lunes, 11 de agosto de 2014

Huesca: cuando las orejas no salvan del naufragio

Ferrera corta dos orejas y Abellán pasea una con la terciada corrida de Gerardo Ortega

Huesca: cuando las orejas no salvan del naufragio
abc
Antonio Ferrera
Nadie podía sospechar que el trapío en la tercera de feria estuviera más en las cazuelas de pollo al chilindrón que llevaban rebosantes las peñas para la merienda que en el ruedo oscense. Nula de presencia, casta y fuerza la corrida de Gerardo Ortega, tan poca cosa que resultó inexplicable que el presidente la autorizara en el reconocimiento mañanero. El mismo usía que desde el palco intentó arreglar el desaguisado otorgando orejas sin sentido. El mal estaba hecho, y ni con los dos trofeos que se llevó Antonio Ferrera ni con el que cortó in extremis Miguel Abellán, el festejo se salvó del naufragio.

Y no es que estuvieran mal, es que las orejas estaban fuera de lugar, bien por el poco fuste de las faenas, bien por el mal remate con los aceros. En este caso del fallo a espadas la actuación de Ferrera, que anduvo reposado y jugando muy bien los tiempos y las distancias con su primero, el único que ofreció alguna opción, pero al que mató de un horrible bajonazo. Con el otro destacó en banderillas, buscó el apoyo de los tendidos de sol y paseó otro apéndice tras dos pinchazos y estocada.

Hasta en tres ocasiones se postró de rodillas Abellán ante el impresentable tercero en un intento vano de levantar los ánimos. La estocada al marmolillo que cerró plaza le puso en sus manos otro de los sorprendentes trofeos.

Abría cartel Juan José Padilla, al que se le vio un tanto desconfiado e incómodo ante tan escasos enemigos. 

Viendo las ollas vacías del chilindrón, algunos se preguntaban el porqué de una corrida tan menguada para tres toreros forjados en la lucha ante el toro serio de las divisas más exigentes.

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