domingo, 5 de julio de 2015

MÉXICO: Novilladas que parten el futuro

Diego Emilio cortó la primera oreja de la Temporada Chica y la única de un festejo marcado por la peligrosidad de los de Villa Carmela; solvente Antonio Mendoza e inexperto un voluntarioso Casanueva

Novilladas que parten el futuro

La Plaza México abría temporada con un cartel interesante en cuanto a tres novilleros punteros en el país Diego Emilio, Antonio Mendoza y Carlos Casanueva. Paseaban ante un encierro de Villa Carmela.

Fue el primero de Villa Carmela un novillo con el que cantó la gallina en el ecuador muleteril. Lo intentó en todo momento Diego Emilio, andándole hacia atrás por su complicado tranco inicial. El astado fue cuidado en varas, y el novillero fue comprendiendo que debía ser todo voluntad ante la condición mansa del cárdeno. Fue una faena de voluntad en la que destacaron derechazos con más ilusión que pulcritud. Las manoletinas finales ayudaron a la petición, al igual que el estoconazo hasta la bola. Finalmente el juez de plaza la concedió con disparidad de opiniones.

Tuvo vibración y gusto el inicio veroniquil de Antonio Mendoza al segundo novillo, con el mismo hierro, al que le recetó media docena de erguidas verónicas para rematar con una limpia revolera. Acercó el animal al caballo por un gallero antes de dejar a "Farolero" un quite por gaoneras con la planta hierática, algo que caló pronto en los tendidos. Ya muleta en mano, tuvo el error de comenzar por alto, y a partir de ese momento se le vino a menos un novillo rabioso al que finalmente pinchó, enfriándose todo.

El tercero fue un novillo de tranco informal con el que el novillero Carlos Casanueva pecó de falta de rodaje. Se las vio y se las deseó ante el astado de Villa Carmela en el inicio muleteril, cobrando una fortísima voltereta al iniciar faena de rodillas en el centro del anillo. A partir de ese momento se le empezaron a complicar las cosas al joven, que no sabía por dónde meter mano a un novillo encastado y con un punto de fiereza. Con la espada pasó Casanueva las de Caín porque, para más inri, se levantó un vendaval y el astado no caía. Todo ello entre los pitos del respetable, sonando finalmente tres avisos que llevaron el novillo al corral.

El cuarto, para Diego Emilio, fue un novillo con el que no pudo lucirse por lo complicado de su condición. El astado tuvo un tranco rebrincado de salida y reservón a partir del caballo y el tercio de banderillas. Diego Emilio, firme desde el brindis al respetable, no pudo lucirse en el inicio muleteril en el tercio porque siempre escondía la cara después del muletazo para buscar el cuerpo del joven.

Una prenda de novillo fue el de Villa Carmela, con el que tuvo que tirar de raza Diego para sonsacarle muletazos en la corta distancia todos epilogados con enganchones que deslucieron el trasteo. Ya espada en mano y después de intentarlo por naturales al hilo de las tablas, el azteca dejó varios pinchazos. Pitos al novillero.


Otra prenda fue el quinto, un novillo con el que Antonio Mendoza no pudo licirse por la embestida cortísima que tenía en su tranco. Además, ya desde el inicio hacía extraños un animal que no se entregó de verdad en ningún momento. El novillero, muleta en mano, intentó sonsacarle muletazos en la corta distancia justo cuando comenzó a llover, por lo que se le contrariaron las circunstancias. Pinchó en reiteradas ocasiones en una faena larga, dejando finalmente una media en todo lo alto que hizo efecto.

De rodillas en la puerta de chiqueros recibió Carlos Casanueva al sexto, propinándole también en el recibo capoteril hasta tres largas cambiadas de rodillas y tres verónicas con más voluntad que estética rematadas con una revolera. Lo cuidó en varas y en la lidia su subalterno para que posteriormente fuera sacando el animalaco el mismo comportamiento que sus hermanos. La frialdad y el corto recorrido marcó el son de una faena en la que expuso con voluntad Casanueva pero sacando a la luz su inexperiencia evidente. Fue dejando muletazos aislados de buen trazo pero faltos de despaciosidad y templanza, algo que marcó una faena esforzada pero sin fruto final. Lo mejor, la estocada efectiva.


FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros Monumental de México. Primera de la Temporada Chica. Novillada con picadores. Un cuarto de plaza.
Seis novillos de Villa Carmela.
Diego Emilio, oreja y pitos. 
Antonio Mendoza, silencio y silencio. 
Carlos Casanueva, pitos tras tres avisos y palmas.

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