Joselito Vásquez con la oreja del quinto de la jornada. |
Jesus Ramirez “El Tato”
Fotos cortesía de Gladys Castillo
El sexteto de novilleros dispuestos para el paseíllo |
En Maracay en la novillada, se hicieron patentes las
palabras del veterano espada ya con la sien nevada por el paso de los años.
Esto es difícil. Y en verdad que hay que
estar preparado cuando salen los astados embistiendo con bravura y nobleza como
los de “Laguna Blanca”. Y es que el tiempo pasa y deja huella y en el toreo, la
técnica y los conocimientos, la aptitud y la actitud no se acomodan en libros
escolares sino en la mente.
Un extraordinario novillo de ensueño abrió plaza y le
correspondió al valenciano José Breña, quien se conformó con una vuelta al
ruedo sin poder entender cabalmente la
nobleza del astado ni demostrar ambición.
Cristian Broy recibió a su oponente con larga de
rodillas y luego estuvo deseoso hasta ponerse pesado con el acero y oir los recados de usía. Angel Mijares “El Turmereño” hizo esfuerzos
por agradar pero lo sorprendió la bravura del novillo con sus carencias
técnicas. Afortunadamente pasaportó al primer viaje evitando el calvario.
Miguel Angel Broy afectado por la inactividad se dejó ver en algunos pasajes
importantes con la muleta en la diestra en los medios, pasando fatigas con el
acero. “Joselito” Vásquez toreo bien a la verónica y banderilleó con
desigualdad, negándole la autoridad el derecho a colocar el tercer par. Buenos
momentos muleteriles le premiaron con música y al despachar de media caída
recibió una oreja. Cerró plaza un novillo de “La Consolación” de poca fuerza
que pedía los conocimientos que no tenia el joven merideño “Chico” Paredes, que
se mostro con gusto al torear a la verónica y en aislados muletazos que
tuvieron pronta música y oreja escasamente solicitada.
Muletazo por bajo de Miguel Angel Broy |
Buen puyazo de Alexis Bolívar y bien en la brega
Nelson Villegas con sustos y achuchones del novel banderillero Víctor Valencia y
finalmente con Joselito Vásquez asistido en la Clínica Guadalupe, donde los
estudios de rayos X afortunadamente no arrojaron fracturas, sino golpe fuerte
en la clavícula, superado con calmantes e inamovilidad del brazo izquierdo.
Todos los esfuerzos hechos en la organización del
evento superando obstáculos, habrían tenido mayor recompensa si la bravura de
las reses hubiese sido entendida y los muletazos se hubiesen sentido al ritmo
del corazón. El tiempo pasó muy rápido el domingo en la maestranza aragüeña
cuando recordábamos el 43 aniversario de la muerte del gran César Girón. Otro día será….No hay que perder
esperanzas…...
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