José Eladio
Quintero (izda.), con Padilla, Juan Ramón Romero y Carlos Mendez. Foto Ramón Pico
MIGUEL FERNÁNDEZ MOLINA > Madrid
‘Con
Ponce hay un sentimiento muy arraigado allí. Debutó en Mérida en 1992. Aquel
año entrenó en el campo del equipo de futbol que yo presidía. La última
vez que vino hace siete años y cortó un rabo. Le daremos un busto como
homenaje. Es un ambiente que a él le trae recuerdos agradables. Hay mucha
ilusión por verle dos veces‘.
Mérida, explica él, es ‘una feria
alegre, juvenil. Ha cambiado el reglamento en número de descabellos, y otras
cosas. Planteamos que pueda cambiar el concepto de indulto. Que pase a ser un
premio al toro bueno, pues el público rápido pide que le perdonen por ser
bueno, sin que fuese uno de indulto como tal. Esa manifestación de la afición
joven ha hecho plantear esta novedad, aunque los más tradicionales se niegan.
Pero nuestra comisión taurina se
compone de gente joven en su mayoría.Queremos darle un nuevo sentido a la
fiesta.
Nos
diferenciamos del animalista asegurando que el toro es garante de la seguridad
ambiental del país. No sólo porque si desaparecen lo hace también el animal
como tal y la Fiesta, sino porque iría en perjuicio serio para el campo. Con
eso ha disminuido la presión antitaurina. Así somos un acto de masas. Y en
cosas como estas el apoyo que nos supone contar con el maestro Ponce es
tremenda. Por la presencia mediática, social…‘.
Sobre la
exposición de Málaga también da detalles: ‘Irá sobre Manuel de
la Fuente, un artista que nació en Cádiz pero vivió desde 1958 en Mérida hasta
su muerte reciente. El toro que está en El Puerto es de él. La escultura más
grande de América, a La Virgen de la Paz levantada en Trujillo, Venezuela
es suya. Durante la feria desarrollaremos esa exposición‘.
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