchazo y una estocada le valieron la merecida oreja a Galán.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Pamplona. Segunda de abono. Más de tres cuartos de entrada en tarde lluviosa.
Seis toros ded Capea, bien presentados y de gran juego.
Pablo Hermoso de Mendoza, palmas y oreja.
Sergio Galán, ovación y oreja.
Roberto Armendáriz, dos orejas y oreja.
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