jueves, 10 de septiembre de 2015

López Simón, cornada extensa pero limpia

El tiempo de recuperación estimado por el doctor Masegosa se fija en unos 15 días.

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Alberto López Simón resultó corneado por el sexto toro de la tarde, de Alcurrucén, en el festejo de la feria de Albacete en que debutaba en el coso de Los Llanos. El animal no quiso tomarle la muleta al intentar un pase cambiado y se fue directo a por el torero, que resultó volteado con el resultado de cornada.

Alrededor de una hora duró la operación del madrileño, tiempo tras el que el propio doctor Masegosa confirmó que la cornada tiene "dos trayectorias. Una llega simplemente a la grasa hacia arriba y la otra, descendente, es la que rompe los músculos semitendinosos y el recto interno, ha disecado la arteria y la vena femoral con un trayecto de diez centímetros y había una rama colateral, que salía de la arteria femoral, con un sangrado continuo. Se le ha liagado la arteria, se le ha lavado la herida y se le han reconstruido los planos musculares. En principio, se ha quedado perfectamente bien".

Sobre el tiempo de recuperación, dado que la cornada se ha calificado como grave, González Masegosa asegura que hay que "esperar a las próximas 48 horas para ver si no aparecen complicaciones, pero creo que podemos fijar el tiempo de recuperación en unos 15 días".

1 comentario:

Unknown dijo...

CORNADA

“Valiente, López Simón, torero de corazón.”

¿Recibir una cornada?,
a mí no me importa nada,
vengo al ruedo por el triunfo
de los Dioses del Olimpo.

Siempre buscando la gloria,
forjando fiel trayectoria,
plasmo mi verdad taurina,
que en el arte se origina.

Valor, arrojo, hombre fuerte,
confiadísimo en la suerte,
me cuida La Virgencita,
mi vida lo necesita.

Soy torero de fortuna,
de los cuernos de la luna,
preparo muy bien mis tientas,
el paseíllo, en Las Ventas.

Arrimado, más que nada,
¿qué me importa una cornada?,
pitones, rocen mi traje,
del miedo, hoy, me sustraje.

En los gajes de un oficio,
que da cielo o precipicio,
cortando rabo y orejas,
logrando indulto, sin quejas.

Defiendo mi tauromaquia,
realidad, festejo, magia,
me gusta astado cinqueño,
bravo, de casta, de ensueño.

Con más de quinientos kilos,
que levante los suspiros,
más de media tonelada
que, a mí, no me importa nada.

Soy espada, el más osado,
¡madre mía!, toro pasado,
muy cerquita de mi vientre,
Dios proteja al que lo intente.

¡Qué un olé, surque los vientos!,
las palmas sean mis alientos,
de una afición sublimada,
por el toreo enamorada.

Banda de Música, suene,
que un paso doble, resuene,
tóquenme “España Cañí”,
la cuna donde nací.

Viendo llenos los tendidos,
por seres bien entendidos,
en cuestiones de la lidia,
con decoro, sin perfidia.

¿Qué pierdo, al perder la vida,
sufriendo mortal herida?,
revolcado, lastimado,
nunca, jamás me he rajado.

Piel surcada, por raíces,
sangrantes mis cicatrices,
cosidas llevo las venas,
de un hilo penden mis penas.

Aunque sufra otra cornada,
a mí no me importa nada,
mas que cimbrar una Plaza,
soy alma que no fracasa.

Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
México, D. F., a 20 de septiembre del 2015
Dedicado a Don Carlos Campos, fiel amante del toreo
Reg. SEP Indautor No. (en trámite)