Dos corazones tendrá el toreo este miércoles: la Santamaría de Bogotá y el Chamberí madrileño con el fin de que ni un sólo derecho les sea violado a los aficionados
Ha llegado el gran día en el que la Fiesta de los toros se
unirá por vez primera con el único fin de defender su libertad. En esta
ocasión lo hace a tiempo, en Bogotá y Madrid, para que ni un sólo
derecho humano sea violado en los aficionados. Las puertas de la
Santamaría en Colombia y la plaza de Chamberí madrileña en España son
los corazones urbanos elegidos para reivindicar no sólo que la Fiesta
es, hoy día, más universal que nunca, sino que, cuando quiere, se une.
Este es el más claro de los ejemplos.
CÉSAR RINCÓN, TORERO
"En la vida siempre tienen que darse pasos que no sean
en falso, sino en firme y que motiven alguna reacción. Uno no puede
estar por estar. Hay una canción bonita que dice que hay que saber
caminar, no andar por andar. Hay que dar pasos en firme y en los
momentos importantes es cuando hay que estar apoyando. Estos muchachos
han motivado algo muy importante para nosotros: el sentido de
pertenencia, porque a nosotros nos pertenece la plaza de toros. Ese
dinero es de un aficionado: Ignacio Sáenz de Santamaría, y esa plaza nos
pertenece a los aficionados, pro propia autodeterminación. Y esos
novilleros están dando una lección a todo el país. No quieren ser
arquitectos ni futbolistas, quieren ser toreros. Por eso me veía en la
obligación de dejarle un mejor legado, porque cuando yo empecé a ser
torero no teníamos los baches actuales de quienes quieren igualar los
derechos animales a los humanos. Tenemos que ser conscientes de que la
Corte constitucional ya avaló la tauromaquia, y lo que estamos pidiendo
sólo es que se cumplan nuestros derechos. Somos una gran mayoría
comparado con otros colectivos y donde más existe la democracia ese en
una plaza de toros. Dentro del protocolo diseñado en la manifestación
vamos a hacer un pasodoble cuando las figuras estén en el escenario, y
terminado ese paseíllo simbólico haremos un homenaje a José María
Manzanares, que tuvo también su parte de gloria en Bogotá. Un gran
torero y un gran amigo".
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