Jesús Ramírez “El Tato”
Para el recuerdo han quedado, Santa Cruz de Mora, La
Fría, San Antonio, Colón, Zea, Ejido y ahora Táriba, esta última por culpa de
un alcalde que no fue capaz de enfrentar una situación económica para respetar
la tradición del pueblo que lo eligió.
El emporio andino, tiene las ganaderías y tiene los
toreros para cubrir sus ferias. También los empresarios y las plazas
portátiles. Tiene los subalternos de categoría y ahora hasta la cuadra de
caballos. Bueno y malo. Bueno porque se
ha hecho una labor que culmina con dos ferias andinas importantes como San
Cristóbal y Mérida, y malo porque los éxitos que conquistan los toreros, se
quedan allá en las hermosas serranías sin la repercusión que debería tener eco
en otras regiones del país.
Marcos Peña “El Pino” con calidad interpretativa,
César Vanegas, torero completo que ahora busca nuevos aires en Perú, Rafael
Orellana, firme y triunfador, Gregorio Torres “Maravilla” de formación hispana
que no ha dejado desvanecer la llama de su quieto toreo, como lo demostró
recientemente en La Grita, Alexander Guillén refrescando ilusiones en tierras
incas igual que Jhonatan Guillén, Favio Castañeda, nueva ilusión que lucha en
Europa, Currito Ramírez en puesto de
línea y Antonio José Ramos que en Lima sigue labrando esperanzas.
Pero es que también tiene rejoneadores. José Luís
Rodríguez con alternativa de lujo en Portugal, Rafa Rodríguez espectacular
sobre las cabalgaduras y otros como Willy, que se forma sin premura.
Y anclados en tierras andinas han quedado para el
recuerdo muchos toreros aragüeños. El picador Rigoberto Bolívar y el novillero
Domingo Blanco. Y permanecen los banderilleros ya en retiro, Diego Pérez, Angel
González “Gallo Tapado”, Argénis López y Marcos Peña “El Pino” con un vástago
que es esperanza.
Pero hay además una pléyade de novilleros que se forman
en las escuelas de Mérida y San Cristóbal bajo la dirección de los maestros
Fabián Ramírez y Ramón Alvarez “El Porteño” que ya se abren por otros predios,
inclusive en cosos peruanos. Y a la
cabeza de ellos con experiencias de valía, Manolito Vanegas afincado en España
es sólida esperanza, Antonio Suárez de fino toreo en manos de “El Gallo de
Morón” que ya le proporciona las novilladas sin picadores y Jesús Colombo, que nos llena de optimismo, ahora en manos de
Ruiz Palomares de triunfales actuaciones sin los jamelgos, haciendo el camino
para la campaña venidera con triunfos convincentes.
Todo esto es bueno. Identidad propia. Escenarios de
lucha y triunfos. Pero hay que labrar el camino para el entendimiento y la
oportunidad mas amplia Abrir campos de
lucha. Por eso escribía hace poco, que
Enrique Nelo “El Ciclón” iba a la boca del lobo. Torea en Seboruco el 31 de
agosto y por otro lado César Altuve va a Bailadores y luego a Tovar. Nadie duda
de la calidad torera de este par de aragüeños en la arena. Que bueno sería su
triunfo para refrescar carteles, convocar a la afición y reforzar la fiesta
brava, que es nacional, nunca regional. Estamos claros.
Entre tanto, de las hermosas tierras andinas, seguirán
surgiendo los nombres para el toreo, con la esperanza que no sean solamente
para las fiestas y afición serrana, sino para toda Venezuela y porque no del
orbe taurino. Es el deseo de todos…
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