martes, 14 de julio de 2015

Manuel Escribano impresiona con Miura en San Fermín

Se la juega de verdad y corta una oreja de ley en el cierre de feria

Manuel Escribano impresiona con Miura en San Fermín 
efe
Manuel Escribano arriesgó una barbaridad en banderillas

andrés amorós
Cierran la Feria (como la de Sevilla y Madrid) los Miuras, muy serios, en su tipo, con nobleza los dos primeros y las complicaciones propias de su encaste, los demás.

Manuel Escribano recibe al primero a portagayola. El tercer par de banderillas es impresionante: al quiebro, en tablas, a punto de ser corneado. Me ha recordado las fotografías del famoso par «de la mariposa», de Ignacio Sánchez Mejías. (No tiene que ver con el lance de Marcial Lalanda. Recibió este nombre por el riesgo de quedar clavado, como ese animalito). En la muleta, el toro embiste templado pero dura poco. Manuel está muy tranquilo y logra una buena estocada: oreja

El cuarto, con 645 kilos (el de más peso de la Feria) parece flaco. Vuelve a estar tremendo en banderillas: en el segundo par, se ha de apoyar en el testuz, para salir; en el tercero, quiebra, al violín, y sale regateando. En la muleta, el toro va largo pero vuelve rapidísimo. Con inteligencia, además de gran valor, le da sitio, logra muletazos, uno a uno, en una pelea emocionante. La espada le priva del trofeo y la salida en hombros.

El segundo es pronto, encastado, tiene cierta nobleza. Luis Bolívar se muestra firme, le da la lidia adecuada pero tarda en matar. El quinto es un torazo, cinqueño, que impresiona. De un pitonazo, atraviesa el burladero como si fuese mantequilla. En la muleta, no se entrega. Luis lidia con oficio, en un trasteo digno, sin brillo, y mata con habilidad.

Pinta espectacular

Salvador Cortés, de ilustre dinastía, ha toreado poco y eso, con Miuras, se nota. El tercero, de pinta espectacular, tiene una salida típica de la casa, con la cara por las nubes, asomándose por encima de las tablas. En la muleta, se queda corto, pega algún tornillazo, no le deja estar. Tiene graves problemas para matar, se queda a un paso del tercer aviso. En el último, incierto al comienzo pero que va a mejor, hace el esfuerzo, con muletazos cambiados y naturales voluntariosos, pero vuelve a pasar apuros, con la espada.

Aunque la corrida no ha salido mala, estos toros exigen estar en plena forma: Manuel Escribano lo está. Su entrega absoluta, toda la tarde, ha causado auténtica impresión. Con ese recuerdo nos quedamos, al final, cuando las peñas bajan a la arena. Dentro de tres horas, escucharemos el «¡Pobre de mí!». ¡Hasta el año que viene!

Postdata. Se suceden los ataques contra la Fiesta y, como respuesta, los profesionales... hacen el paseíllo sin montera: algo perfectamente inútil. La única solución la hemos señalado muchas veces: que se unan los ganaderos, los empresarios y los toreros (incluidas, por supuesto, las primeras figuras) en una organización profesional única, que tenga medios económicos suficientes, abogados y un equipo de comunicación, con un portavoz, para responder a los ataques, todos los días que se produzcan (es decir, todos los días). ¿No son capaces de hacerlo? Me temo que no. Pues que sigan sin ponerse la montera... El panorama es demasiado negro; por cierto, no sólo en los toros: para la libertad.

Ficha de la corrida

No hay comentarios: