LUCAS PÉREZ
Manizales (Colombia)
La Monumental de Manizales se convirtió en un auténtico manicomio gracias a la inesperada unión entre El Juli y 'Flamenco'. Éxtasis absoluto, borrachera de toreo y final idílico con el toreo a hombros y el toro de Ernesto Gutiérrez indultado.
Los caminos de toro y torero no estaban programados para cruzarse pero el sexto se lesionó a principio de faena y la empresa tuvo a bien regalar el sobrero y que saliera 'Flamenco', una máquina de embestir a cámara lenta y al que el Juli exprimió en una faena soberbia para la historia.
Encajado desde el principio, cuajó series soñadas de salón de toreo abandonado, despatarrado a veces, vertical otras, pero con la autenticidad siempre como norma. Arrastrando la muleta, los cambio de mano recordaron a 'Cantapájaros'. ¡Qué rotundidad, qué forma rota de torear y qué oles ensordecedores de esta bendita afición manizaleña!
Embestida dormida y muñecas de seda. La mezcla perfecta para lograr el éxtasis. Sonreía el Juli, disfrutaba como nunca y el indulto se avecinaba como algo inevitable. El presidente se lo pensó, pero al final llegó el pañuelo naranja. Y la quinta Catedral caerá de manera indiscutible para un Juli a un nivel superior antes del comienzo de la temporada española.
Casi tres meses después de su última corrida juntos en España, y anunciado el fin de su relación desde septiembre, Roberto Domínguez se empeñó en acompañar a Juli por última vez, iniciado ya el 2015 de la ya nueva era Luis Manuel Lozano, y realizar ficciones plenas de apoderado. Y disfrutó como un enano.
Y gozó también de la superior inteligencia de Julián con su primero, al que mimó de inicio, le dio sus pausas, y le templó a su altura... Y le atacó por abajo cuando el toro se entregó a su muleta. Molinetes ayudados encadenados, trincherillas, pases de la firma... Todo suave, todo a favor de un toro tan noble como descastado. Tres circulares ligados por la espalda pusieron el horno a máxima temperatura. Tan a gusto estaba Juli que se pasó un punto de faena y el animal se puso complicado para matar. Y la espada se llevó las dos orejas.
El cornicorto cuarto no le dio facilidades. Frenado y sin humillar, el Juli tiró de recursos. Le tapó la embestida, acortó distancias y sorprendió por 'luquecinas' en un palmo de terreno que pusieron la plaza en pie. Y volvieron los circulares interminables, los cambios de mano, la seguridad plena y absoluta. Incluso un cabezazo en el lomo al toro muy Daniel Luque también. Las manoletinas finales y la estocada dieron paso, ahora sí, al doble trofeo.
Manizales se había colapsado por completo para ver a los dos ídolos de la ciudad unidos en un mismo cartel. Pablo Hermoso y El Juli. El Juli y Pablo Hermoso. Juntos en un mano a mano mixto tan extraño en lo competitivo, tan de moda ahora en España y exportado en 2015 a Colombia.
La cosa comenzó fría por culpa de la poca codicia del primero. Pablo Hermoso intentó alegrar la embestida del toro con 'Napoleón' a dos pistas y las piruetas de 'Habanero'. Pero fueron inútiles los esfuerzos ante un animal sin chispa.
Salió 'Disparate' en el tercero y con él la famosa 'hermosina', menos brillante que en otras ocasiones por la poca raza del de Gutiérrez. Y después con 'Viriato' a dos pistas su obra alcanzó su punto más alto, en caída desde entonces y con un público algo más frío que otras tardes con el caballero navarro.
Intentó salvar su tarde con el quinto, algo más colaborador pero con el que tampoco alcanzó la apoteosis de otros años. Una oreja en el festival se hace corto para lo acostumbrado por Hermoso en estas tierras.
- Monumental de Manizales. Domingo, 11 de enero de 2015. Última de feria. Lleno de 'no hay billetes'. Toros de Ernesto Gutiérrez, terciados y cómodos de cabeza, de juego deslucido dentro de su condición noble y descastada excepto el sobrero de regalo, 'Flamenco', que no se cansó de embestir y que fue indultado.
Pablo Hermoso de Mendoza, rejón trasero y contrario (ovación). En el tercero, rejón traserísimo y descabello (palmas). En el quinto, dos pinchazos y medio rejón trasero y contrario (ovación).
El Juli, de gris plomo y oro. Dos pinchazos y estocada un punto desprendida (ovación). En el cuarto, estocada trasera (dos orejas). El sexto, lesionado, volvió a los corrales. En el sobrero cortesía de la empresa, dos orejas simbólicas.
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