Selló una de las faenas de la temporada el pasado viernes en Jaén, marrada con los aceros
EMILIO TRIGO
Selló Curro Díaz uno de los toreos más caros de la temporada en su última corrida. Fue en Jaén el pasado viernes y frente a uno de Román Sorando cuando reinventó el gran concepto que sus inicios dejaron ver. Selló, frente al primero de su lote, un toreo con la mano derecha en el que hundió hasta la misma arena su mano y los naturales de su segundo repicaron olés de sentimiento general. Había vuelto el Curro al que Jaén prometió un día su afición...pero no entró la espada.
Sobre su situación actual, Curro afirma que "no descansa nunca, pues siempre hay que pensar en el futuro y ya estoy pensando en la temporada que viene". Sabe que tiene la capacidad para poder romper. Lo ha hecho y Madrid ha visto salir en volandas a "ese pellizquito" jiennense que nunca se cansará de pellizcar el sistema. Pero fue la espada la que le privó de salir a hombros. "Pinché al primero y al segundo. No es muy normal, porque suelo ser seguro con el acero, pero también pasan estas cosas. Me fastidia mucho y el que más lo sentí fui yo, pero no me preocupa porque sé que en ese sentido he tenido y tengo regularidad".
Brindó Curro la muerte de su primer toro al que, hasta ahora, ha sido más que su apoderado, y entre ambos han tenido que tomar la amarga decisión de continuar sus carreras por separado. Forma Ignacio González parte de la familia de Curro Díaz, "es una relación como las que había antes y como las que faltan ahora", afirma el propio torero, "por eso le brindé ese toro tan importante para mí". Marcó, sin duda, un antes y un después en la mentalidad que los aficionados tenían en la corrida, por lo que el punto de emotividad puso la guinda al a actuación de Curro Díaz.
Respecto al futuro, el de Linares es claro y, además, tiene la esperanza de que la Fiesta pueda ver de nuevo al Curro Díaz que un día desveló. "He acabado la temporada en plenitud de facultades y, a día de hoy, lo que tengo más que claro es que lo que más me gusta de este mundo es torear. Es lo que me hace feliz. He llegado a un momento de madurez en el que me encuentro en la gloria.
Estoy muy a gusto delante de la cara del toro, y lo que más me ilusiona en este mundo es la vida torera" .Sobre su apoderado, Díaz es paciente, pues "a lo alrgo del invierno tomaré la decisión, me siento tranquilo en ese sentido".
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