jueves, 14 de agosto de 2014

Lo mejor de cada uno, que la lía con sus "cadaunadas"

Ponce, Perera y Juan del Álamo levantan un festejo que, hasta el ecuador, había sido todo monotonía

CULTORO, Dax (Francia)

Cada uno fue cada uno con el toro que tenían delante: si hasta el tercero fueron todo mansedumbre y falta de empuje, los toreros se presentaron como resolutivos, voluntariosos y, sobre todo, efectivos. Tanto Ponce como Perera serían la chispa que no lograría convencer a Dax; Juan Del Álamo cortaría una oreja del tercero. Cuarto y quinto ofrecieron las posibilidades que le faltaron a sus hermanos y, a partir de ese momento, todo sería un compendio de toreo conceptualizado en sus carreras. Fueron ellos mismos.

Fue ovacionado Enrique Ponce con su primero, un toro que no rompió en su muleta pero que él mismo hizo que rompiera. A base de enseñarlo, de sobarlo, de someterlo y de no dejarlo sólo un momento, el de Montalvo consiguió hacer que el de Chiva sacara parcos detalles en el primer acto de la función. Haciendo muy bien las cosas logró enjaretarle varias tandas que arrancaron los aplausos del tendido, pero un pinchazo y lafrialdad con que los aficionados franceses se tomaron la primera parte de la corrida redujeron el premio a una sonora ovación. La revolución llegaría frente al cuarto, al que Ponce le cortó las dos orejas tras un trasteo impecable, en el que destacó el temple que imprimió el valencian oa su segundo oponente. Lo llevó muy ceñido en cada muletazo a la par que sujeto porque su falta de fuerza no lo hiciera derrumbarse. La faena fue tomando vuelo y color, sobre todo por el lado izquerdo, y logró grandes momentos que fructificaron, tras espadazo, en un gran triunfo.

No es la racha de Perera en los sorteos: si en la tarde de ayer le tocó el lote más infumable de la corrida de Montalvo en Gijón, hoy su primero tampoco mostró especiales facultades para la lidia. Para más inri, fue devuelto el titular y en su lugar salió otro que no posibilitó el lucimiento del extremeño. Lo intentó Perera a toda costa, se echó a los lomos del de Montalvo pero no hubo manera de sacar un ápice en claro ante tal ejemplar. Todo cambió en el quinto, con el que Perera volvió a sentirse en su concepto pero la espada no le dejó degustar el triunfo tan ansiado: ejecutó una faena con la mano muy baja a pesar de que el toro pedía una media altura en la faena. Le plantó cara el gallo extremeño a base de valor, pues había que tenerlos bien puestos para corregir los errores del de Montalvo y exigirle muchísimo, como lo hizo, para encelarlo en lso trastos. La faena, en los últimos comopases, tomó el tinte que acostumbran los trasteos de Perera pero con el plus de la condición del toro, al que le exigió mucho más en este preciso instante. Aquí arribó el demonio: el fallo con los aceros le privó de la Puerta Grande en Dax.

Tampoco valió el tercero, pero le valió a Juan del Álamo. Al salamantino le vale cualquier cosa si ser figura es su meta, por lo que cortó el primer trofeo de la tarde y de la feria al de Montalvo. Le planteó un trasteo inteligente, con la lógica de los que quieren llegar alto pero el entusiasmo novilleril que, afortunadamente, todavía atesora el de Ciduad Rodrigo. Todo lo hizo despacio y las tandas por ambas manos lograron convencer a la afición gala. Especialmente los detalles detrás de cada tanda, los remates y el andar torero que desprende Del Álamo en cada segundo de su actuación propiciaron el resultado final de una oreja, después de una gran estocada. Paseó el trofeo entre el calor del público francés. Frente al cierraplaza fue ovacionado tras pasaportar a un toro que le faltó la chispa para romper y mostrarse voluntarioso con su condición.

FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Dax (Francia). Primera de la Feria de agosto. Lleno en tarde fresca, ventosa.
Seis toros de Montalvo: 1º falto de fuelle; 2º bis sin ritmo y a menos; 3º para someterlo mucho, de viaje corto; 4º y 5º de excelente tranco pero faltos de fuerza; 6º

Enrique Ponce, ovación y dos orejas.
Miguel Ángel Perera, silencio y vuelta al ruedo.
Juan del Álamo, oreja y ovación.

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