El torero
Francisco Rivera, quien sufrió ayer una grave cornada en la plaza de toros de
Huesca, a su llegada a la Clínica Quirón de Zaragoza.
Efe
|
La Razón
Francisco
Rivera, que ha pasado las últimas horas con un diagnóstico estable dentro de la
gravedad, será atendido a partir de ahora por el doctor Carlos Val-Carreres,
cirujano jefe del coso de La Misericordia de Zaragoza y con gran prestigio en
la cirugía taurina.
Desde la
Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital oscense el diestro ha sido
trasladado en una UVI móvil hasta este centro hospitalario de Zaragoza, donde ha
llegado poco antes de las 17.00 horas y donde le esperaban su esposa, Lourdes
Montes, y su hermano Cayetano, quienes han viajado en AVE hasta la capital
aragonesa.
El doctor
Enrique Crespo, el cirujano que le operó ayer en la plaza de toros de Huesca, ha
dicho esta mañana a los medios, tras visitarlo en el hospital oscense, que las
heridas son muy graves y que el torero tiene dolores, pero que su vida "no
ha corrido peligro en ningún momento".
Según ha
revelado el cirujano, "Viva la Virgen del Rocío" fueron las últimas
palabras que dijo el torero antes de ser operado de la grave cornada que le
asestó el cuarto toro de la primera corrida de la Feria taurina oscense, el
segundo de su lote.
El doctor
Crespo ha explicado que el escáner que le han practicado esta mañana al diestro
ha revelado que no se han detectado otras lesiones a las diagnosticadas
inicialmente en la enfermería de la plaza de toros, donde fue asistido por un
equipo de diez personas.
El torero
fue intervenido de "una herida por asta de toro en región supra púbica y
fosa iliaca derecha con un trayecto transverso de unos 25 centímetros hacía
izquierda con desgarro de la musculatura de la pared abdominal a través del
oblicuo mayor y del transverso del abdomen".
El
cirujano ha destacado que "Paquirri" ha pasado una noche
"tranquila y estable" aunque habrá que esperar a la evolución de las
heridas.
Tras
insistir en que no ha habido "ninguna complicación" en estas horas y
que el diestro ha estado consciente, ha avanzado que tendrá una recuperación muy
lenta ya que las heridas tienen que cicatrizar y pueden aparecer complicaciones
menores.
El doctor
ha resumido la situación del torero, a quien se le repararon los tejidos
dañados en la plaza, diciendo que "lo bueno es que no se han detectado
otras lesiones", aunque el "pronóstico sigue siendo muy grave".
El
diestro ingresó en la enfermería de la plaza en brazos, entre otros, de los
toreros El Fandi y Padilla.
Padilla
lo ha visitado esta mañana en el hospital, y después ha dicho a los medios que
Francisco Rivera estaba bien y animado y que iba a dedicar la lidia que
protagonizará hoy en el coso oscense.
El
apoderado del torero, José Cutiño, ha señalado por su parte a Efe que, dentro
de la gravedad, su evolución transcurre de momento con "absoluta normalidad"
y la buena noticia es que "no ha tenido fiebre", señal de que no hay
infecciones.
Cutiño ha
expresado su agradecimiento al equipo médico que ha atendido a
"Paquirri" en Huesca y especialmente al doctor Enrique Crespo, con el
que siempre estarán "en deuda", ha dicho, ya que le ha salvado la
vida.
El deseo
del torero, ha explicado, es estar en Zaragoza, donde seguirá unos días más,
para que sea tratado por su "amigo", el doctor Val-Carreres, cuyas
manos ya han tratado cornadas de extrema gravedad como la que sufrió Padilla en
la cara en 2011, entre otras.
Francisco
Rivera fue cogido mientras saludaba con el capote al segundo toro de su lote,
de nombre "Traidor", de la ganadería de Albarreal, que le prendió por
la zona abdominal.
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