'Del
toro al infinito' / Fotografías La
Loma
En
este bello y emblemático marco se lidiaron cuatro novillos de la ganadería de El Cotillo, propiedad de Juan Collado Ruiz, organizador durante
más de tres décadas con el ayuntamiento local de tan importante acontecimiento,
para los matadores Javier
Castaño y Alberto Lamelas, y los
novilleros Cristina
Hernández, de Almería y el tachirense Jesús
Enrique Colombo, que dieron una gran
tarde de toros a un público que acudía al lugar como de una romería se tratara
y a participar en una secular liturgia taurina que identifica a este pueblo
serrano de la provincia de Jaén.
Los
dos novillos buenos correspondieron, precisamente, a los dos expertos
matadores, y cayéndole en suerte a los novilleros los de menos clase.
Ello no fue impedimento para que todos ellos brillaran a gran altura para
disfrute de los espectadores que ocupaban y rodeaban la singular plaza
cuadrangular y los que se repartían de forma increíble sobre las faldas
rampantes del Castillo.
Habíamos
visto el día anterior en el Festival de Povedilla a un entregado e ilusionado Javier Castaño con una res de Samuel Flores, y
así, con semejante actitud lidió un noble novillo de El Cotillo ofreciendo una auténtica demostración de colocación,
temple y ligazón en una faena sobre ambas manos, después de haberse empleado
con variadas suertes con la capa, además de la vistosa y infrecuente por
colleras con Alberto Lamelas.
Muy
buena ejecución de la estocada que necesitó del refrendo del verduguillo para
cortar des orejas.
Sensacional
estuvo Alberto
Lamelas, torero local con un lustro
de alternativa y de pocos contratos, pero que cada vez que actúa ha demostrado
estar en posesión de las mejores condiciones para acceder a superior situación.
Su novillo fue realmente bravo y con temperamento que exigía las mejores dotes
de lidia a su matador. No era fácil acoplarse a su embestida repetidora y
"enterada", sobre todo por el pitón izquierdo, más corto y
protestón el de El Cotillo, empeñándose Lamelas en redondear
su gran faena con soberbios y largos naturales. Tres veces cuadró al burel para
la estocada y tres veces desistió para volver a la carga y reventarlo para su
disfrute y para todos los que alli tuvimos la suerte de estar. Un estoconazo en
los rubios le llevó a sus manos triunfadoras los máximos trofeos merecidísimos
y exentos de localismo.
El
tercero de El Cotillo puso a prueba a la joven entusiasta almeriense,
aunque verderona,Trinidad Hernández, que al final consiguió dominar su
animada aunque descompuesta y áspera embestida, para propinarle un eficaz
estocada, siendo recompensado su esfuerzo por la cariñosa petición del público
del premio de dos orejas que fueron concedidas por la presidencia ostentada por Dª Mª Angustias Velasco, diputada de la Diputación Provincia
de Jaén, asesorada por Juan Lamarca y el ilustre
segureño, paladín de la tauromaquia, Lope Morales.
El
novillo fortachón ya mostró su mansedubre en los primeros arreones al capote de
Colombo, sin humillar y con las manos por delante. Se tragó el brillante y
contundente tercio de banderillas del tachirense, y tras los primeros doblones
por bajo se aquerenció en chiqueros.
Un
resuelto Jesús Enrique adoptó de inmediato el trato adecuado al animal,
cambiándole los terrenos y atacarle sin quitársela de la cara, sujetándole en
la muleta y arrancándole una más que meritoria faena de dominio que desembocó
en series por ambas manos, primero, y luego de uno en uno en terrenos de
cercanías ligados con los abrochados de pecho, para finalizar con trincherillas
y manoletinas impecables acariciando la pañosa los lomos del verraco
vencido y entregado. Estocada al canto y las dos orejas y rabo al zurrón de
Colombo.
Inolvidable
tarde la vivida en Segura de la Sierra. Toros, toreros, espectadores... en ese
marco sin igual. Dicen que dijo Joselito el Gallo aquello de "el
que no ha visto toros en el Puerto no sabe lo que es un día de toros"
-según el fabuloso Pepín Cabrales esa famoso dicho se le ocurrió al genial empresario portuense Enrique Barrilaro en un día memorables de cervecita y gambas-
Pues
el que no ha visto toros en Segura de la Sierra no sabe lo que se pierde..... ¡qué
maravilla!
De
haber estado aquí Barrilaro, en vez de gambas se hubiera puesto morao de lomo
de orza, ajoatao, cuchifrito y......
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